Mordida abierta: ¿es solo un problema estético o puede afectar a tu salud?

Mordida abierta: ¿es solo un problema estético o puede afectar a tu salud?

Se trata de una alteración facial que se define por la imposibilidad de cerrar los dientes frontales o posteriores

Por Pilar Hernán

La mordida abierta es una alteración facial que se define por la imposibilidad de cerrar los dientes frontales o posteriores. Así nos lo explica el doctor Federico Hernández Alfaro, cirujano maxilofacial, director del Instituto Maxilofacial de Barcelona y catedrático de la Universidad Internacional de Cataluña, que matiza que cuando existe este problema no existe el contacto entre los dientes anteriores o posteriores de la arcada superior con los anteriores o posteriores de la inferior.

“Cuando una persona cierra la boca, los dientes superiores contactan con los inferiores para formar una mordida adecuada y que podamos comer y masticar bien. La mordida abierta se produce cuando, entre los dientes de superiores y los inferiores, hay un hueco (solamente están en contacto las muelas posteriores). Es, por tanto, una anomalía dental y ósea de maxilar y/o mandíbula”, detalla la doctora Mar Gonzálvez, experta en medicina estética y cirugía maxilofacial.

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¿Cómo podemos sospechar que tenemos este problema?

“La podemos observar prácticamente a cualquier edad. Desde que somos bien pequeños, hasta durante el crecimiento y en la edad adulta. La sospechamos si al cerrar la boca notamos que nuestros dientes frontales no se tocan, mientras que los molares sí lo hacen. Resulta muy evidente y, consecuencia de esa dificultad a la hora de comer, podemos también notar otros signos típicos como dificultad para morder una manzana, por ejemplo, o incluso problemas al hablar”, nos cuenta la doctora Mar Gonzálvez.

Coincide el doctor Hernández Alfaro en que es un problema bastante evidente, ya que las personas que lo padecen no pueden hacer cosas como, por ejemplo, cortar celo con los dientes. También, en función del grado de apertura que tengan, hay personas que no pueden morder un sándwich o que mastican únicamente con los molares.

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Cuáles son las causas

Una de las dudas que nos planteamos es cuáles son las causas que pueden estar detrás de este problema. En opinión del doctor, hay cuatro causas principales:

  • El hábito continuado de chuparse el dedo o morder objetos.
  • Las posturas incorrectas de la lengua, como empujar los dientes con la lengua cuando se está en reposo, o la deglución atípica, que es un mal hábito oral que se produce al tragar cuando la lengua realiza un empuje frontal o lateral contra los dientes, lo que provoca el desplazamiento de los mismos hacia delante.
  • Problemas en la articulación temporomandibular (ATM), que pueden venir dados de empujar los dientes con la lengua para tratar de recolocar la mandíbula y así aliviar el dolor en la articulación.
  • Problemas esqueléticos, que suelen tener causas genéticas y que se dan cuando los huesos de la mandíbula se desarrollan de manera incorrecta.

“Según una reciente revisión bibliográfica que ha recopilado los estudios publicados hasta la fecha causas hay muchas; y, normalmente es lo que en medicina conocemos como multifactorial: interaccionan entre ellas”, añade por su parte la doctora Gonzálvez, que nos detalla que suele existir una predisposición genética a que los huesos que soportan los dientes crezcan así, aunque también puede afectar el uso prolongado durante la infancia del chupete con tetinas redondas o chuparse el dedo; o, incluso, problemas en la respiración o la colocación no adecuada de la lengua (que está diseñada para estar en el paladar) puede favorecer la mordida abierta.

“Todo ello, a modo de cóctel, puede originar la no estética mordida abierta durante alguna de las etapas de nuestro crecimiento facial. En alguna ocasión aparece cuando ya somos adultos, consecuencia de alteraciones en nuestros huesos, debido a un traumatismo o determinadas enfermedades reumatológicas, que pueden hacer que se desgaste la zona que articula nuestra mandíbula con el cráneo (la ATM) de forma muy significativa originando la mordida anterior”, nos comenta la especialista.

