Esta fue la primera ciudad española en tener electricidad en sus calles: no es ni Madrid ni Barcelona
Esta fue la primera ciudad española en tener electricidad en sus calles: no es ni Madrid ni Barcelona

Esta fue la primera ciudad española en tener electricidad en sus calles: no es ni Madrid ni Barcelona

La historia del alumbrado público eléctrico en España arranca en el año 1875, aunque la luz eléctrica no llegó hasta 1881. 

Varias personas en la calle en Comillas, Cantabria.Getty Images

La historia del alumbrado público eléctrico en España arranca en el año 1875 con la construcción de la primera central eléctrica en Barcelona y con la posterior creación de la Sociedad Española de Electricidad en 1881, en la capital condal. Y fue ese mismo año cuando las calles de una localidad española vio por primera vez la luz eléctrica. 

Se trata de Comillas, en Cantabria, donde se produjo este acontecimiento gracias a la intervención de uno de los tantos vecinos que se fueron en busca de mejor fortuna a América -y lo logró-. Sin embargo, aún hubo que esperar cinco años para que España contase con la primera ciudad en la que se inaugró la red de alumbrado público urbano, logro que ostenta Girona.

El motivo está en la relación de amitad entre este indiano, Antonio López y López, primer Marqués de Comillas, con Alfonso XII, entonces rey de España, a quien quiso mostrar esta novedosa solución. 

Así, acordaron la visita del rey a la tierra natal de su amigo para el 6 de agosto de 1881, fecha para la que se instalaron farolillos con luz eléctrica, aunque estos solo se pusieron para iluminar la llegada de Alfonso XII y de su esposa María Cristinal según explican en el portal Info Cantabria

Durante los preparativos, la localidad se vio inmersa en un continuo ajetreo con una única finalidad, transformar la villa en un lugar digno de reyes. Las hermanas e hija del rey se alojaron en la casa de Ocejo, cuyos interiores habían sido transformados al gusto de la época por varios decoradores y artesanos catalanes. Y en los jardines, se instaló un kiosco-fumador diseñado por un joven Gaudí, aún desconocido. 

Comillas, además, fue el lugar de la celebración el 5 de septiembre de un congreso de ministros, para lo cual tuvo que convertirse por un día en capital de España. Asistieron, además del propio rey, el entonces presidente del Consejo, Sagasta y los generales Pavía y Martínez Campos.