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La primera fiesta de jardín del Palacio de Buckingham ha dado mucho de qué hablar. Oficialmente fue el motivo por el que ningún miembro de la Familia Real acompañara al príncipe Harry en la capilla de St Paul de Londres, donde tuvo lugar un servicio religioso para conmemorar el décimo aniversario de los Juegos Invictus. En esta recepción se vio a los reyes Carlos y Camilla, derrochando elegancia y estilo británico. La Reina se puso un espectacular broche con un gran diamante valorado en más de dos millones de euros que no pasó desapercibido.
Ante 8.000 invitados, Camilla de Reino Unido completó su vestido blanco de Fiona Clare Aldridge con un sombrero de Philip Treacy, zapatos de tacón medio bicolores de Chanel y una joya histórica de diamantes que antes de este día había tenido un uso muy diferente. El diamante central había sido incorporado a la corona que llevó hace un año, durante la coronación de Carlos III. Se trata del diamante Cullinan V que tiene forma de corazón y tiene un peso de 18,8 quilates y que fue engastado en platino por la mítica firma Garrand en 1911 y que la reina María de Teck (bisabuela del actual monarca) llevó ese año en su coronación.
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De esta forma, la reina Camilla ha recuperado la forma en que Isabel II llevaba este increíble diamante. A la madre de Carlos III le gustaba llevar el Cullian V en forma de broche y que su nuera lo haga ahora podría interpretarse como todo guiño sentimental.
En la coronación, la reina Camilla quiso huir de la polémica con la elección de su corona y usó la misma pieza que se puso María de Teck, en lugar de la de la Reina Madre que tenía el famoso y polémico diamante Koh-i-Noor, reclamado por varios países y que habría despertado cierto nerviosismo en el sector político por el recuerdo “doloroso” del pasado colonial de Reino Unido.
Camilla también rompió la tradición con la elección de su corona, ya que fue la primera vez en la historia reciente del Reino Unido que se reutilizó una corona para un consorte, en lugar de crear una nueva. A pesar de que no fue de estreno, sufrió modificaciones que reflejaron la individualidad de Camilla, quien quiso rendir un homenaje a Isabel II y por eso colocó en la diadema los fascinantes diamantes Cullinan III, IV y V, que formaron parte del joyero personal de la recordada soberana.
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El Cullinan es el mayor diamante tallado en toda la Historia y proviene de una mina de Sudáfrica. En origen pesaba más de 300 quilates (600 gramos) y debe su nombre a Thomas Cullinan, el propietario del yacimiento donde se encontró. La piedra preciosa en bruto se regaló por su cumpleaños al rey Eduardo VII, quien ordenó tallarla en 1906. Dada sus extraordinarias dimensiones, de la original se obtuvieron 150 piedras talladas que fueron bautizadas como Cullinan I, Cullinan II, Cullinan III, Cullinan IV y Cullinan C. La primera, la más espectacular, se encuentra engastada en el cetro que portó Carlos III el 6 de mayo de 2023.
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