Rick Slayman falleció el pasado 11 de mayo tras vivir casi dos meses con un riñón de cerdo trasplantado.

Rick Slayman falleció el pasado 11 de mayo tras vivir casi dos meses con un riñón de cerdo trasplantado.

Salud

Polémica tras la muerte del primer hombre con un riñón de cerdo: "En España no se habría permitido"

El hombre, de 62 años, recibió el xenotrasplante el pasado 16 de marzo y había vuelto a la diálisis tras fallar su anterior trasplante de un riñón humano.

14 mayo, 2024 02:21

El fallecimiento de Rick Slayman menos de dos meses después de que le trasplantaran un riñón de cerdo genera dudas sobre la viabilidad de los xenotrasplantes, pero también otras de corte ético.

Expertos consultados por EL ESPAÑOL creen que podrían haberse planteado alternativas a un procedimiento experimental del que apenas hemos empezado a conocer resultados.

"Creo que en España se habría trasplantado de un donante fallecido sin gran problema", explica Beatriz Domínguez-Gil, directora de la Organización Nacional de Trasplantes (ONT). "Y, por supuesto, tenía la alternativa de la diálisis".

Nuestro país es líder mundial en trasplante de órganos y primer país del mundo en trasplante renal, con 3.688 procedimientos en 2023. La ONT es pionera en la organización eficiente de los recursos de trasplante y ha sido imitada en numerosos países.

"Lo que se transmitió para justificar este trasplante es que no tenía donante vivo y la expectativa era que tardaría mucho tiempo en lista de espera para un donante fallecido, habiendo, por tanto, riesgo de mortalidad", describe. "Yo, personalmente, no lo tengo tan claro".

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El pasado 16 de marzo, Slayman, de 62 años, se convirtió el primer paciente al que se le trasplantó un riñón de cerdo como solución a su enfermedad renal crónica. Ya había recibido anteriormente un riñón humano pero este falló y en 2023 volvió a la diálisis.

A esto se le añadían otros problemas como hipertensión, diabetes tipo 2 y problemas cardiovasculares. Su situación era delicada y los médicos del Hospital General de Massachusetts le plantearon la posibilidad de recibir un xenotrasplante, es decir, el trasplante de un órgano no humano.

Hasta el momento, solo se habían hecho pruebas con órganos de cerdo —corazón y riñón— en personas con enfermedad terminal o en muerte cerebral.

Estos órganos habían sido modificados genéticamente para mejorar la compatibilidad con un cuerpo humano, y los experimentos mostraron que no había rechazo agudo, el principal temor de los médicos. Pero todavía quedaba mucho por saber.

"Desde el primer momento me pareció una imprudencia", comenta Rafael Matesanz, fundador y exdirector de la ONT. "No veo que fuera una posibilidad éticamente admisible si se planteara en España".

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Matesanz plantea varias cuestiones. La primera, el hecho de que no se trataba de un órgano vital, como el corazón, en cuyo caso podría estar más justificado.

La segunda, porque el problema del rechazo se ha solventado bastante bien, pero "el rechazo no lo es todo" y hay otras muchas cuestiones que afrontar; cuestiones, de hecho, que ni siquiera se sabe hoy en día por entero cuáles son y se tendrán que ir viendo mediante 'ensayo y error'.

De hecho, aunque el Hospital General de Massachusetts afirma que no hay indicios que relacionen la causa de la muerte con el trasplante, Matesanz considera que esto es muy matizable.

La tercera, y la esencial, es la selección del candidato idóneo para el xenotrasplante. "El quid de la cuestión, sobre todo en personas de trasplantes no vitales, es la definición muy clara de qué criterios debe cumplir un enfermo para acceder a este tipo de terapéuticas", apunta.

Rick Slayman "tenía problemas de acceso vascular y no estaba en buena situación, pero podía haber seguido durante bastante tiempo en diálisis", opina.

"Evidentemente, se trata de un experimento con connotaciones tremendas, muy valiosas, pero ¿cómo decirle a un enfermo que cambie una alternativa con un pronóstico vital de años por otra que es, hoy por hoy, desconocida?"

La investigación no se va a frenar

Matesanz recuerda que, en el primer trasplante exitoso de un riñón humano, en 1954, el receptor era, "por decirlo así, idóneo, se trataba de una persona muy joven. Los sujetos del xenotrasplante no van a ser 'peritas en dulce', eso está claro, y eso va a incidir en los resultados: si no se muere de un rechazo, puede hacerlo de cualquier cosa intercurrente, coom una infección, un infarto, etc."

Ni él ni Domínguez-Gil creen que la muerte del primer paciente xenotrasplantado con un riñón de cerdo frenará la investigación en este área. De hecho, ya hay varias empresas productoras de cerdos genéticamente modificados para adecuarse a los humanos.

"No creo que se vaya a frenar", subraya la directora de la ONT, "pero, evidentemente, esto lleva a una reflexión y a un análisis muy pormenorizado del caso y de lo sucedido".

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Un mes después de este primer trasplante, médicos del Instituto de Trasplantes Langone de la Universidad de Nueva York, pioneros en este campo, realizaron el segundo trasplante de un riñón de cerdo.

Esta vez se trataba de una mujer, Lisa Pisano, de 54 años, residente en Nueva Jersey y con una insuficiencia cardíaca que se sumaba a su enfermedad renal. Fue el 24 de abril y la operación no fue fácil: tuvo varios fallos en corazón y riñones y hubo de ser resucitada varias veces. No ha habido actualizaciones sobre su estado de salud.

La vía de los xenotrasplantes, con todo, es solo una de tantas que se están investigando en un campo que está en plena ebullición. El trasplante en asistolia —tras un fallo cardiorrespiratorio— es cada vez más habitual, se están probando varias formas de tolerancia inmunológica y trasplantes sin inmunosupresión y se ha avanzado notablemente en técnicas de preservación de órganos.

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Esto "nos debería permitir mejorar aún más los resultados de los trasplantes tal y como los concebimos a día de hoy", señala Domínguez-Gil.

Además, se está investigando la creación de órganos artificiales y bioartificiales, "utilizando matrices de órganos desechados para trasplante y poblándolos con células madre", la impresión de órganos 3D "e incluso a partir de células del propio paciente, con lo cual podríamos realizar un trasplante con la mínima inmunosupresión".

El punto de todas estas tecnologías será demostrar, en ensayos clínicos, si proporcionan los mismos resultados que el trasplante estándar.

"Concebimos un futuro en el que todas estas opciones coexistirían unas con otras y tendríamos que encontrar el nicho de pacientes adecuado para cada una de las opciones terapéuticas disponibles".