La última zona de cultivos de L’Hospitalet no seguirá como explotación agrícola con el futuro polo biomédico | El Periódico

Transformación de la ciudad

La última zona de cultivos de L’Hospitalet no seguirá como explotación agrícola con el futuro polo biomédico

El director del Consorci per la Reforma de la Gran Via plantea un parque público que mantenga condiciones para la avifauna y abre la puerta a huertos urbanos

BIOPOL Y SEQUÍA | La sequía mantiene en vilo la tramitación del PDU de L'Hospitalet

CONTEXTO | Aprobado el plan urbanístico para desarrollar el futuro polo biomédico de L’Hospitalet

Los campos de cultivo junto a la masía de Cal Trabal, el último reducto agrícola de L'Hospitalet.

Los campos de cultivo junto a la masía de Cal Trabal, el último reducto agrícola de L'Hospitalet. / Ferran Nadeu

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

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En la ciudad con los dos kilómetros con más densidad de población de toda la Unión Europea, el hormigón y los distintos nudos viarios que la atraviesan todavía conviven con un pequeño reducto agrícola, vestigio del pasado campesino que apenas hace 100 años aún dominaba en L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès). Se trata del ámbito de Cal Trabal, ubicado al sur del municipio, a pocos metros del Hospital de Bellvitge. Un espacio que, sin embargo, vislumbra ahora el fin de su uso agrario tras la aprobación del PDU Biopol-Granvia, la reforma urbanística del sur de la ciudad y que tiene como uno de sus principales objetivos la creación de un gran polo biomédico.

“En Cal Trabal no habrá una explotación agrícola como un negocio lucrativo. En Cal Trabal puede haber usos agrícolas vinculados a huertos urbanos, de carácter social, pero no va a haber una explotación agraria entendida como un negocio. Eso no existirá”, afirma a este diario Raúl Alvarín, director del Consorci per la Reforma de la Gran Via

Aunque el actual entramado del municipio dificulte imaginar la extensión que ocupaban los campos de cultivo, lo cierto es que tanto en Bellvitge, La Florida, Pubilla Cases o la zona de la Marina se extendían aún a principios del siglo XX terrenos agrícolas —y, en algunos casos, hasta mitad de siglo—. Una tradición agraria en la zona de la que hay rastro desde hace unos 5.000 años, tal y como apuntaba el director del Museu de L’Hospitalet, Josep Maria Solias, en un artículo del Centre d’Estudis de l’Hospitalet (CEHL) de 1997.

Así, la posibilidad de que el último espacio agrícola desaparezca ha enervado a algunas entidades vecinales, como No Més Blocs y La Saboga, ya de por sí contrarias al desarrollo del PDU Biopol-Granvia. "La preservación de la zona agrícola es una de las pocas cosas que, cuando se presentó el segundo PDU, tenía todo el consenso", dice Javi Mulero, miembro de No Més Blocs, quien reivindica esa conservación del patrimonio agrícola local que "tenía consenso hasta hace cuatros días y se han saltado". Mulero defiende que la fauna de Cal Trabal que se pretende proteger "está asociada a la zona agrícola", por lo que no comparte la idea de transformarla en un parque naturalizado.

La preocupación no ha ido a tanto, por ahora, entre los campesinos que trabajan la zona, algunos ya de edad avanzada, que llevan décadas oyendo planes para la zona por parte de las administraciones, ya fuera para dotar a los campos de una vertiente divulgativa —como prometía el entonces alcalde Celestino Corbacho, según recoge la hemeroteca del ‘Tot L’Hospitalet’—, como para su reurbanización y la edificación en parte de los terrenos. Desde entonces, sin embargo, pocos cambios ha habido en los campos.

Cal Trabal, el último reducto agrícol de L'Hospitalet.

Cal Trabal, el último reducto agrícola de L'Hospitalet. / Ferran Nadeu

Corredor de aves migratorias

El propio Alvarín señala que, en el anterior PDU, había previsto una edificabilidad de 175.000 m² en los terrenos enganchados a la zona actualmente conreada, uno de los aspectos, reconoce, que generaba más conflicto. Después de los tribunales tumbaran la reforma prevista, Raúl Alvarín dice que trabajaron para sacar la edificabilidad prevista en las inmediaciones de Cal Trabal y que, para ello, se propuso desplazar los equipamientos deportivos que ahora hay detrás del Hospital Duran i Reynals al espacio que hay sobre los campos de cultivo y concentrar los edificios al sur de la Granvia, “el suelo con menor calidad ambiental”.

