La Paz de París (1919-1920): Un Nuevo Orden Mundial Tras la Primera Guerra Mundial

La Paz de París (1919-1920)

Tratado de Versalles (junio de 1919) con Alemania

a) Cláusulas territoriales:

  • Territorios cedidos por Alemania.
  • Francia recupera Alsacia y Lorena.
  • Bélgica recibe Eupen y Malmedy.
  • Dinamarca recibe el norte de Schleswig.
  • Reconstrucción de Polonia: Posnasia, Prusia occidental y Alta Silesia.
  • Danzig y Memel: territorios administrados por la SDN.
  • Autonomía del Sarre, administrado por la SDN hasta que se celebrase un plebiscito, pasados quince años, que estableciese su situación definitiva. Mientras tanto, Francia aprovecha la explotación de las minas.
  • Todas las colonias alemanas pasan a ser mandatos de la SDN y son confiados a la administración de franceses e ingleses.

b) Cláusulas militares, económicas y penales:

  • Reducción del ejército alemán a 100.000 hombres.
  • Supresión del servicio militar obligatorio.
  • Desmilitarización de una amplia zona del Rin (50 Km.) y ocupación de la misma por los aliados durante quince años.
  • Reducción del material de guerra e indemnización de las propiedades destruidas durante la guerra, concediendo un plazo de treinta años para el pago de la misma.
  • Responsabilidad penal del Káiser y de sus principales ministros.

Tratado de Saint Germain (septiembre de 1919) con Austria:

Austria cede:

  • Galitzia a Polonia.
  • Bohemia y Moravia a Checoslovaquia.
  • Bucovina a Rumanía.
  • Trentino e Istria a Italia.
  • Eslovenia, Bosnia y Dalmacia a Yugoslavia.
  • Austria queda reducida a un país de ocho millones de habitantes.
  • Prohibición de unirse a Alemania.

Tratado de Neuilly (noviembre de 1919) con Bulgaria:

Bulgaria cede:

  • Cuatro distritos de Macedonia a Yugoslavia.
  • Drobudja a Rumanía.
  • La costa de la Tracia occidental a Grecia.

Tratado de Trianon con Hungría:

Hungría cede:

  • Croacia a Yugoslavia.
  • Transilvania a Rumanía.
  • Eslovaquia a Checoslovaquia.

Tratado de Sevres (agosto de 1920) con Turquía:

  • Marginada de Europa al quedar limitada su presencia en el continente a una pequeña franja inmediata a Estambul.
  • Armenia independiente.
  • Siria, Mesopotamia, Líbano, Jordania, Palestina y Arabia Saudí administradas por Francia y Gran Bretaña.
  • Estrechos de Dardanelos y Bósforo desmilitarizados y administrados por la SDN.

El Nacimiento de las Nuevas Naciones

La guerra borró del mapa los viejos y multiétnicos imperios: ruso, austro-húngaro, alemán y otomano. Con ellos se fueron nuevas repúblicas mucho más pequeñas.

La Humillación Alemana

Considerada la culpable y máxima responsable de la guerra, diezmada en su territorio, privada de sus posesiones de ultramar, secuestradas sus minas del Sarre, desmilitarizada, condenada a pagar unas reparaciones de guerra imposibles, prohibida su entrada en la SDN. Las condiciones impuestas a Alemania condenaban al país a la pobreza y la inestabilidad política. La joven república de Weimar, un estado plenamente democrático, tuvo que lidiar desde el primer día con las intentonas revolucionarias desde la izquierda y las golpistas desde la derecha. Un país herido en su orgullo, en el que se sembró la semilla del ultranacionalismo y las ansias de revancha.

La Marginación de Rusia

Acabada la guerra, las potencias vencedoras decidieron ajustar cuentas con la traidora y bolchevique Rusia: marginada de las conversaciones de paz en París, prohibida su entrada en la SDN, formación de una fuerza militar internacional para intervenir en la guerra civil desatada en Rusia desde 1918 a favor del ejército blanco.

El Problema de las Minorías Nacionales

La desintegración de los viejos imperios, el nacimiento de las nuevas naciones y la corrección de las fronteras nacidas de la Paz de París provocaron el inevitable problema de las minorías nacionales atrapadas en estados con los que no se sentían identificados. Miles de alemanes, húngaros o austriacos convertidos de la noche a la mañana en ciudadanos checos, polacos, rumanos, o italianos. El problema de las minorías nacionales supuso un elemento de constante inestabilidad en las jóvenes naciones europeas y sería aprovechado por los partidos de carácter fascista nacidos en la Europa de entreguerras.

El Nuevo Orden Internacional: La SDN

Inspirada en los “14 puntos” de Wilson, la SDN debería ser la pieza angular sobre la que descansase un nuevo orden mundial, regido por los principios de:

  • El diálogo como método de resolución de conflictos.
  • La democracia como modelo político idóneo.
  • El respeto a las nacionalidades.
  • El equilibrio entre las grandes potencias.
  • El principio de seguridad colectiva.

Lamentablemente, la SDN nació con graves dificultades:

  • USA se autoexcluyó por la negativa del Congreso norteamericano a entrar en esta nueva organización, iniciando una nueva etapa de aislacionismo.
  • Alemania quedó excluida por decisión de las grandes potencias.
  • Rusia corrió la misma suerte que Alemania.
  • Las humillantes condiciones impuestas a las naciones perdedoras abrían un nuevo periodo de hostilidad en Europa.

La Crisis Económica Posbélica

Acabada la guerra, la mayoría de las naciones implicadas en la guerra se veían sumidas en una profunda crisis económica, especialmente cruel en el caso de los derrotados, como consecuencia de:

  • Las incalculables pérdidas en infraestructuras y cultivos.
  • El altísimo nivel de endeudamiento.
  • Las dificultades para reconvertir una industria puesta al servicio de la guerra durante cuatro años.
  • Los mercados exteriores perdidos a manos de los nuevos competidores: USA y Japón.

La crisis pronto se tradujo en desempleo, inflación, penuria e inestabilidad financiera, un terreno abonado para los movimientos políticos radicales.

La Consagración de las Nuevas Potencias

El fin de la guerra supuso también el final de la hegemonía económica y política del viejo continente en el mundo. A partir de este momento dos potencias extraeuropeas, USA y Japón, arrebataban a las viejas potencias su indiscutible liderazgo. Japón y USA, vencedores de la guerra, salían tremendamente reforzados de la contienda mundial. Sin sufrir el horror de la guerra en su territorio, se habían convertido en las mayores acreedoras del planeta, su índice industrial no había dejado de crecer y habían desplazado de sus mercados tradicionales en América y Asia a las viejas potencias europeas.

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