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No solo una cuestión estética

Lo que está claro es que no se trata tan solo de una cuestión estética, sino que también, como explica la doctora Gonzálvez, además hay veces que se asocia a que nuestros huesos de la cara no crecen acompasados originando lo que se conoce como anomalía dentofacial y a no tener una sonrisa estéticamente bonita. “Ello nos puede acarrear problemas funcionales significativos, dado que no masticamos y deglutimos adecuadamente (más bien engullimos), por lo que se pueden presentar desde problemas digestivos hasta mayor estrés y desgaste en ciertos dientes debido a la mordida inadecuada; e, incluso, también nos pueden llegar a generar problemas de dolor de oído o dolores de cabeza por la no adecuada función de la articulación temporomandibular”, apunta la experta.

Lo cierto es que, además de afectar la estética, la mordida abierta puede causar distintos problemas de elocución, como un ceceo, o la dificultad para pronunciar ciertos sonidos dependiendo del grado de apertura de la mordida, además de escupir involuntariamente al hablar en muchos casos. El doctor añade que también impide morder y masticar los alimentos correctamente, y puede causar desgaste dental y hasta fracturas dentales.

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 ¿Puede afectar a nuestra salud?

El especialista nos detalla que los problemas a la hora de masticar correctamente pueden causar trastornos digestivos a largo plazo, como acidez estomacal, gases, dolor de estómago y otros problemas gastrointestinales debidos a una digestión más lenta de lo normal. Además, dado que los dientes posteriores (o anteriores) son los únicos que entran en contacto, se desgastan más rápidamente de lo normal, causando incomodidad y hasta fracturas dentales, sin mencionar los problemas de autoestima que puede causar tener una mordida de este tipo.

“La salud puede verse comprometida en aspectos digestivos hasta funcionales o dolores de cabeza y oído por disfunción de la articulación de la mandíbula con el cráneo (la ATM). Resulta de vital importancia su estudio por los diferentes especialistas para intentar determinar el o los posibles orígenes de la misma y plantear la mejor solución”, sugiere por su parte la doctora.

Cómo solucionar el problema

La pregunta clave es de qué forma se puede solucionar el problema de la mordida abierta. En opinión de la doctora Gonzálvez, el tratamiento de la mordida abierta va a variar según su gravedad y causa y el momento del desarrollo facial en el que nos encontremos. “Las opciones de tratamiento pueden incluir la ortodoncia por parte de ortodoncistas especializados para alinear los dientes y cambiar la manera en que estos contactan; también, de dispositivos de ortopedia para los pacientes más jóvenes que ayudan a intentar modular ese crecimiento óseo, pasando por logopedia y rehabilitación en aquellos casos en que la posición de la lengua no sea la adecuada. Y la cirugía en sus diferentes vertientes: articular, ortognática –que implica cambiar la posición de los huesos de la mandíbula y/o maxilar– etc. En muchos casos, y dado que hay varias causas, el tratamiento será combinado”, detalla la experta.

El doctor, por su parte, nos comenta que aunque existen algunos casos de mordida abierta dental que pueden solucionarse con un tratamiento ortodóncico (normalmente en niños), la mayoría de casos requieren un tratamiento quirúrgico. “A día de hoy, la única solución efectiva para corregir la mordida abierta en adultos es la cirugía ortognática, acompañada de un tratamiento de ortodoncia. En casos de mordida abierta, la cirugía ortognática que se realiza es bimaxilar; es decir, se movilizará tanto el maxilar como la mandíbula para posicionar correctamente ambas arcadas, habitualmente realizando movimientos de rotación y traslación para cerrar ese espacio que no permite que los dientes encajen correctamente", explica.

En lo que coinciden al cien por cien ambos especialistas es que con un buen tratamiento de ortodoncia y cirugía ortognática, este problema se corrige de manera permanente. “La clave está en un diagnóstico temprano y en abordar tanto los hábitos que puedan estar contribuyendo al problema como las cuestiones ortodónticas o quirúrgicas necesarias. Con el cuidado correcto, pacientes con mordida abierta pueden alcanzar no solo una sonrisa estéticamente agradable sino también una función óptima”, concluye la doctora Gonzálvez.