Bunbury usó la palabra “volantazo” para referirse a su carrera, algo acertado, al menos para él, un tipo que se niega a aferrarse al pasado y cuyo camino jamás está determinado.

El zaragozano estuvo ayer por la tarde en el Polyforum Siqueiros para hablar de su vuelta a los escenarios, luego de un breve retiro por problemas con su voz derivados del glicol, sustancia presente en las máquinas de humo.

¿Quedaron daños colaterales? Ninguno aparentemente. No entró a ningún proceso de rehabilitación, tampoco su voz se vio disminuida como para segregar canciones de su obra que abarcan Los Héroes del Silencio, Bushido o él como solista.

“Prácticamente todos los shows del 35 aniversario fueron complicados. Fue un escalar constante y sí fue una experiencia ciertamente traumática el pensar que ya no iba a subir otra vez a un escenario, de hecho, durante mucho tiempo pensé que era el final de mi carrera y que tendría que buscar en otras posibilidades”, se sinceró en conferencia de prensa.

Por su cabeza pensó que La carta, su nuevo libro y con el que llegará hoy a una firma de autógrafos en la librería Gandhi en su sucursal Mauricio Achar (Miguel Ángel de Quevedo No. 121), lo condicionaría a componer, hacer música para películas y otras expresiones.

En diciembre fue su prueba de fuego. Absolutamente, todo bien con los cinco shows en Sudamérica, en los que transcurrió todo en orden con su voz. Y vendrán los seis que tiene en junio, incluidos los del 8 de junio en la Curva del Autódromo Hermanos Rodríguez de la CDMX y el 12 del mismo mes en el Estadio Tres de Marzo en Guadalajara, ambos agotados. Agregando Los Ángeles, Nueva York, Madrid y Zaragoza. Como dice su cartel en redes sociales, son los únicos shows del año.

“Todavía ni me he atrevido a plantear lo que es una gira, estamos haciendo conciertos poco a poco y no sé si volveré a las giras, conciertos sí, pero no tours tan grandes como los hice durante muchísimos años”, precisó

Le preocupa la obsesión por la tecnología

Al terminar sus shows exclusivos comenzará a grabar el álbum sucesor de Greta Garbo, producido por Adán Jodorowsky y lanzado en 2023, pero cree que es bastante prematuro empezar a hablar de éste. Así que dedicó su tiempo a hablar un poco más de las reflexiones que le dejó la experiencia de ser autor de Exilio Topanga, MicroDosis y, ahora, La carta, la serie de misivas que intercambió con fans que le formularon preguntas de toda índole.

Por ejemplo, y tiene mucho que ver su respuesta con la distancia que toma como ser humano con los avances tecnológicos, Enrique no consideraría en lo más mínimo prestar su obra literaria a la adaptación en televisión o cinematográfica.

“Porque, en el libro, el lector debe poner su parte, el esfuerzo por entender y comprender un mundo en concreto. Los podcasts y los audiolibros me parece que están bien, pero considero que es mejor la lectura”, opinó.

También habló del famoso tema de los celulares en los conciertos y aunque en absoluto mencionó tomar algún tipo de medida drástica, incluso autoritaria, como la han puesto en marcha grupos como Placebo, A Perfect Circle y Tool, Bunbury fue bastante claro al hablar de lo que añora de las décadas de 1980 y 1990.

“Si hay algo que me parece preocupante en los dosmiles es la obsesión con la nueva tecnología, el pensar que es buena per se y que todo avance nos lleva a un lugar mejor sin ningún tipo de reflexión eso merece un debate y una reflexión más profunda.

“Yo recuerdo los 90 y un concierto sin teléfonos entre el público es gloria. Es lo mejor. Para los que no estuvieron en ese entonces, no tienen idea la belleza que era ver al fan entregado al disfrute de la música, sin tener que preocuparse de grabar para su prima o internet. Si pudiera hacer que esos conciertos volvieran de esa forma, lo haría inmediatamente”, expuso.

Sobre Greta Garbo

Lo produjo junto a Adán Jodorowsky en la Ciudad de México.
El disco se llama Greta Garbo en honor a la actriz sueca que se retiró a los 36 años.
Creyó que su abandono de la actuación era similar a su retiro temporal a la música en vivo.
Diez canciones que coexisten entre la esperanza y desesperanza.
El disco alaba a la mujer por mostrarse vulnerable con fortaleza ante cualquier situación.
No sólo es tiempo de C. Tangana

Al hablarle sobre la globalización de la música latina escuchó los nombres de Rosalía, C. Tangana y Peso Pluma y pensó que los tres pertenecen al género urbano y mainstream, aunque cada uno con su buena aportación a la difusión del folclor de sus respectivos países.

Entonces, respaldó al artista nuevo, que también está presente en estos tiempos y que empuja desde lo autogestivo.

“Pero también pienso en Natalia Lafourcade, Silvana Estrada y Mon Laferte. Pensar que es el tiempo de Tangana y no de Natalia me parece que no es cierto, pero también hay artistas que hacen grandes discos como León Larregui, Austin TV, Babasónicos y Conociendo Rusia. Mirar sólo los discos más vendidos es sólo quedarnos con una parte de todo el panorama musical”, señaló.

Antes de irse, Enrique contó que pronto distribuirá en España y Latinoamérica su vino Landázuri, un chacolí (vino blanco) en homenaje a sus abuelos originarios de Navarra. “Y un beso a todas sus mamás”, dijo antes de retirarse y sabiendo que hoy es Día de las Madres. Hasta junio, Enrique.