Si el cielo existe, y te encontraras a Dios esperándote ¿Qué te gustaría que te dijera? Desde 1994 hasta 2018, la televisión norteamericana brindó uno de los programas más interesantes para quienes aman el séptimo arte. Se llamaba “Inside the Actors Studio”, y consistía en entrevistas a actores y directores connotados que tenían una relación o habían estudiado en la prestigiosa escuela de intérpretes del mismo nombre.

James Lipton, su encantador anfitrión, recibía nombres de la altura de Robert Redford, Paul Newman, Joan Woodward, Dustin Hoffman, Jodie Foster, etc, etc, etc… El programa tenía varios elementos que lo hacían especial: su conductor, la altura de los invitados, los análisis de películas y técnicas de actuación, las experiencias y anécdotas contadas, la participación de los alumnos al final, y probablemente lo más característico: el cuestionario de Bernard Pivot.

A modo de homenaje, y para darle peso intelectual a la conversación, James Lipton interrogaba a sus invitados con 10 preguntas. Pero el famoso interrogatorio no era un invento suyo, y eso lo transparentaba al inicio de la sección más famosa del programa y que se hacía frente a los jóvenes estudiantes de actuación. “Comenzamos nuestra clase con el cuestionario que fue utilizado por 26 gloriosos años por Bernard Pivot”.

Bernard Pivot

Este lunes 6 de mayo, el mundo del periodismo y la literatura lamentaba la partida de este destacado periodista y crítico francés. Había cumplido 89 años el domingo, y la noticia de su deceso fue comunicada por su hija mediante agencias.

Pero en realidad, la tristeza abarca a un número mayor de franceses que viernes tras viernes, durante 15 años, en horario prime, se juntaban para ver un programa de literatura llamado “Apostrophes”.

La idea era una locura impulsada por Pivot, después de varios proyectos televisivos y escritos, cuya principal motivación era hacer leer a los franceses. Entusiasmar a la audiencia con la literatura mediante conversaciones con los escritores más consagrados de su generación. Así fue como por el plató del exitoso programa pasaron grandes como Umberto Eco, Susan Sontag, Milan Kundera, Marguerite Yourcenar, Tom Wolfey recordada es la aparición en vivo de un totalmente ebrio Charles Bukowski.

Pero la gracia de “Apostrophes”, es que logró dar con esa compleja combinación que rara vez se logra en la televisión. Un programa con un contenido cultural de naturaleza mayor, que al mismo tiempo acaparó la atención de los telespectadores.

Y es que, según la prensa francesa, Pivot fue un “embajador de las letras” (era un férreo defensor del lenguaje y la ortografía) y un “militante de la lectura” que “supo manejar el arte incomparable de la entrevista, con amabilidad, curiosidad y humor, sabiendo sacar lo mejor del entrevistado”.

Para Bernard Pivot leer era una “profesión” y su mayor virtud “trabajar mucho”. Le dedicó alma y corazón a este proyecto que quedó en el inconsciente colectivo galo. Para Le Monde, Pivot triunfó porque “supo mezclar felizmente la seriedad con el buen humor, la sencillez con un falso candor malicioso, el descaro con un sincero deseo de comprender”. “En cuanto su rostro aparece en la pantalla, sabemos que algo divertido o conmovedor va a pasar”.

La cultura no te hace mejor persona

Una de las cosas más interesantes que alguna vez leí sobre Pivot, fue una declaración realizada el año 2011 en el marco del premio “Antonio de Sancha”, otorgado por los editores de Madrid por su “excepcional trayectoria como divulgador de la literatura y de la lectura”.

Pivot le dedicó el premio a quien había sido su amigo y escritor favorito español Jorge Semprún, de quien recordaría un episodio brutal en medio de un campo de concentración alemán. Semprún le había contado la existencia de cierto militar, que pese a ser perfectamente instruido y muy culto, era un tipo abominable. Pivot reflexiona: “la cultura, por desgracia, no hace a la gente mejor”.

Si bien el programa “Apostrophes” gozaba de gran popularidad (llegó a tener en su mejor momento cerca de 3 millones de espectadores), los años 90 llegaron con la irrupción de las mediciones de audiencias a cambiar el panorama de la televisión en todo el mundo.

Los contenidos más ligeros y el frenesí informativo se apoderaron de la tv. Algo que también sucedió en nuestro país.

Aún con una televisión que parecía remar hacia el lado contrario, Pivot continuó con proyectos exitosos que siguieron a “Apostrophes”, como “Bouillon de Culture”, su último programa cultural con el que se despidió de las audiencias en 2001. Pivot siempre fue crítico de esta forma frenética de hacer televisión que le arrebató a las audiencias la posibilidad de reunirse en familia en torno a la cultura.

“Aujourd’hui”

El llamado “Cuestionario de Pivot”, lo creó basándose en el “álbum de confesión” de Marcel Proust. Una especie de juego de salón victoriano que sirvió como base para su icónica sección al final del programa.

El original tiene 30 preguntas que buscan manifestar la opinión personal de los participantes en alguna tertulia o conversación.

Pivot tomó ideas a partir de este interrogatorio y sumó algunos cuestionamientos que resultan ser un ejercicio divertido, pero también de profundo autoconocimiento, porque si lo tomamos en serio, se darán cuenta que haremos un proceso de reflexión y un repaso de los detalles cotidianos y sentimientos anclas que hemos experimentado en la vida.

Una de las preguntas incluidas por Pivot, y que revela su fascinación por las letras es ¿Cuál es tu palabra favorita? En una de sus ya últimas entrevistas, Pivot contestó a su propia interrogante: “aujourd’hui”, que en español quiere decir “hoy”.

Y la última…“Si el cielo existe y te encontraras a Dios esperándote, ¿Qué te gustaría que te dijera?”: “¡Ah Pivot!, ¡Explíqueme la regla del participio pasado de los verbos pronominales porque no he comprendido nada”. (Si el cielo existe… yo creo que eso mismo le acaba de decir)

Imaginemos que estamos en ese set de televisión, o si lo prefieren, con James Lipton en el Actors Studio. ¿Se atreven a contestar el cuestionario” Acá va:

● ¿Cuál es tu palabra favorita?
● ¿Cuál es la palabra que más odias?
● ¿Qué es lo que más te gusta hacer?
● ¿Qué es lo que más te disgusta?
● ¿Cuál es el sonido que más te gusta?
● ¿Qué sonido odias?
● ¿Cuál es tu palabrota favorita?
● ¿Qué profesión, además de la que tienes, te gustaría ejercer?
● ¿Qué profesión no te gustaría ejercer?
● Si el cielo existe, y te encontraras a Dios esperándote ¿Qué te gustaría que te dijera?