De este modo, el nuevo plan urbanístico mantiene el ámbito de Cal Trabal como un Parque Estratégico, dentro del sistema de espacios libres. La misma DEPANA remarca en un informe que el ámbito de Cal Trabal constituye un “enclave de interés migratorio para especies protegidas” al ser el primer terreno no urbano que se encuentran las aves migrantes antes de la conurbación barcelonesa.

De hecho, las tierras están incluidas en la propuesta de ampliación de las Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA) del Delta del Llobregat que realizó la conselleria de Acció Climàtica, Alimentació i Agenda Rural en 2022. Una propuesta, sin embargo, que no cuenta con el beneplácito del sector rural de la zona y que, además de estar encallada, podría reformularse con la constitución de un nuevo Govern de la Generalitat.

Además, el propio PDU ya recuerda que parte de la zona de Cal Trabal está incluida en la delimitación de una Important Bird Area (IBA), por lo que se trata de una pieza de suelo con un “reconocido valor para la conservación de la avifauna”, que debe funcionar como “corredor ecológico” con el Llobregat. Por ello, mantiene el director del Consorci, han planteado la creación de ese parque, de modo que se mantengan las “condiciones ambientales” que permitan esa preservación de las aves migratorias.

La masía de Cal Masover Nou, en el ámbito de Cal Trabal, la última zona agrícola de L'Hospitalet'.

La masía de Cal Masover Nou, en el ámbito de Cal Trabal, la última zona agrícola de L'Hospitalet. / Ferran Nadeu

La ‘expropiación’ de los terrenos

“Si queremos que Cal Trabal sea un suelo agrícola, no puede ser de titularidad pública”, sostiene Alvarín. El director del Consorci comenta que, para hacerlo, los terrenos deberían primero tener calificación agrícola, la cual se explota sobre terreno no urbanizable, lo que, para que pasase a ser de titularidad pública, implicaría una expropiación que podría llegara suponer una tercera parte del presupuesto municipal. “No aguanta ningún análisis razonable basado en el interés público”, insiste.

Así, Raúl Alvarín recuerda que en el Plan General Metropolitano de 1976, la zona de los campos de cultivo Cal Trabal —unas 30 hectáreas de terreno articuladas en las inmediaciones de la masía homónima, considerada Bien Cultural de Interés Local— consta como un sistema de espacios libres, es decir, lo que popularmente se conoce como una zona verde. Y que, por ello, sin aplicar ninguna recalificación, se puede obtener, de forma gratuita, mediante una cesión obligatoria dentro del PDU. “El plan director, en el fondo, lo que hace es materializar una obligación pública que ya estaba en el PGM, pero en lugar de expropiarla al incluirla dentro del ámbito del plan director, la obtiene de forma gratuita”, dice Alvarín.

“Si queremos que los terrenos pasen a ser de titularidad pública, tienen que tener calificación de espacios libres. Si, por otra parte, quisiéramos que fuera suelo agrícola hay que clasificarlo como suelo no urbanizable. Pero ya sabemos que entonces eso será de titularidad privada y, por lo tanto, el control de la administración sobre ese suelo es cercano a cero”, añade Alvarín, quien recuerda que en otros terrenos cercanos, pese a ser también espacios libres, con los años han acabado adoptando usos alternativos como párkings de camiones, por lo que, “para que a esa pieza de suelo no le pase eso y mantenga las condiciones ambientales que permita el corredor de aves, lo tienes que tener tú”.

Avances tras el adiós de la emergencia

El PDU recibió la luz verde definitiva el pasado 4 de abril, sin embargo, todavía no ha entrado en vigor, dado que su publicación en el DOGC se condicionó a la salida de L’Hospitalet de la fase de emergencia por sequía. Las últimas lluvias de abril y mayo y la mejora en los embalses han llevado al Govern a levantar la emergencia. De este modo, ya no hay obstáculos para que el plan urbanístico hospitalense entre en vigor. A su vez, Javi Mulero, de No Més Blocs, ya apuntaba hace unas semanas a este diario que preparan un recurso contencioso-administrativo contra el PDU Biopol-Granvia que presentarán en cuanto este se tramite.

Aún así, el proyecto final que definirá Cal Trabal todavía debe esperar a que se lleven a cabo varios trámites administrativos previos. Recientemente, se ha licitado la redación de un estudio técnico para el proyecto de urbanización del PDU, que será la base para llevar a cabo la transformación del tramo final de la Granvia y la transformación del suelo. No obstante, la zona de Cal Trabal requerirá de un plan especial de usos que se llevará a cabo después del proyecto de urbanización general y que terminará de concretar los detalles del parque naturalizado previsto.