Empodérate de tu sexualidad

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La cirugía plástica nace con las guerras mundiales donde los soldados salvados no querían vivir, estaban vivos pero deformes, y es ese momento entendimos que era más importante la calidad de vida que la vida misma.

Inicié como cirujana plástica con mi padre y sus pacientes. Escuchaba a las pacientes y sus historias, algunas de sacrificio, otras de superación, allí la cirugía tenía un papel importante en el empoderamiento de sus vidas. También había otras a las que la cirugía las dejaba más vacías. Fue entonces, en ellas, que afilé mis oídos y descubrí que aunque se proyectaban como mujeres exitosas, líderes en su profesión, entorno social y familia, muchas de ellas se escuchaban nostálgicas al referirse a su sexualidad. ¿Qué podía hacer para ayudarlas?

En el 2005 estaba buscando información sobre cirugía plástica vaginal en el libro que es como nuestra “biblia”, y para mi sorpresa solo había un párrafo del tema en los 8 tomos que hacían parte de esta lectura obligada. Así que empecé a buscar opciones para capacitarme en procedimientos estéticos vaginales, empecé a publicar, enseñar y compartir mis conocimientos con mis colegas cirujanos plásticos, convirtiéndome en pionera en cirugía plástica vaginal a nivel mundial.

Hoy siento gran satisfacción de haber contribuido a la evolución de nuestra especialidad. Hace 20 años era inconcebible hablar de estos temas, siendo ahora tema obligado en todo congreso mundial. Fui testigo cuando los procedimientos de cirugía plástica vaginal aparecieron por primera vez en las estadísticas mundiales de la sociedad internacional de cirugía plástica estética (Isaps), donde hoy, soy la presidente, y cómo se fueron volviendo tendencia.

¿Y por qué este auge? Porque la vagina cambia con los años, ella es elástica, entre más se la use o abuse, pues más se afloja. Se afloja por penetración del pene, posiciones extremas, uso de juguetes sexuales, el simple hecho de vivir en el planeta tierra y el efecto de la gravedad que hala todo para abajo, los embarazos y el peso del bebé, que así nazca por cesárea igual tiene un impacto en los músculos que sostienen la vagina. En fin, por múltiples razones disminuyen la gratificación sexual y que pueden desencadenar, incluso, incontinencia urinaria. Además, con el paso de los años la piel o mucosa de la vagina se adelgaza. Se le suman también los cambios hormonales de la edad que la van resecando, y si añadimos el uso de productos que no conservan el pH natural de la vagina, terminamos con vaginas muy frágiles e irritadas y es ahí cuando la penetración se convierte en un martirio. Otra cosa verdaderamente incómoda puede ser un capuchón del clítoris muy redundante, que hace que se vea como un pene, y labios vaginales largos que nos incomodan y no nos dejan vivir tranquilas, entre otras cosas que impactan la zona vaginal. Hoy podemos trabajar todos estos aspectos en busca de una vagina más saludable. Pero, ¿cómo vivo yo mi sexualidad?

Empecemos por preguntarnos si hay equidad de género en mi vida sexual. Es que cuando hablamos de equidad de género analizamos las brechas a nivel laboral, cómo hemos avanzado o no a nivel del hogar y cómo en la academia, en países desarrollados, se está invirtiendo la torta de la participación de mujeres vs hombres. Pero, ¿cómo vives tu sexualidad?

Invito a mujeres y hombres a que no sea tabú hablar de la vagina, a que nos empoderemos como mujeres de nuestra sexualidad, y a los hombres los invito a ser embajadores de una sexualidad con equidad.
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​*Presidente sociedad internacional cirguia plastica estetica - ISAPS