Primer plano de piernas de bailarinas

Los anticonceptivos orales pueden ayudar a reducir el riesgo de lesiones deportivas

Las atletas que tomaron píldoras anticonceptivas durante un estudio tuvieron cinco veces menos probabilidades de sufrir lesiones musculares o tendinosas. Pero, ¿merecen la pena los riesgos?

Las mujeres son más propensas a sufrir lesiones de ligamentos, como la rotura del ligamento cruzado anterior, que los hombres. Sin embargo, los anticonceptivos hormonales pueden ofrecer algunas ventajas protectoras contra las lesiones.

Fotografía de Jodi Cobb, Nat Geo Image Collection
Por Rachel Fairbank
Publicado 16 may 2024, 12:49 CEST

En las últimas décadas ha aumentado el número de mujeres que practican deporte, por lo que cada vez se es más consciente de que las lesiones que sufren las atletas pueden diferir de las de sus homólogos masculinos. Una de las razones, según un creciente número de pruebas, es que las hormonas pueden desempeñar un papel en el aumento de la susceptibilidad de las atletas femeninas a ciertos tipos de lesiones.

En comparación con los atletas masculinos, estudios anteriores han revelado que las atletas tienen entre dos y seis veces más probabilidades de romperse el ligamento cruzado anterior (LCA) de la rodilla, el doble de probabilidades de sufrir conmociones cerebrales y más probabilidades de sufrir fracturas por estrés. Otros estudios han revelado que el riesgo de lesión de una deportista varía en función de la fase del ciclo menstrual en la que se encuentre, lo que sugiere que los cambios en los niveles de determinadas hormonas pueden influir en la vulnerabilidad de las atletas.  

"Queríamos estudiar cómo influyen las hormonas en los músculos y tendones", dice Yasin Dhaher, investigador de UT Southwestern (en Estados Unidos), cuya investigación se centra en los efectos no deseados de los anticonceptivos orales, y uno de los autores de un estudio reciente en Medicine & Science in Sports & Exercise. Su equipo descubrió que las mujeres que tomaban píldoras anticonceptivas orales tenían unas cinco veces menos probabilidades de sufrir lesiones musculares o tendinosas en las extremidades inferiores que las que no tomaban estos fármacos.

Estos resultados subrayan los hallazgos de que los niveles hormonales pueden influir en la susceptibilidad de una persona a las lesiones, y que los anticonceptivos orales pueden desempeñar un papel en la mitigación de ese riesgo.  

"Muchas atletas toman algún tipo de anticonceptivo", dice Hope Welhaven, científica de la Universidad Estatal de Montana (EE. UU.), cuya investigación se centra en las diferencias basadas en el sexo en la prevención y recuperación de lesiones. Afirma que comprender el papel que desempeña el control de la natalidad en la reducción de las lesiones deportivas puede ofrecer ideas sobre cómo proteger la salud de todas las atletas.

Aunque la investigación se encuentra todavía en sus primeras fases, lo que está claro es que existen diferencias en los índices y tipos de lesiones que sufren los atletas masculinos y femeninos.

"Las lesiones suelen ser diferentes", afirma Candace Mason, cirujana ortopédica del Baylor College of Medicine, quien añade que, aunque las atletas tienen muchas más probabilidades de romperse el ligamento cruzado anterior, es menos probable que lo hagan debido a lesiones por contacto, y que es más probable que se rompan el ligamento cruzado anterior de la pierna de apoyo que el de la pierna principal. Las deportistas que se rompen el LCA tienen un 25% menos de probabilidades de volver a practicar deporte que los hombres.  

Las razones de estas diferencias en las lesiones deportivas aún se desconocen en gran medida; los expertos especulan que se debe a una compleja mezcla de factores anatómicos, biológicos y hormonales.

"Sabemos que existen diferencias anatómicas, biomecánicas y hormonales entre hombres y mujeres", afirma Molly McDermott, médico especialista en medicina deportiva de la Clínica Cleveland. Algunas de ellas son las diferencias en la masa muscular total, el porcentaje de grasa corporal y algunas diferencias biomecánicas en la estructura ósea y ligamentosa, como ser "patizambo" o hipermóvil, que pueden predisponer a las mujeres a determinados tipos de lesiones.

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El riesgo de lesiones varía en función del ciclo menstrual

Como demuestran varios estudios, los niveles de hormonas, como los estrógenos, parecen influir en las tasas de lesiones de las deportistas, y el riesgo de lesión aumenta en determinados momentos del ciclo menstrual.

Aunque las pruebas siguen siendo contradictorias, "la mayoría de los estudios sugieren que las mujeres son más vulnerables a las lesiones justo alrededor de la ovulación", afirma Gillian Wooldridge, médico especialista en medicina deportiva del Hospital Metodista de Houston (Estados Unidos).

En este punto del ciclo menstrual, los niveles de estrógeno empiezan a alcanzar su máximo, lo que se cree que contribuye al riesgo de lesiones al hacer que los músculos y ligamentos sean más laxos y, por tanto, más propensos a lesionarse.  

