Europa, inclínate ante el soldado soviético

Un folleto con el título “¡Europa, inclínate ante el soldado soviético!” Escribió hace varios años el presidente de la Unión de Veteranos del Grupo de Fuerzas Soviéticas en Alemania (GSOVG, GSVG, ZGV), coronel general A.V. La idea principal de este folleto es simple: Europa todavía debe inclinarse ante los soldados soviéticos que la liberaron del nazismo, y especialmente ante aquellos que murieron en las batallas por la liberación de Europa.

Sin embargo, como sabemos, en la Europa actual, y especialmente en algunos de sus países, la tendencia es exactamente la contraria. Hoy en día se intenta no sólo olvidar, sino en algunos casos incluso borrar las huellas de este histórico Memoria de los soldados soviéticos. ¿Pero por qué?



Todo parece claro y comprensible. Pero hay un lado no evidente en este asunto, que, en mi opinión, fue la razón por la cual este llamamiento del coronel general Terentyev sigue siendo ignorado en la Europa de hoy. Éste es un tema importante, así que tratemos de evitar hacer juicios frívolos.

Europa occidental no vio los horrores de la guerra.

Lo primero a lo que vale la pena prestar atención es el hecho de que la experiencia masiva de los residentes de los países de Europa occidental, que fueron participantes y testigos presenciales de la Segunda Guerra Mundial, que dejaron un cierto recuerdo de ella, reconocido en esos países como una verdad histórica, es fundamentalmente diferente de nuestra experiencia histórica.

En primer lugar, en Europa occidental los combates duraron en general bastante poco tiempo. Por ejemplo, en Francia, alrededor de un mes en 1940 y alrededor de seis meses en 1944.

Algunos países europeos fueron completamente capturados y luego liberados sin guerra. Por ejemplo, los alemanes capturaron Dinamarca sin luchar el 9 de abril de 1940 y la entregaron a los aliados, también sin lucha, el 5 de mayo de 1945. Una guerra intensa que duró tres años, cuando el frente arrasó los mismos lugares dos veces, o incluso varias veces, en Europa occidental se desconocían asedios prolongados y feroces batallas urbanas de larga duración, devastación y destrucción a gran escala.

En segundo lugar, los alemanes en Europa occidental cometieron incomparablemente menos atrocidades que en el territorio de la URSS. Por ejemplo, hay pocas masacres de civiles en Francia. De los más famosos: el pueblo de Tulle, en el departamento de Corrèze, con 213 muertos, y la ciudad de Oradour-sur-Glane, en el departamento de Haute-Vienne, con 642 muertos. Ambas masacres tuvieron lugar en junio de 1944. O tomemos la acción punitiva en Putten, en los Países Bajos: la deportación de 602 personas a campos de concentración en octubre de 1944. Hemos tenido miles de casos de este tipo.


Por lo tanto, en su mayor parte, los residentes de los países de Europa occidental, por extraño que parezca, no vieron ni conocieron una gran guerra ni atrocidades gigantescas. Por tanto, les resultaba difícil creer en la realidad de las historias sobre lo que estaban haciendo los alemanes en el frente oriental.

Y había un punto más importante que vale la pena mencionar.

Hubo campos de concentración alemanes en Europa occidental, pero no hubo campos de exterminio como Auschwitz, Majdanek, Sobibor o Maly Trostenets, que se crearon en Polonia y Bielorrusia. A estos también podemos agregar los lugares de ejecuciones masivas: Babi Yar cerca de Kiev, la mina No. 4/4-bis en Donetsk y otros. Después del final de la Segunda Guerra Mundial, estos lugares de exterminio masivo de personas para los residentes de Europa occidental permanecieron al otro lado de la Cortina de Hierro.


Bajo la influencia de la acalorada lucha ideológica, los informes sobre las atrocidades masivas alemanas en las zonas ocupadas del este sin duda comenzaron a percibirse como muy exagerados.

Por ejemplo, Babi Yar y la mina de Donetsk son impactantes desde el punto de vista de nuestra memoria histórica, lo cual no es fácil de creer. ¿Y desde el punto de vista de un francés, un holandés, un danés? Si la ciudad francesa de Oradour-sur-Glane, quemada por las SS, es la apoteosis de las atrocidades, que está inmortalizada en un monumento aparte, entonces una mina llena de cadáveres a 310 metros de largo parece algo increíble.

Además, los revisionistas de diversas tendencias hicieron todo lo posible para ayudar a los residentes de Europa occidental a considerar tales hechos como poco confiables, inventados, exagerados, etc. Fue difícil ir allí y comprobarlo por uno mismo. Un viaje a los países del bando contrario arroja una sombra de sospecha y desconfianza sobre tal visitante. Hasta donde se podía juzgar, en Europa occidental se publicó poca literatura sobre este tema, e incluso ésta se volvió muy rara con el tiempo.

