Shannon & The Clams, crítica de The Moon Is In The Wrong Place
The Moon Is In The Wrong Place
Discos / Shannon & The Clams

The Moon Is In The Wrong Place

7 / 10
Sergio Ariza — 19-05-2024
Empresa — Easy Eye Sound
Género — Pop

El séptimo disco, tercero bajo la producción de Dan Auerbach, de Shannon & The Clams, "The Moon Is In The Wrong Place", no es uno más y no lo es tanto porque hayan dado un volantazo a su estilo, que sigue bebiendo de las fuentes retro de siempre, garaje rock, soul de los sesenta, doo wop o primera psicodelia, sino porque esta vez lo que cantan no suena a divertido pastiche sino a dramática realidad. Y es que este disco se ha hecho bajo la sombra de la desafortunada muerte del prometido de Shannon Shaw, Joe Haener, en un accidente de coche, a pocas semanas de su boda.

La banda (el guitarrista Cody Blanchard, el teclista Will Sprott y el batería Nate Mahan) se volcó con ella en las semanas posteriores a la tragedia y la cantante decidió convertir su trauma en canciones en los que lidiaba con el terrible suceso, también lo hicieron sus compañeros de banda y, como resultado, tenemos algunas de las mejores canciones de su historia, en las que nunca ha sonado mejor la voz de Shaw. Eso sí, si hubiera que ponerle un pero a este disco "The Moon Is In The Wrong Place" es que es demasiado largo y que algunas de sus catorce canciones no están a la altura de las mejores, podría haber quedado un disco mucho mejor metiendo un poco de tijera.

Pero es una queja leve, sobre todo porque cuando el disco engancha lo hace a lo grande, con cuatro o cinco canciones verdaderamente brillantes. Todo se abre con "The Vow", la canción que tenía preparada como sorpresa Shaw, para cantarle como regalo de boda a Haener. Es una gran canción con ecos claros de las melodramáticas canciones adolescentes de finales de los cincuenta y primeros sesenta como "Tell Laura I Love Her", "Last Kiss" o "Leader Of The Pack". Con una referencia concreta a "Mr. Sandman", la parte recitada recuerda a The Shangri-La's, solo que esta vez no hace falta que se escuche el sonido de la motocicleta derrapando y los gritos desesperados de "¡Cuidado!", esta vez sabemos cómo termina la historia, y es real, no es magia, por eso cuando al final Shaw canta eso de "Sí, parece que se ha acabado pero serás mío para siempre", te puedes agarrar una llorera grande como te pille en un momento tonto.

Y es que la voz de Shaw nunca ha sonado más convincente y creíble que en este disco, las mejores canciones del disco son en las que la cantante se enfrenta a la memoria de su prometido fallecido y, por lo tanto, son los medios tiempos las que más llegan. Estoy hablando en concreto de "Oh So Close Yet So Far" y "Real Or Magic", además de la ya mencionada "The Vow".

La primera trata sobre cómo Shaw siente la presencia de Haener en la naturaleza. No es la letra más brillante o poética ("You are the constellations / You are the breeze / You are the birds / You are the trees") pero está cantada con tanta convicción y angustia que la eleva, sintiendo todo el amor que siente y la angustia que le produce haberlo perdido. La segunda es todavía más desgarradora, con una voz que duele y alcanza momentos de melodramatismo a la altura de un Roy Orbison. Va sobre una visión que tuvo Shaw sobre Haener después de su muerte y es el momento cumbre del disco.

Claro, que siendo un disco de Sharon & The Clams, también hay canciones más movidas. Entre las más garajeras destacan, "Big Wheel" con su órgano humeante, como si fueran los primeros Deep Purple, los de "Hush", y la canción titular. En su propio mundo esta ese country rock trotón llamado "Bean Fields", en honor a la granja de la familia de Haener en la que terminó refugiándose tras su muerte. "He oído que debo seguir viviendo, sé que es lo que tú hubieras querido".

Shaw y sus compañeros de banda han tratado de hacer frente a algo devastador, lamiéndose las heridas a través de la música, al final han logrado un disco agridulce con el que su protagonista ha conseguido asumir y aceptar la pérdida. "La vida es injusta pero hermosa, sólo porque tú estabas aquí", canta Shaw en "Life Is Unfair", el cierre del disco. Es un final feliz y triste al mismo tiempo. Quizá esa sea la enseñanza de este disco.

 

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