Un niño de 12 años que grita a la gente porque están sentados en "su" asiento en la parada de autobús, o que grita al camarero cuando le ponen un plato de pasta que pidió con la salsa por separado y la esquina de un macarrón toca el tomate. A priori pensarás que los padres están malcriando a ese niño, todo cambia cuando conoces que el pequeño tiene autismo. En su cabeza las normas hay que cumplirlar a rajatabla.
Por eso se refugia en las nuevas normas ecológicas, obligando a los padres a seguirlas hasta la extenuación. Esta historia basada en hechos reales ha sido llevada al cine con la película alemana Un gran equipo, que podemos ver en Movistar Plus+. Jason, así se llama el niño, es un auténtico portento en el colegio, sin embargo tiene numerosos problemas de socialización. Un día se siente fuera de lugar por no tener un equipo de fútbol.
Cuando lo cuenta en casa le explican que su padre es del Fortuna Düsseldorf mientras su madre es del Borussia Dortmund. Pero para Jason las cosas no se deciden así, quiere visitar los estadios para ver el campo, los baños, el sistema de riego, si las luces cumplen con los estándares ecológicos, si el club cuenta con un programa de reciclaje... El padre, que viaja mucho por trabajo y no puede pasar tiempo con él, llega a un pacto con Jason: el pequeño promete hacer todo lo posible para dejar de ser provocado en la escuela mientras su padre le llevará a los campos para que pueda encontrar su equipo de fútbol favorito.
Una vez firmado el pacto con un apretón de manos, el joven le dice a su progenitor el número de campos que tienen que visitar. Al principio la cifra no cuadra, el pequeño se refiere a todo el fútbol profesional alemán, lo que incluye primera, segunda y tercera división.
El espectador intenta entender a Jason en la primera mitad de la película debido a su autismo, pero en la segunda caerá rendido ante los esfuerzos que hace en los estadios donde su burbuja interpersonal es imposible de respetar o los gritos de la afición le perturban.
Un gran equipo es una buena película con el ritmo adecuado y unas interpretaciones sobresalientes, especialmente el joven actor que hace de Jason. El director no cae en ningún momento en la sensiblería ni edulcora o idealiza la difícil situación en la que se encuentran los padres. El espectador terminará por emocionarse con este "tirano", al que entiende un poco más. Gran película sobre el autismo.