¿Alguna vez has visto al demonio en el rostro de alguien? Así es el síndrome de 'Alicia en el País de las Maravillas'
¿Alguna vez has visto al demonio en el rostro de alguien? Así es el síndrome de 'Alicia en el País de las Maravillas'
La prosopometamorfopsia

¿Alguna vez has visto al demonio en el rostro de alguien? Así es el síndrome de 'Alicia en el País de las Maravillas'

Este extraño trastorno afecta al modo de percibir la realidad. En concreto, a la cara de las personas. Recientemente, han salido más casos a la luz

Foto: Foto: Antônio Mello, The Lancet.
Foto: Antônio Mello, The Lancet.

En el año 1996 el músico británico Richard D. James, más conocido como Aphex Twin, lanzaba un álbum homónimo en el que aparecía su rostro distorsionado por el emergente Photoshop. Su mirada esbozaba una sonrisa demoníaca que contrastaba con la calidez de su producción musical atravesada por beats frenéticos, quizá intentando mostrar que detrás de esa fealdad y maldad humana se escondía un corazón blandito. Estas distorsiones faciales se convirtieron pronto en la insignia de sus trabajos posteriores, y aunque seguramente él no lo supiera y se lo tomara como un mero recurso estético con el que nutrir su leyenda, en realidad estaba mostrando al mundo un síndrome psicológico muy extraño, que padecen muy pocas personas en el mundo de nombre un tanto impronunciable: la prosopometamorfopsia (PMO, por sus siglas), también conocido como "síndrome de Alicia en el País de las Maravillas".

No son maravillas precisamente lo que ven estas personas en las caras de los demás, sino más bien auténticas pesadillas. Como si fuera un recurso típico de las películas de terror que tratan de poseídos, los aquejados de este trastorno mental tienden a deformar los rasgos faciales de los demás, como la torsión de las comisuras de los labios, esbozando inquietantes sonrisas, o un ojo que de pronto se desliza por la mejilla como si fuera un cuadro de Francis Bacon. Según un estudio de 2021 publicado en la revista Cortex, hasta la fecha solo hay 81 personas en el mundo diagnosticadas con este trastorno, lo que entraña aún más desafíos científicos hacia su comprensión.

Al fin y al cabo, la dificultad de dar con un diagnóstico claro parte de que muchos de los casos pueden confundirse con los de ceguera facial, que consiste en la incapacidad para poder reconocer los rostros de personas conocidas. Eso sumado a que es muy difícil poder meterse dentro del cerebro de alguien para ver cómo percibe la realidad, lo que hasta ahora ha generado una incógnita científica sobre cómo los individuos aquejados de este mal experimentan esas visiones de rostros demoníacos. Pero un reciente artículo publicado en The Lancet ha conseguido proyectar unas imágenes muy fiables sobre cómo ven los rostros a partir de un experimento con un paciente de este trastorno.

Los neurocientíficos sospechan que se debe a algún tipo de problema con las partes del cerebro encargadas del reconocimiento facial

La persona en cuestión se llama Víctor Sharrah, tiene 59 años y vive en Clarksville, en el estado de Tennessee. Todo empezó hace tres años, según explica Smithsonian Mag, cuando de repente se levantó y, al ver a su compañero de piso, se asustó porque su cara no era la misma. Sus rasgos se habían estirado tanto que parecía "algo demoníaco sacado de una película de Star Trek", con "las comisuras de la boca y los ojos estiradas hacia atrás, las orejas puntiagudas y dos surcos profundos en la frente".

La realidad distorsionada

Los científicos del Darmouth College, dirigidos por Antônio Mello, psicólogo cognitivo y neurocientífico, lograron recrear mediante un software la forma en la que Sharrah percibe los rostros ajenos, algo que curiosamente no sucede cuando ve esas mismas caras en fotografías. Esto fue precisamente lo que permitió al equipo de investigación realizar la recreación: le pidieron que describiera las diferencias percibidas entre el rostro de una fotografía y esa misma cara cuando estaba delante de él. A pesar de ello, Mello reconoce que "aunque las imágenes editadas digitalmente representan lo que este paciente ve, es posible que no coincidan con lo que experimentan otras personas diagnosticadas de PMO".

"La textura de la piel de un rostro puede cambiar, o sus narices u ojos pueden estirarse y volverse exagerados de una manera grotesca"

Otra de las confusiones médicas relacionadas con este síndrome, como es lógico, es el hecho de pensar que el individuo tiene algún tipo de trastorno esquizoide o de psicosis. La diferencia radica en que "los pacientes con PMO no piensan que el mundo está distorsionado, sino que perciben que hay algo bastante diferente en su visión particular", lo que también les lleva al aislamiento social, no solo por lo horribles que pueden ser estas deformaciones en la percepción, sino también porque "temen que otros piensen que lo que les pasa les estigmatice considerándolos enfermos mentales", aseguraba Brad Duchaine, coautor del estudio junto con Mello.

Seguramente te estés preguntando cuáles son las causas que llevan a alguien a padecer este trastorno, ya que según el testimonio de Sharrah, no se trata de una enfermedad hereditaria, sino que de repente apareció de la noche a la mañana. No está del todo claro qué produce la PMO, algunos pacientes la han desarrollado después de un derrame cerebral, una infección, un tumor o algún tipo de traumatismo craneoencefálico. Sea lo que sea, los neurocientíficos sospechan que se debe a algún tipo de problema con las partes del cerebro que se encargan de gestionar el reconocimiento facial. En el caso de Sharrah, admite que sufrió una intoxicación por monóxido de carbono cuatro meses antes de que comenzaran los síntomas, y que también una década antes sufrió una grave lesión en la cabeza.

Foto: Foto: iStock.

El de Sharrah es un caso que ha servido para visibilizar la PMO, lo que a su vez ha producido que salgan más pacientes a la luz. Otra mujer llamada Maggie McCart publicó hace apenas unos días un testimonio mucho más detallado en la revista Slate. "La textura de la piel de un rostro puede cambiar, o sus narices u ojos pueden estirarse y volverse exagerados de una manera grotesca", relata. "A veces, la cara y la boca de una persona forman figuras geométricas, como triángulos o hexágonos. Cuando eso sucede, lo llamo 'efecto Picasso' porque me recuerda a sus pinturas cubistas. Durante la mayor parte de mi vida hice lo que pude para ignorar los síntomas y seguir con mi día a día. Aprendí a reconocer a las personas por sus zapatos, su ropa o la forma de caminar". Sea lo que sea, podemos estar tranquilos al tratarse de un trastorno muy raro que padecen muy pocas personas en el mundo.

En el año 1996 el músico británico Richard D. James, más conocido como Aphex Twin, lanzaba un álbum homónimo en el que aparecía su rostro distorsionado por el emergente Photoshop. Su mirada esbozaba una sonrisa demoníaca que contrastaba con la calidez de su producción musical atravesada por beats frenéticos, quizá intentando mostrar que detrás de esa fealdad y maldad humana se escondía un corazón blandito. Estas distorsiones faciales se convirtieron pronto en la insignia de sus trabajos posteriores, y aunque seguramente él no lo supiera y se lo tomara como un mero recurso estético con el que nutrir su leyenda, en realidad estaba mostrando al mundo un síndrome psicológico muy extraño, que padecen muy pocas personas en el mundo de nombre un tanto impronunciable: la prosopometamorfopsia (PMO, por sus siglas), también conocido como "síndrome de Alicia en el País de las Maravillas".

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