Máxima Zorreguieta cumple 53 años: De plebeya argentina a reina de Holanda – NOTICIAS DEL JARDÍN

Máxima Zorreguieta cumple 53 años: De plebeya argentina a reina de Holanda

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Máxima Zorreguieta, reina de los Países Bajos desde 2013, celebra otro año de vida. Nacida en Buenos Aires un día como hoy de 1971, la glamorosa vida de Máxima en la corte holandesa acarreó los desafíos de integrarse a una cultura muy diferente a la argentina y superar la sombra de su pasado familiar.

De economista a princesa: Una argentina en la corte holandesa

Nacida en el seno de una familia acomodada de Buenos Aires, Máxima Zorreguieta hizo sus estudios de economía en la Universidad Católica Argentina en 1995, donde destacó por ser una alumna brillante y con mucha capacidad de trabajo. Después de graduarse, inició una exitosa carrera en el ámbito financiero, trabajando para prestigiosas empresas en Buenos Aires, Nueva York y Bruselas. Ya por entonces mostraba una inteligencia, un dinamismo y don para entablar relaciones sociales que la convirtieron en una profesional muy valorada en el mundo de las finanzas.

El destino de Máxima daría un giro inesperado en 1999 cuando conoció al príncipe heredero Guillermo Alejandro de los Países Bajos en un viaje a España. Al igual que en un cuento de hadas, el enamoramiento fue instantáneo y, a pesar de las diferencias culturales y las dificultades de una relación con un futuro rey, el amor se impuso.

Antes de conocer al príncipe Guillermo Alejandro de Holanda, Máxima Zorreguieta era una graduada en economía que trabajaba en el ámbito financiero para importantes empresas alrededor del mundo.

Antes de conocer al príncipe Guillermo Alejandro de Holanda, Máxima Zorreguieta era una graduada en economía que trabajaba en el ámbito financiero para importantes empresas alrededor del mundo.

Asimismo, como si a este cuento le faltara una bruja malvada, a la relación tampoco le faltó controversia en la sociedad holandesa dada la conexión del padre de Máxima, Jorge Zorreguieta, con la última dictadura militar argentina (ya que había ocupado el cargo de ministro de Agricultura entre 1979 y 1981).

Dada la polémica, los padres de Máxima no asistieron a la boda de su hija, que se llevó a cabo en Ámsterdam en 2002 tras recibir la nacionalidad holandesa y el consentimiento para el matrimonio de parte de los Estados Generales de los Países Bajos. En cambio, la ceremonia fue presenciada por líderes políticos holandeses, amigos y familiares, y miembros de la realeza de otros países.

Máxima y Guillermo se casaron en 2002 con la presencia de políticos holandeses, amigos y familiares. Los padres de Máxima no asistieron debido a la polémica que rodeaba a su padre por haber sido miembro de la última dictadura militar.

Máxima y Guillermo se casaron en 2002 con la presencia de políticos holandeses, amigos y familiares. Los padres de Máxima no asistieron debido a la polémica que rodeaba a su padre por haber sido miembro de la última dictadura militar.

Fue un momento difícil en la vida de Máxima, pero de todas maneras perseveró en su amor por Guillermo y en su deseo de integrarse a la vida holandesa, dedicándose a aprender el idioma, a estudiar la historia y sus leyes, y a comprender las costumbres de su nueva sociedad. El pueblo holandés supo apreciar su esfuerzo, y lograron verla como una mujer inteligente, sensible y comprometida con su futuro como miembro de la realeza.

Un nuevo capítulo: La reina Máxima de los Países Bajos

En 2013, la vida de Máxima cambió por completo con la ascensión al trono de Guillermo Alejandro tras la abdicación de su madre, la reina Beatriz. Con la coronación de su esposo, Máxima se convirtió en reina consorte de los Países Bajos y en la quinta mujer de la realeza europea nacida en América, un honor que significaba no solo un nuevo estatus sino también una gran responsabilidad.

Antes de convertirse en reina, Máxima debió dedicar tiempo en aprender el idioma y las leyes del país que le tocaría gobernar junto a su esposo. Hoy es una figura muy querida por el pueblo holandés.

Antes de convertirse en reina, Máxima debió dedicar tiempo en aprender el idioma y las leyes del país que le tocaría gobernar junto a su esposo. Hoy es una figura muy querida por el pueblo holandés.

Desde el primer día, la reina Máxima asumió su rol con el mismo profesionalismo que demostró como financiera en Buenos Aires, acompañando a su esposo en sus funciones oficiales y brindándole su apoyo incondicional. Además, se destacó por su labor en el ámbito social, apoyando diferentes causas humanitarias y promoviendo el bienestar de los ciudadanos holandeses.

Su compromiso con el país, su sensibilidad social y su estilo cálido le hicieron ganar el cariño de la población, quienes la ven como una reina moderna, cercana y comprometida con su época.