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La nueva era de los quarterback

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  • Guillermo Herrera Márquez

Por mucho, la posición de quarterback es la más compleja de jugar y destacar de toda la NFL; se requieren muchas habilidades que hoy analizaré en mi columna, algunas de las cuales son muy difíciles de medir, pero fáciles de identificar.

La posición de mariscal de campo ha cambiado mucho con el paso de los años; ahora los pasadores deben poseer habilidades significativas para correr el balón, pero no tienen tiempo para aprender y desarrollar sistemas de juego y jugadas que cambian año con año, y que le brindan complejidad al deporte.En tiempos pasados, los equipos le daban tres, cuatro o más años a un quarterback para desarrollar.

Por ejemplo, Terry Bradshaw, de los Pittsburgh Steelers, llegó a la NFL en 1970, y hasta su sexta campaña, en 1975, tuvo más pases de anotación que intercepciones. De hecho, como novato tuvo 6 pases de anotación y 23 intercepciones, números con los que ahora no dudaría un equipo en darlo de baja. Sin embargo, este exjugador maduró y ganó 4 Super Bowl, sin mencionar que está en el Salón de la Fama.

Otro caso que hoy parecería increíble es el del“Capitán Regreso”, Roger Staubach, de los Dallas Cowboys, quien fue seleccionado en una décima ronda en 1964, y quien debía cumplir 5 años de servicio en la Naval, por lo que jugó su primer partido en el profesionalismo hasta 1969, a los 27 años de edad.

La carrera de Staubach realmente fue corta: sólo duró nueve temporadas, donde debió destacar de gran manera para alcanzar seis nominaciones al Pro Bowl y ganar dos Super Bowls con el equipo de la “Estrella Solitaria”.

Otro exjugador que está en el Salón de la Fama y que quizá hoy no sería titular, es Joe Namath, quien tiene números estadísticos realmente malos. Por ejemplo, en 4 de sus 13 campañas en la NFL, fue el quarterback con más intercepciones en la liga, con 27, 28, 22 y 28. Hoy a nadie le tolerarían eso.En su carrera, Namath tuvo 62 triunfos y 63 derrotas, y, por si fuera poco, lanzó 173 pases de anotación por 220 pases interceptados.

En la actualidad, hay jugadores como Rusell Wilson, que la temporada pasada lanzó 26 pases de anotación y sólo 8 intercepciones. No pocas voces lo señalan como un jugador ya acabado, que muy poco puede ofrecerle a los Pittsburgh Steelers, aunque yo difiero mucho de eso.

Hoy como nunca la NFL es exigente con los quarterback. Por ejemplo, Kirk Cousins, que acaba de firmar un contrato multimillonario, no es visto como un proyecto a futuro; y aunque le pagaran una millonada, los Atlanta Falconsprefirieronreclutar en el draft a un quarterback en primera ronda, antes que confiar en él.

Cousins es un veterano, y eso sí es entendible; pero entonces para qué firmar un contrato a 4 años y de 180 millones de dólares, cuando de inicio ya dudas que pueda jugar hasta los 39 años de edad.

Cousins ha jugado 12 temporadas y ganado 76 de los 145 partidos que ha iniciado, lo cual no impresiona a nadie. Ha lanzado casi para 40 mil yardas y para 270 pases de anotación y sólo 110 intercepciones, números que difícilmente lo llevarán a ser nominado al Salón de la Fama.

Antes con ganar un Super Bowl prácticamente te convertías en leyenda, garantizabas un lugar en el “Nicho de los inmortales”. Hoy ni logrando eso garantizas trabajo. Pregúntenle a Joe Flacco o al mismo Rusell Wilson, quienes ni con un trofeo Lombardi en sus vitrinas son considerados estelares.

Otro aspecto que ha cambiado considerablemente es la cantidad de golpes que debe recibir un pasador en la NFL. Namath, Bradhsaw y Staubach practicaron el deporte en una época en la que un jugador podía salir conmocionado en el segundo cuarto y regresar a jugar como si nada, en apariencia, para el tercer cuarto.

En mis primeros años viendo americano de la NFL, recuerdo muy bien un partido de mis Raiders enfrentando a Dan Fouts y a los San Diego Chargers; en el segundo cuarto le fracturaron la nariz, sin embargo, para la segunda mitad regresó con una “mascarilla” o barra, a manera de T, y siguió jugando como si nada hubiera pasado.

Hoy un quarterback como Ken O’Brien, el “Pies de plomo”, no tendría cabida en esta liga. No solamente deben ser líderes, sino ganar partidos, hacer que sus compañeros destaquen y, además, ayudar a vender boletos, con juegos y jugadas espectaculares que permitan que los aficionados se emocionen y consuman.

La liga ha cambiado, pero, a pesar de tantas modificaciones, sigue siendo la liga más popular de un deporte profesional en Estados Unidos y muchas partes del mundo. La NFL se ha sabido adaptar a los cambios de marketing y sigue brillando intensamente, en una luz que aún pinta para iluminar los deportes por una buena cantidad de años más.


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Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
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