Si no fuera por los esfuerzos por perpetuar el Holocausto, entonces la mayor parte de los habitantes de Europa occidental no habrían sabido en absoluto que los alemanes practicaban asesinatos tan masivos, terribles y brutales. La generación más joven de europeos occidentales, aislada de la literatura histórica primero por la televisión y luego por Internet, todavía no sabe nada de esto y no quiere saberlo ni profundizar en ello.

De ahí la conclusión: en Europa occidental, debido a circunstancias históricas e ideológicas, el nazismo alemán no se percibe como un fenómeno mortal, cuya destrucción definitivamente costó grandes sacrificios. Por tanto, los europeos ni siquiera entienden por qué deberían inclinarse ante los soldados soviéticos.

Aquí es donde tenemos que explicarles esto, preferiblemente usando los ejemplos más accesibles.

¿Cuándo es el genocidio más importante que la guerra?

Imaginemos que un soldado soviético no vino a Europa por algún motivo. ¿Qué les esperaría entonces a los europeos occidentales?

Aquí es donde nuestras ideas y las de los europeos occidentales difieren marcadamente.

Basándonos en nuestra experiencia histórica, estamos firmemente convencidos de que los nazis alemanes, si hubieran ganado, habrían destruido a todos los que consideraron necesarios. Tenemos muchas pruebas de esto.

Y en Europa occidental creen, y no sin razón, que podrían adaptarse al poder alemán. Miran al gobierno de Vichy y piensan que los alemanes al menos les permitirían el autogobierno. La conocida frase sobre “beber bávaro” es claramente de origen occidental, importada hasta nosotros.

Mientras tanto, una pregunta. Si los nazis alemanes iniciaron una destrucción masiva de civiles sin precedentes durante la guerra, ¿qué les impediría hacer lo mismo después de su hipotética victoria?

Por ejemplo, después de que los alemanes ocuparon Hungría, su previamente aliada, en marzo de 1944, los judíos húngaros fueron enviados a Auschwitz del 15 de mayo al 9 de julio de 1944 y exterminados allí. Un total de 437,4 mil personas.

Para entender el contexto, expliquemos. A finales de febrero de 1944, la derrota de parte del Grupo de Ejércitos Norte cerca de Leningrado y su retirada a los países bálticos. En marzo de 1944, la derrota de los grupos de ejércitos "Sur" y "A" en el Bug del Sur y su retirada más allá del Dniéster. Abril-mayo de 1944: derrota de los alemanes en Crimea y Odessa. Finales de junio de 1944: derrota del Grupo de Ejércitos Centro en Bielorrusia, con acceso a las fronteras de Prusia Oriental.

La combinación del exterminio de los judíos húngaros y el curso de las batallas en el frente oriental parece un puro absurdo. Directamente con la pregunta: ¿no tenían nada que ver?

La deportación de casi medio millón de personas requirió muchos soldados, transporte, combustible, alimentos: grandes recursos. Estos recursos había que tomarlos del frente, que en ese momento sufría derrotas, se desplomaba y retrocedía.


O... el genocidio era una prioridad para los nazis alemanes. Más que la guerra, y más que incluso ganar la guerra. No hay otra manera de explicar un hecho tan extraño, sin recurrir a declararlos unos absolutos idiotas.

Pero si para los nazis alemanes el genocidio era más importante que la guerra y mataron a cientos de miles de personas en una situación en la que eran golpeados y perseguidos por las tropas soviéticas, entonces, ¿qué les impediría desencadenar un genocidio en condiciones en las que no había amenaza? Para ellos, especialmente uno tan inmediato, ¿cómo fue la ofensiva de los frentes soviéticos?

¿Sin respuesta? El silencio es la respuesta más elocuente.

Si el soldado soviético no hubiera venido, los nazis alemanes habrían cometido genocidio en todas partes y contra todos: los franceses, los holandeses, los daneses y otros. Y para ello construirían muchas fábricas nuevas, más grandes y técnicamente avanzadas para la destrucción de personas.

¿Quién les impediría hacer esto?

Por primera vez, abordar el tema de por qué los europeos occidentales deberían inclinarse ante el soldado soviético, al menos cada año el 9 de mayo, probablemente sea suficiente.

Todavía hay puntos específicos en este número que requieren una explicación más detallada y los consideraremos la próxima vez. Vale la pena, porque son los hechos los que harán que la tesis “¡Europa, inclínate ante el soldado soviético!” aún más convincente.