LOS PELIGROS DEL YOGA

Publicado en mayo 17, 2024, 9:15 am

El yoga se ha convertido en una práctica generalizada en la vida actual. Muchos lo practican por los beneficios físicos y los grados de flexibilidad que se consiguen, y no piensan mucho más allá de eso. Otros siguen el hinduismo, y el yoga es parte de su rutina, la cual es algo que va más allá de lo meramente físico.

Si buscamos la definición de yoga en diferentes fuentes, más o menos todas coinciden con que es una práctica espiritual cuyo fin es lograr una unión entre el espíritu y el cuerpo, ya que la palabra yoga viene del sánscrito y eso es lo que significa: unión.

Una definición más precisa acerca de lo que son los yogui o los practicantes, son los que tienen un nivel de sacerdocio dentro del hinduismo, que hablan acerca de que el yoga es la práctica que lleva a la última unión de la realidad del yo con el Ser Supremo para luego obtener paz interior y así sentirse libre y separado de todo lo material.

En resumen, el yoga se debe convertir en una forma de vida, ya que es una filosofía originada en la India antigua y apunta a controlar y tranquilizar la mente (Chitta) separándola de todo lo que la rodea, o sea, del mundo material que produce el sufrimiento (Duhkha).

Dentro del yoga hay diferentes niveles. Una práctica de algunos es dejar de respirar para morir cuando creen que ya han estado lo suficiente en este plano, siendo este un ejemplo entre muchos.

Los que practican esto seriamente y conociendo de que se trata, dicen que en la práctica del yoga no se pueden separar los ejercicios de lo espiritual, ya que las posiciones de este son un lenguaje por medio del cual tratan de atraer a los diferentes ‘espíritus’ que ayudan con los distintos estados y los puntos energéticos del cuerpo (Chakras).  Al final, la gente que lo practica popularmente no sabe mucho de su origen y lo hacen para sentirse bien sin pensar mucho en lo que implica, pero puede llegar a ser muy peligroso, y por eso yo misma cambié mi práctica del yoga a la de pilates cuando aprendí más acerca del tema.

Voy a traducir a continuación un testimonio de una practicante profunda de yoga que está siendo tratada actualmente por un famoso exorcista americano llamado Monseñor Rossetti. Y dice así:

Quiero compartir mi experiencia para que otros no tengan que aprender como yo, a través de malas experiencias y sufrimiento. Me crie bajo una familia cristiana y fui cristiana nominal toda mi vida. Gradualmente me convencí de que todos los caminos espirituales llevan al mismo Dios (universalismo); al creer eso, fallé en seguir el camino al único Dios verdadero.

En la primavera del 2021 empecé una exploración más profunda del hinduismo y de prácticas budistas y taoístas. Comencé clases y retiros con “maestros” en Advaita Vedanta, Zen, budismo tibetano y estudié los textos y libros más importantes de estos proponentes. Durante estos retiros, los maestros invocan dioses hindúes y también diosas. Con una app de yoga que bajé, practiqué las distintas técnicas cada día por media hora al menos y también las meditaciones y alabanzas, coros y plegarias con las que nos “conectábamos” con nuestro propio ser interior.

Ya para el otoño del mismo año, durante mis meditaciones, que las hacía en el sótano de mi casa, ya que era el lugar sin los ruidos de la calle, el más tranquilo y apartado, mi cuerpo se empezó a mover por sí mismo sin que yo lo quisiera, pero pensé que era una cosa buena, que estaba llegando a un nivel especial de avance espiritual;  lo consideré un signo místico que me demostraba que estaba yendo por el buen camino. Ya sabía de todos estos fenómenos, pero pensé que estaban reservados para los más avanzados, así que yo los experimentara también me ponía muy contenta. Lo que en realidad me estaba pasando es que estaba experimentando lo que luego entendí fue una catástrofe espiritual, pero al momento lo buscaba, y el espíritu Kundalini estaba entrando en mí a través de la espina dorsal.

Más tarde empecé a hacer ejercicios de visualización, quería lograr levitar también, y durante estos ejercicios sentía una presión que subía desde el coxis hasta la cabeza y un movimiento constante en escalada junto con presión; yo pensaba que se me estaban abriendo los chakras.

