¿Qué diferencia psicológicamente a un amigo de una pareja? Cinco elementos que no se comparten | El Periódico

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¿Qué diferencia psicológicamente a un amigo de una pareja? Cinco elementos que no se comparten

Los tipos de vínculos generan una serie de normas y expectativas

Dos personas hablando

Dos personas hablando / 123RF

Ángel Rull

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La amistad y la relación de pareja comparten varias características como la confianza y el afecto, pero esencialmente divergen en sus fundamentos y expectativas. Una amistad se caracteriza por ser una relación más flexible y abierta, donde la exclusividad emocional y el compromiso a largo plazo no son requisitos. Los amigos disfrutan de la compañía mutua, comparten intereses y brindan apoyo, pero no hay una presión inherente para que la relación evolucione hacia algo más serio o permanente.

Por otro lado, en una relación de pareja, las expectativas son significativamente mayores. Estas relaciones a menudo se basan en la construcción de un proyecto de vida común que incluye cohabitar, compartir responsabilidades económicas y, en muchos casos, planear una familia. Este nivel de compromiso supone una base de planificación y coordinación que rara vez se observa en las amistades.

Además, la relación de pareja tiende a involucrar un grado más intenso de intimidad emocional y física. Mientras que los amigos pueden conocer muchos aspectos el uno del otro, las parejas suelen compartir incluso los detalles más íntimos y personales de sus vidas. Esta profundidad crea una conexión única que distingue claramente las relaciones amorosas de las amistades.

¿Qué elementos tienen en común?

Tanto las amistades como las relaciones de pareja se sustentan en la confianza y el respeto mutuo, pilares sin los cuales ninguna relación podría prosperar. Estos elementos son esenciales para crear un ambiente seguro donde las personas se sientan valoradas y comprendidas. La confianza permite que ambas partes se abran y compartan sus pensamientos y emociones sin temor a ser juzgados.

Además, el apoyo mutuo es otro pilar común. Amigos y parejas actúan como redes de seguridad emocionales, proporcionando consuelo y ánimo en momentos de dificultad. Este apoyo puede manifestarse de diferentes maneras, desde escuchar y ofrecer consejos hasta ayudar en situaciones prácticas de la vida cotidiana.

La capacidad de disfrutar tiempo juntos realizando actividades compartidas también es un factor común importante. Tanto amigos como parejas pueden apreciar desde salidas sociales hasta pasatiempos compartidos, lo que fortalece el vínculo y enriquece la relación. Las experiencias comunes son fundamentales para el desarrollo y mantenimiento de cualquier relación interpersonal.

La única diferencia no es el sexo

Es un error común reducir las diferencias entre amistades y relaciones de pareja únicamente a la presencia o ausencia de relaciones sexuales. Si bien el sexo suele ser una parte significativa de muchas relaciones románticas, no es el único factor que las distingue de las amistades. La dimensión emocional y el compromiso compartido son igualmente fundamentales.

En las relaciones de pareja, se espera un nivel de compromiso y soporte que abarca todas las esferas de la vida de los involucrados, incluyendo la toma de decisiones económicas, el apoyo en carreras profesionales y la gestión conjunta de crisis familiares o personales. Este nivel de integración en la vida del otro raramente se observa en las amistades, donde aunque el apoyo es significativo, no suele ser tan omnipresente ni requerir un consenso para decisiones personales.

Además, las parejas suelen establecer un plan de vida que involucra una convivencia y coordinación diaria, mientras que los amigos mantienen una mayor independencia en estos aspectos. Los rituales de conexión diaria y los proyectos a largo plazo son exclusivos en gran medida de las parejas, reforzando la unión y la cohesión entre las personas.

Diferencias psicológicas entre un amigo y una pareja

Tanto las amistades como las relaciones de pareja son indispensables para nuestra vida social y emocional. Cada una cumple roles distintos y complementarios que contribuyen a nuestra felicidad y desarrollo personal. Reconocer y valorar estas diferencias nos permite disfrutar de cada relación en su plenitud, mientras trabajamos para fomentar vínculos sólidos y significativos en todos los ámbitos de nuestra vida interpersonal.

Pero ¿cuáles son esas diferencias?

1. Expectativas de futuro

En las relaciones de pareja, se proyectan expectativas a largo plazo que suelen incluir hitos importantes como el matrimonio, la compra de una vivienda conjunta o la planificación familiar. Estos planes no solo reflejan un compromiso profundo, sino que también establecen un marco para la integración de las vidas en casi todos los aspectos.

