Apenas una semana después del ataque a la ex alcaldesa y senadora de Berlín, afiliada al Partido Socialdemócrata, Franziska Giffey, durante un acto en la biblioteca local del distrito de Alt-Rudow, el diputado ultraderechista, Martin Schmidt, sufrió una agresión en Schwerin. Una grieta extrema esta solidificándose en Alemania.
Este viernes (17/05) medios internacionales reportaron que Schmidt fue atacado con un cenicero de cristal y, como consecuencia, trasladado al hospital por una herida leve en la cabeza.
Según la Policía, el sospechoso, de 52 años, dijo pertenecer al espectro de izquierdas y afirmó haber actuado por aversión hacia el partido euroescéptico Alternativa para Alemania (AfD). En el atentado contra Giffrey, las declaraciones policiales informaron un móvil similar.
Una oleada de violencia contra políticos sacude a Alemania. Los grupos progresistas responsabilizan a la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) del aumento de la violencia recriminando sus lazos con grupos neonazis violentos y fomentando un clima político de intimidación. Pero semana tras semana continúan los ataques a políticos tanto de izquierdas como de derechas.
El político que sufrió el más brutal de los ataques en el último tiempo fue el eurodiputado del Partido Socialdemócrata (SDP) de Scholz, Matthias Ecke, quién acabó hospitalizado luego de que cuatro adolescentes lo patearon y golpearon mientras pegaba carteles partidarios en Dresde para los comicios del mes que viene al Parlamento Europeo.
Las heridas que le infligieron fueron tan graves que tuvo que ser operado. Minutos antes el mismo grupo atacó a un militante de Los Verdes, Kai Gehring, que también estaba colocando carteles Y un político local de Essen, que recibió un puñetazo en la cara.
¿Grieta violeta e irrenunciable en Alemania?
La violencia está asentándose como instrumento de expresión de la aversión hacia el partido opuesto, hacia quien piensa diferente.
Alemania ha vuelto a ser una sociedad polarizada a medida que los votantes abandonan los partidos tradicionales y apoyan en masa a movimientos marginales y radicales ante el descontento generalizado por la emergencia migratoria, inflación, atentados terroristas ‘aislados’ de yihadistas islámicos y la política exterior de la UE.
El ‘Bundestag’ (Parlamento) afirmó en febrero que en 2023 se produjeron aproximadamente 2.800 ataques contra políticos en el país. Los representantes de los Verdes se vieron afectados con 1219 casos, frente a los 478 casos del partido de ultraderecha Alternativa por Alemania, y los 420 del SPD.
Partidos de gobierno y oposición han pedido a la policía que redoble la protección de políticos y mítines electorales. La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, anunció semanas atrás un endurecimiento de las medidas para prevenir los ataques por motivos políticos. Sin embargo, los ataques físicos y verbales contra políticos en Alemania continúan.