La segunda fase incluyó no solo movimientos involuntarios de mi cuerpo, también asanas involuntarias, mudas o gestos con las manos que son simbólicos sin que yo tuviera ningún control y que ni siquiera conocía hasta que mis manos los hacían, y otras oscuras espontáneas como si mi cuerpo tuviera vida por sí solo y estuviera separado de mí.

Seguí con mucho entusiasmo, pensé que estaba llegando a lugares más profundos, me hundí con fervor en estas prácticas y progresé a escritura automática, visiones y constante comunicación con un espíritu que confundí con el Espíritu Santo.

Más tarde aprendí que lo que relata el Nuevo Testamento acerca de Jesús sacando demonios del cuerpo son reportes periodísticos y no interpretaciones antiguas de sucesos que en realidad son enfermedades mentales y nada más.

En la primavera del 2022, el espíritu que yo confundí empezó a torturarme, me quitó el sueño, la habitación se llenaba de sombras, el espíritu que había sido tan amoroso en las primeras etapas se tornó en un espíritu acusador y me nombraba todos mis pecados, y luego en carcajadas decía que iba a terminar en el Infierno. Otras ocurrencias eran ahogamiento, me sentía sofocada y como si me quemara por dentro cada vez que quería lograr dormir. Todas estas experiencias empezaron a transformar mi vida en una pesadilla, perdí amigos, casi pierdo a mi esposo y arruinó mi carrera.

Cuando me di cuenta de lo que realmente estaba experimentando, el falso espíritu se manifestó como un par de demonios que se reían de mí y confesaban que lo único que querían era mi destrucción, que yo misma lograra esa destrucción con mis propios medios. Lo más chocante para mí fue que uno puede ser el vehículo del demonio, aun queriendo lograr cosas contrarias y buscando el bien o lo que uno piensa que es el bien.

Aunque las prácticas budistas parecen complementarias a la cristiandad, responden a tres espíritus, y yo he violado el primer mandamiento como mi amiga católica me lo hizo entender, y me acercó a un sacerdote para que lo consultara, sacerdote que me dirigió a Monseñor Rossetti, que está trabajando conmigo para poder desembarazarme de todo lo que he traído en mi vida.

Todavía soy atacada cada noche, recientemente con vértigo y sentimientos de angustia y ansiedad, y siento como que hay una lucha interior, pero ya no son tan frecuentes desde que el exorcista y su equipo me han empezado a ayudar con la resistencia que los demonios tienen en mi cuerpo y mi mente.

Sé ahora que soy valiosa a los ojos de Dios y no necesito ninguna práctica esotérica para validar lo sagrados que son mi vida y mi alma. El costo de adoptar una visión sincrética del mundo es muy alto y va en contra de la fidelidad a Jesús, pues es imposible seguir prácticas espirituales extrañas en paralelo a ser cristiano, o sea, ser fiel a Cristo.

Con mi yoga mats estaba invitando a espíritus destructivos que odian a la raza humana, y sin querer he adorado a otros “dioses”, aun en la meditación para encontrar “mindfulness” (aprox. sentirse mentalmente completa) me estaba contactando con parte del mundo espiritual que es antagonista del espíritu divino del único Dios que existe y que es el creador de todo. ¡Aprendí de una manera dura!

Algunas aclaraciones de Monseñor Rossetti:

  1. Una creencia del New Age es creer que todas las religiones y espiritualidades llevan al mismo Dios, lo que también se conoce como universalismo. Esto no es compatible con el cristianismo (Hechos 4, 2).
  2. Dentro del cristianismo también hay prácticas de meditación, pero es sana y santa e invoca al único Dios trinitario.
  3. Para los que quieren participar en prácticas de sanación, el padre Rossetti da una mensual en forma virtual y se pueden enrolar libre de cargo en su sitio web: www.catholicexorcism.org

Aclaro que el portal es en inglés (hay personas de todo el mundo), aunque los rezos salen en pantalla, pero igualmente el idioma no es tan relevante, ya que Dios habla todos los idiomas y escucha a todos. La misma participación es un acto de humildad, como lo es buscar ayuda en un mundo en que estamos atacados espiritualmente en forma constante, y ya saber eso es tener la mitad de la batalla ganada.

Corresponsal de Estados Unidos.

Corresponsal de Estados Unidos

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