Aunque la mayoría de los estudios se han centrado en el riesgo de lesiones del LCA, un estudio de 2021 centrado en 113 jugadoras de fútbol descubrió que el riesgo de lesiones musculares y tendinosas variaba en función de la fase del ciclo menstrual en la que se encontraban las deportistas, con un mayor riesgo de lesión justo antes de la ovulación.

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El uso de anticonceptivos orales se relaciona con un menor índice de lesiones musculares

En el estudio de Dhaher sobre la relación entre el uso de anticonceptivos orales y el riesgo de lesiones musculares y tendinosas, los investigadores analizaron una población general de pacientes de entre 18 y 39 años.

Tras cotejar a los pacientes por factores como la edad y el sexo, examinaron la prevalencia de lesiones musculares y tendinosas en pacientes mujeres que tomaban anticonceptivos orales frente a las que no los tomaban.  

El análisis reveló que las pacientes que no tomaban anticonceptivos orales tenían una tasa de lesiones del 2,55 por ciento, frente a una tasa de lesiones del 0,55 por ciento en las que tomaban anticonceptivos orales; una diferencia de cinco veces en lesiones musculares y tendinosas.  

"Éste es el primer estudio que analiza las lesiones musculares y los anticonceptivos orales", afirma Dhaher. Aunque es necesario seguir investigando, se cree que estas menores tasas de lesiones se deben a que los anticonceptivos orales tienen un efecto fortalecedor sobre tendones y músculos, al reducir las fluctuaciones causadas por los cambios en los niveles de estrógeno.

"No es tanto el nivel de estrógenos en sí, sino los niveles cambiantes de estrógenos", dice Wooldbridge, y añade que estas cantidades cambiantes de estrógenos provocan fluctuaciones en la fuerza y flexibilidad de los músculos y tendones a lo largo del ciclo menstrual, lo que introduce un elemento de imprevisibilidad que puede hacer que ciertas maniobras sean posibles en algunos momentos del mes, pero no en otros.

"El cuerpo tiene que adaptarse constantemente", dice Wooldbridge, y añade que, aunque no es necesario alterar la rutina de ejercicios en función del momento del mes, es importante escuchar al cuerpo y adaptarse en consecuencia.  

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Las píldoras anticonceptivas tienen ventajas y riesgos

Aunque el uso de píldoras anticonceptivas orales se ha relacionado con un menor riesgo de lesiones musculotendinosas, es importante tener en cuenta que su uso puede no ser para todo el mundo, ya que existe el riesgo de efectos secundarios.  

"Si quieres que alguien empiece a tomar píldoras anticonceptivas, debes saber muy bien por qué", dice Gillian Wooldridge. Entre las personas para las que tomar anticonceptivos orales puede ser más arriesgado están las fumadoras mayores de 35 años, las que padecen enfermedades cardiacas o tienen antecedentes familiares de coágulos sanguíneos, y las que sufren migrañas con aura.  

En el caso de las atletas jóvenes, las píldoras anticonceptivas se utilizan a menudo para restablecer la menstruación, que puede interrumpirse debido a una afección denominada síndromes de deficiencia relativa de energía, o RED-S (por sus siglas en inglés), un patrón de disminución del rendimiento atlético causado por la falta de calorías. Este síndrome puede aumentar el riesgo de lesiones, incluidas las fracturas por estrés, así como aumentar la probabilidad de periodos irregulares o interrumpirlos por completo. Con el tiempo, la RED-S puede reducir la densidad ósea, lo que expone a la atleta al riesgo de sufrir fracturas por estrés y osteoporosis.  

Aunque recetar píldoras anticonceptivas a una atleta con RED-S puede ayudar a recuperar la menstruación, no ayudará a resolver el déficit energético ni a mejorar su densidad ósea.

"Antes existía la idea de que bastaba con darles una píldora anticonceptiva para que se pusieran bien", dice Michael Fredericson, cirujano ortopédico de la Universidad de Stanford (EE. UU.). "En el mejor de los casos, podría prevenir una mayor degradación ósea", pero no va a solucionar los problemas subyacentes, dice. En cambio, como demostró un estudio dirigido por Fredericson, el asesoramiento nutricional fue capaz de reducir la incidencia de fracturas por estrés en corredoras.  

Por el contrario, como han demostrado un par de estudios, las atletas jóvenes que toman anticonceptivos muestran un menor riesgo de lesiones, pero también un mayor riesgo de reducción de la densidad ósea, lo que puede deberse a que se les receten píldoras anticonceptivas para restablecer la regularidad de la menstruación a causa de una RED-S no diagnosticada.

"En última instancia, la respuesta correcta es que hay que averiguar por qué no tienen periodos regulares", dice Wooldbridge.

Como en el caso de todos los medicamentos, es importante saber por qué se toman anticonceptivos orales, cuáles pueden ser los posibles efectos secundarios, así como los posibles beneficios. 

Este artículo se publicó originalmente en inglés en nationalgeographic.com.

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