Empieza el rodaje de "La buena letra", la película basada en la novela de Rafael Chirbes

Chirbes, cámara y acción: Empieza en Petrés el rodaje de "La buena letra"

Petrés acoge ya el rodaje de la adaptación al cine de «La buena letra», la novela del autor valenciano más autobiográfica y que mejor refleja su amor por el cine

El productor del film, Fernando Bovaira, fue también el responsable de la serie «Crematorio», hasta ahora la única adaptación audiovisual de un texto del escritor de Tavernes

Rafael Chirbes

Rafael Chirbes / L-EMV

Voro Contreras

Voro Contreras

Cuando en 2013 Tavernes de la Valldigna le nombró «hijo predilecto», Rafael Chirbes se recordó a sí mismo en la infancia como un «pequeño cinéfilo» que iba al cine del pueblo dos, tres y hasta cuatro veces por semana. Cuando su padre murió y su madre le llevó aun internado de Ávila, no podía evitar sentirse superior a sus compañeros porque antes de los diez años él ya había visto a la Mangano y a la Loren e incluso a la Haywoorth quitándose el guante en "Gilda", y ellos no. 

Cuando era niño, Chirbes coleccionaba álbumes de películas y las limpiadoras de los cines le guardan programas atrasados y recortes de celuloide que él pasaba a recoger por las mañanas antes de ir a escuela. «Me encantaban los musicales: Cantando bajo la lluvia, Siete novias para siete hermanos, Un americano en París, pero también las películas cursis de Luis Mariano, y las mexicanadas», decía. «Y ya adolescente, me entusiasmaron West Side Story (la vi cuatro veces en dos días), My fair lady, y fue toda una revolución la película de los Beatles, Qué noche la de aquel día». 

"El cine era mi vida"

«El cine -rememoraba Chirbes- era mi vida». Y lo siguió siendo durante muchos años, como demuestran sus críticas en revistas como Ozono o las muchas referencias a películas y de horas pasadas ante una pantalla que pueblan sus Diarios inéditos. Allí brillan sus comentarios sobre Chaplin, Mankiewicz, Visconti, De Sica, Fellini, Rosellini, Martín Patino, Ford, Wilder, Tarkovski o Bergman. Allí habla también del terror que, en los momentos de depresión, le provocaba la idea de estar a oscuras en un cine, sentado en una butaca rodeado por la gente. 

Esa íntima relación entre Chirbes y el cine se cuela en varias sus novelas, especialmente en La buena letra, quizá la más autobiográfica de todas las suyas. Una historia que aparentemente nos habla de la posguerra en València y en Misent (el ficticio pueblo que también encontramos en Crematorio o En la orilla) pero que realmente nos presenta cómo era la España de 1992 (cuando Chirbes la escribió) a ojos del autor valenciano, un país demasiado dispuesto a olvidar las miserias del pasado para rendirse ante la engañosa alegría del progreso. 

«La gente se metía en el cine, porque allí al menos se aguantaba el frío -le cuenta Ana, la protagonista de La buena letra, a su hijo-. El cine era barato, más que encender el brasero, pero nosotros no podíamos ir porque al final de la película sonaba el Cara al Sol y a tu padre le repugnaba tener que ponerse en pie con el brazo en alto». 

Portada de "La buena letra".

Portada de "La buena letra". / L-EMV

Rodaje en Petrés

Precisamente, la pasada semana empezó en Petres (el Camp de Morvedre) el rodaje de La buena letra, la primera película que adapta una novela escrita por el cinéfilo Chirbes quien, en su primer artículo en Ozono, allá por 1975, se cuestionaba sobre las razones que pueden llevar a trasvasar la literatura al cine: 

«¿Es ilustrar con imágenes —a ser posible en color— las palabras del literato?, ¿es ser fiel al autor?, ¿recrearlo?, ¿cómo?, ¿guardando fidelidad a la letra?, ¿al espíritu...?, ¿partir de su anécdota, incluso de su idea, para dar rienda suelta a la visión del adaptador?, ¿vestir con palabras y ropas de otro tiempo y de otro señor los problemas del momento histórico en que se filma sirviéndose de una parábola para acercarse a la realidad contemporánea?, ¿es...?». La «única condición» que él apuntaba como respuesta a todas estas preguntas era «no empobrecer, no desvalorizar la obra llevada a la pantalla».