Las parejas tienden a discutir abiertamente sus visiones de futuro y trabajan conjuntamente hacia objetivos comunes, lo que puede incluir desde decisiones económicas hasta preferencias de estilo de vida. Este nivel de planificación y compromiso es mucho menos común en las amistades, donde cada persona generalmente mantiene planes de vida más individuales.

Aunque los amigos pueden apoyarse mutuamente en sus objetivos personales y profesionales, raramente se ven implicados en la planificación del futuro del otro con el mismo grado de integración que se espera en una relación de pareja.

2. Compromiso exclusivo

La exclusividad, tanto emocional como sexual, es un sello distintivo de muchas relaciones de pareja. Este acuerdo implica que ambos miembros de la pareja se comprometen a no compartir un vínculo romántico o sexual con otras personas, reforzando la singularidad de su conexión.

En contraste, la amistad admite un mayor grado de libertad en términos de relaciones emocionales con terceros. Los amigos pueden tener múltiples amistades íntimas sin que esto infrinja los términos de su relación.

Esta exclusividad en las parejas crea un entorno de intimidad y confianza que es fundamental para el desarrollo y mantenimiento de la relación a largo plazo, aspecto que no es tan imperativo en las amistades.

3. Apoyo en crisis

Si bien tanto los amigos como las parejas proporcionan apoyo en momentos difíciles, en una relación de pareja, se espera un nivel de soporte más amplio y consistente. Las parejas a menudo son la primera línea de apoyo en situaciones críticas, ofreciendo ayuda en una variedad de contextos, desde problemas de salud hasta problemas económicos o profesionales.

Los amigos, aunque pueden ser extremadamente solidarios, suelen tener un alcance más limitado de apoyo, centrado en confort emocional o asistencia en situaciones específicas menos críticas.

Esta diferencia en el nivel de apoyo esperado refleja el grado de integración y compromiso presentes en las relaciones de pareja comparado con las amistades.

4. Intimidad emocional

La profundidad de la intimidad emocional en una relación de pareja es generalmente mayor que en una amistad. Las parejas comparten vulnerabilidades, miedos, deseos y aspiraciones a un nivel que rara vez se alcanza en amistades, incluso en las más cercanas.

Esta intimidad profunda facilita un entendimiento mutuo y un apoyo emocional que es exclusivo de las relaciones románticas, permitiendo a las personas conectarse en niveles muy personales y significativos.

La capacidad para discutir abiertamente temas delicados o personales sin temor a juicio refuerza el vínculo exclusivo que tienen las parejas, diferenciándolas claramente de las amistades.

5. Rituales de conexión

Las parejas suelen desarrollar rituales específicos que refuerzan su vínculo y solidifican su rutina compartida, como cenar juntos cada noche, celebrar aniversarios de manera especial o tener rutinas de fin de semana. Estos rituales ayudan a mantener la conexión emocional y a fortalecer la relación.

Aunque los amigos también pueden tener rituales, como reunirse regularmente para actividades de ocio, la naturaleza y la frecuencia de estos rituales en las amistades son generalmente menos estructuradas y no están diseñadas para reforzar una conexión emocional profunda de la misma manera que en las parejas.

Estos hábitos cotidianos son fundamentales para las parejas ya que crean un sentido de pertenencia y hogar compartido, aspectos menos enfatizados en las amistades.

Al entender estas diferencias, podemos apreciar más la naturaleza única tanto de las amistades como de las relaciones de pareja. Cada tipo de relación ofrece sus propios beneficios y satisfacciones, y conocer estas distinciones nos ayuda a gestionar mejor nuestras expectativas y contribuir de manera más efectiva al bienestar de nuestras relaciones.

La gestión de expectativas es particularmente crucial en las relaciones de pareja, donde los malentendidos sobre el compromiso y los planes a futuro pueden llevar a conflictos. Un diálogo abierto y continuo ayuda a alinear estas expectativas y a fortalecer la relación a largo plazo.

En contraste, las amistades tienden a ser más flexibles y permiten una mayor autonomía en la gestión de la vida personal de cada uno. Este tipo de relación puede adaptarse con más facilidad a los cambios en la vida de los amigos sin que esto suponga necesariamente una crisis para el vínculo existente.

Estas diferencias no sólo enriquecen nuestro entendimiento de las dinámicas humanas, sino que también nos ofrecen pistas sobre cómo podemos nutrir cada relación según su naturaleza. Apreciar y respetar las particularidades de cada tipo de vínculo es esencial para mantener relaciones saludables y duraderas, ya sea con amigos o con parejas.

* Ángel Rull, psicólogo.