Según confirmó su familia a través de una publicación de Instagram a última hora del sábado, Corman murió en su casa de Santa Mónica y no se dieron a conocer las causas. La noticia de su partida trazó un velo de luto sobre cinéfilos en todo el mundo, y también sobre la industria audiovisual. Es que a Roger le queda chico (y técnicamente equívoco) el título de “rey del cine clase B”, que encabezó todos los titulares sobre su muerte, porque no sólo intervino de forma prolífica sobre géneros como la ciencia ficción y el terror, sino que modificó las formas posibles de hacer películas, dejando una huella que sigue hasta la actualidad.
“No existiría el cine tal y como lo entendemos sin alguien como Roger Corman”, afirmó en X (antes Twitter) el cineasta español Juan Antonio Bayona, en un posteo de despedida a Corman. Y esta afirmación va mucho más allá de sus aportes al denominado cine de género. Primero desde American International Pictures (desde mediados de los 50 hasta comienzos de los 80) y después desde su propia New World Pictures (fundada en 1970 por el propio Roger junto a su hermano menor Gene), “lideró silenciosamente la industria de muchas maneras”, tal como caracterizó por su parte Ron Howard en su adiós al productor en redes.
Mientras el modelo de producción de los grandes estudios entraba en decadencia y caía por el propio peso de sus ambiciones, Corman de distinguió con la capacidad de hacer cine de otra manera radicalmente distinta y dar lugar así a nuevas voces: llegó a estrenar más de diez películas por año, de bajo presupuesto, a veces de producción propia y a veces adquiridas de otros países. Y esto no tenía que ver solamente con una fórmula para hacer redituable un negocio complejo, desde el corazón mismo de la industria y ante una competencia feroz entre estudios, sino con un profundo amor por el cine, por crear y hacer circular películas. Siempre más películas. Se estima (aunque es imposible de saber con exactitud porque en muchas no estuvo acreditado en el rol correspondiente), que Corman intervino sobre la existencia de casi 400 filmes.
Porque su campo fue ampliamente el cine de género y de bajo presupuesto, se lo bautizó el “rey del cine clase B”, aunque paradójicamente gran parte de la marca personal de Corman tiene que ver con la desaparición de las programaciones de las series B. Como se encargó de volver a explicar el productor Axel Kuschevatzky en ocasión de la muerte de Roger, una película “clase B” era (en las décadas del 30 y el 40), una más corta y de menor presupuesto que la principal (en general hecha por los grandes estudios de la época), en una doble programación. Es decir que, a diferencia de lo que dictamina su uso popular, nada tiene ver la clase B con la calidad o género del filme.
“Corman tuvo siempre el buen gusto de no contradecir a sus interlocutores y aceptar el título de ‘rey de la clase B’ con una sonrisa, como el caballero que era. Roger comenzó a dirigir en 1955, cuando ya no había films B”, aseveró Kuschevatzky en X.
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Director, productor y distribuidor
Hay una faceta de Corman que se mencionó poco y nada en los repasos sobre de su carrera: la de distribuidor. Él fue el responsable de llevar a Estados Unidos, a través de New World Pictures, el cine de grandes directores del “resto del mundo” como Ingmar Bergman, Federico Fellini, Jácques Tati, Alain Resnais, Francois Truffaut y Akira Kurosawa. La influencia de Corman va mucho más allá del cine de monstruos o de extraterrestres.
Cuando le preguntaron por qué decidió distribuir estas películas, en una entrevista de 1990, Corman respondió: “Porque tenía ganas. Me gustaba el trabajo de estos cineastas. Sentía que no estaban llegando a las potenciales audiencias en Estados Unidos y me pareció que, teniendo una estructura de distribución, podía hacer algo al respecto. No tenía ninguna ilusión de hacer dinero porque no era un nicho muy lucrativo, pero tenía ganas de darle una mano a estos cineastas y lo logré”.
Roger moldeó también la formación cinéfila de muchos futuros directores y actores, y lideró varias patriadas cinematográficas. Como programar con éxito “Gritos y susurros” de Bergman, en 1972, en autocines, para sorpresa de los “expertos” de la industria que auguraban un fracaso, y para deleite de los dueños de los cines y hasta del propio Ingmar, que nunca había pensado que su cine se mostraría en un contexto de esas características.
“Inspiró y apoyó a una generación entera de cineastas. Nadie hizo más con recursos limitados. Nadie abrió puertas a nuevas voces como él. No era el hombre más poderoso de Hollywood, pero usó el poder que tenía para hacer un montón de películas”, aseguró en este sentido el actor y director Mark Duplass.
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Cinco películas clave del cine de Corman
Aunque este dato fue más repetido en estos días, Corman fue el responsable de financiar las primeras películas de directores como Francis Ford Coppola, Martin Scorsese, Peter Bogdanovich, Jonathan Demme, Joe Dante, Allan Arkush y Ron Howard. Repasamos algunos filmes, dirigidos o producidos por Roger, ideales para descubrir o volver a ver y así homenajear su contribución al cine:
- “La casa Usher” (1960). Dirigido por Corman y escrito por Richard Matheson, basada en el famoso cuento de Edgar Allan Poe “La caída de la casa Usher”, fue el primero de ocho largometrajes realizados por Roger basados en la obra del escritor. Como varias de esta serie, está protagonizada por Vincent Price, que en esa época se consagró como uno de los actores más icónicos del cine de terror.
- “La tiendita del horror” (1960). Esta comedia de terror, dirigida por Roger Corman, narra la historia de un florista que termina creando una planta que se alimenta de sangre humana. La película se volvió de culto y significó una de las primeras intervenciones de Jack Nicholson. Tal fue la recepción entre cierto público, que se adaptó a un musical del Off Broadway, el cual tuvo su versión cinematográfica en 1986, y se convirtió en un clásico del género.
Casa Usher Roger Corman
"La casa Usher", protagonizada por Vincent Price, fue la primera de una serie de películas de Roger Corman basadas en la obra de Edgar Allan Poe
- “Míralos morir” (1968). La ópera prima de Peter Bogdanovich es una de las imperdibles de la factoría Corman. La película, un thriller de terror, es una de las primeras sobre tiroteos masivos en Estados Unidos. Además, fue una de las últimas que protagonizó y estrenó en vida Boris Karloff, inmortalizado por interpretar al Frankenstein de Universal en los años 30.
- “Boxcar Bertha” (1972) es el segundo filme de Martin Scorsese. Se trata de un drama de crimen, atravesado por la historia de amor entre la forastera Boxcar Bertha (basado en un personaje ficticio de la literatura estadounidense) y Big Bill Shelly, un dirigente sindical. Junto a su banda, iniciarán una serie de asaltos a trenes y bancos y se convertirán en fugitivos. Un reflejo de cómo, desde sus comienzos y con limitados, Scorsese era capaz de narrar visualmente con una maestría única.
- “Piraña” (1978). Dirigida por Joe Dante, esta película nació de la explotación del género de monstruos marinos asesinos generada por el éxito de “Tiburón”, de Steven Spielberg, en 1975. El filme se convirtió en un éxito de taquilla y en un ejemplar de culto, que una secuela en 1982 y varias remakes.
Como afirmó Guillermo del Toro en sus redes sociales, “el señor Corman hizo más por el Cine Contemporáneo Americano que cualquiera de sus contemporáneos. Era un pilar y amante del cine sin vueltas”.