Un proyecto de muchos años

La encargada de «no desvalorizar» La buena letra es la directora y guionista sevillana Celia Rico, que acaba de estrenar Los pequeños amores y que con su anterior película, Viaje al cuarto de una madre, logró el aplauso de la crítica y un reconocimiento del jurado en el festival de San Sebastián. Pero el gran impulsor de este proyecto es el productor castellonense Fernando Bovaira, que ya en 2015, durante una charla sobre la relación de Chirbes y el cine, dejó caer sus planes de comprar los derechos de este libro para convertirlos en película. 

Bovaira incluso asegura a Levante-EMV que le llegó a comentar con Chirbes la «posibilidad» de llevar La buena letra al cine, «pero no llegamos a concretar». El escritor murió en agosto de 2015 y no ha sido hasta ahora, casi diez años después, cuando el productor ha podido ejecutar este proyecto que, según dice, «ya tenía en el radar»cuando la emprendió con la adaptación de Crematorio.

Efectivamente, Bovaira fue también el impulsor de la, hasta ahora, única adaptación audiovisual de una obra del cinéfilo Chirbes. Y menuda adaptación. Protagonizada por Pepe Sancho y escrita y dirigida por Jorge Sánchez-Cabezudo para Canal +, «Crematorio» pasa por ser un hito en la historia de la televisión española tanto por su calidad como por su carácter pionero al proponer un tipo de serie más propia de la HBO americana que de lo que se venía viendo por aquí. También por cómo describió visualmente esa crisis urbanística y moral que sufrió España con el boom del ladrillo, que tan bien había recogido Chirbes en la novela y tan bien personificó Pepe Sancho en la serie.

PEPE SANCHO, EN SU PAPEL DE RUBEN BERTOMEU EN LA SERIE DE TELEVISION "CREMATORIO".

PEPE SANCHO, EN SU PAPEL DE RUBEN BERTOMEU EN LA SERIE DE TELEVISION "CREMATORIO". / L-EMV

"Fue un empeño mío adaptarla"

La idea original era hacer de Crematorio una película, pero Bovaira y su equipo se dieron pronto cuenta de que era muy difícil. «La novela tenía una duración, una complejidad y un número de personajes que no podían comprimirse en un largometraje. Por eso decidimos mantener la factura de largometraje, pero en varios capítulos. Y tuvimos suerte de que Canal + apostara por un producto así». 

 «Leí la novela y fue un empeño mío adaptarla -contaba Bovaira a Levante-EMV en 2015-. Llevaba tiempo buscando un texto que reflejara ese momento de efervescencia económica y pérdida de valores. Chirbes hablaba de eso. Era muy difícil adaptarla porque estaba construida a base de monólogos interiores y nos dimos cuenta de que tenía que ser una serie. Hablé con Jorge Herralde [su editor]. Me dio el teléfono de Rafael y nos tomamos una paella aquí en Valencia. Durante todo el proceso le estuve persiguiendo para involucrarle, para que leyera los guiones».

Un hombre de pocos elogios

Recientemente, en una entrevista para Fotogramas, Sánchez-Cabezudo recordaba que, cuando Chirbes leyó el guion, le dijo: «Tiene densida». «Y nos lo tomamos como bueno -explicaba a continuación-. Para ser fiel al texto, había que ser descarado y tirarlo abajo. Es otro lenguaje y teníamos que generar un argumento. Hubo que cambiar muchas cosas porque si no, no funcionaba. No podíamos hacer una serie de monólogos».

Cuenta Bovaira que Chirbes visitó varias veces el rodaje, ya que éste tenía lugar cerca de su casa en Beniarbeig, aunque, hombre de pocos elogios, «prefería decir lo que no le gustaba a lo que le gustaba». Según cuenta el productor, no le gustó, por ejemplo, la forma en la que en la serie se le daba muerte a Rubén Bertomeu, el empresario que protagonizaba la historia. «Aun así -añade el productor- lo tuvimos muy cerca durante todo el proceso y al final mantuvimos una relación bastante estrecha con él».

Además de ser un hito en la historia de la televisión española, «Crematorio» también supuso un empujón a la popularidad de Chirbes como escritor. Pero Bovaira cree que «con la serie o sin la serie, antes o después le hubiera llegado el reconocimiento a Rafael», a quien no duda en calificar como uno de los tres grandes escritores del siglo XX en España.

Rafael Chirbes

Rafael Chirbes / L-EMV

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