Sobre 'school privada alfonsina storni', película de Lucía Seles
school privada alfonsina storni, la nueva película de Lucia Seles

Poder pensar un poco, Vol. 9: ‘school privada alfonsina storni’, película de Lucía Seles

La nueva película de Lucía Seles fue la función de apertura del Bafici de este año. Como ya estamos acostumbrados, se trata de una obra única en su especia.
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school privada alfonsina storni, la nueva película de Lucia Seles

El universo de school privada alfonsina storni de Lucia Seles. El universo de la película que abrió Bafici 2024.

Aquel día, no estaba en la sala, pero leí que algún referente del festival dijeron durante aquella velada que esta película era “una comedia too many liviana” y luego leí en una página especializada, llamada otroscines.com un comentario de un lector que decía (resumiendo) “que estaba todo mal encuadrado” y que no era graciosa esta película, o “lo era solo un poco”.

Me quedé pensando en eso y lo primero que puede afirmarse de esta película, es que no puede ser etiquetada como “comedia”, como “drama” o como sea. No está dentro de ningún género.

Pensaba en un ejemplo: alguien prepara una sopa con un yuyo que solo se consigue en el medio de la selva de las amazonas, algo muy exótico y difícil de conseguir. Quien pruebe esa sopa y diga “me gusta o no me gusta” está dejando de lado un dato crucial y es, que lo que está comiendo, resulta algo que poca gente ha comido antes. En ese caso hipotético, el sabor, el gusto, debe ser puesto en un contexto. Y ese contexto es, que se está probando algo nuevo, algo raro, algo único.

Los “videos” como llama a sus propia sobras Lucia Seles, son eso tan difícil de saborear porque es un gusto nuevo. Algo fuera del radar.

La pauta de que Lucía Seles es consciente de que cada obra es un mundo nuevo para el espectador que se intercomunica en tonos, obsesiones y en la atmósfera con otros videos (mundos) que componen ese universo luciaselesiano. Esto está plasmado en una escena maravillosa de school privada alfonsina storni: una escuela privada bonaerense que, en verano y ante la ausencia de una directora, se hace un acto escolar en el que se reconoce a una persona que solo estuvo unas horas en el cargo vacante. Previo a ese reconocimiento, se abre la ceremonia “cantando el himno nacional”. La canción que suena desde los parlantes, no es el esperable “Oíd mortales….”, sino una canción que resuena a marcha militar que nos resulta desconocida.

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Toda la película opera en ese tono extraño, de conversación fragmentada y dislocada. Si eso genera alguna risa, es secundario. Por hay quien no entiende. La risa no es lo relevante. Lo potente creería yo, otra cosa.

No es que todo lo que se nos muestra sea un absurdo o un grotesco. No…. y no.

Dentro de las reglas del mundo de la película, tenemos que, por ejemplo, el vendedor de helados sin alumnos que puedan comprarlos, quien se encarga de la garita de seguridad (la propia Lucía Seles, en una especie de rol importante en su propio mundo como una “vendedora” de quien entra y sale de la escuela) y los profesores que van sin explicación ni sentido aparente a la ciudad de La Plata (donde observan a “un ascensorista poeta” que trabaja en la catedral que les llama la atención), no hacen sus cosas procurando generar la risa en el espectador. Creer eso es minimizar demasiado lo que se nos plantea. El espectador de estas obras está ante un desafío.

Escena de school privada alfonsina storni

En una clase Fabián Casas dijo “lo más relevante para un espectador es poder llegar al final de un poema o una película que no entendiste nada. Comparando esta película con la inmediatamente anterior, Terminal Young, se puede observar cómo ambas no empiezan con un problema a ser develado, o una serie de peripecias que están concatenadas, sino que comienzan con un fragmento de espacio-tiempo de un mundo corrido de la realidad cotidiana.

Michel Houllebecq escribió en su última novela algo que puede servir para descifrar este mundo extraño de Lucia Seles:no creía que a largo plazo la racionalidad sea compatible con la felicidad, incluso estaba casi seguro de que llevaba en todos los casos a una desesperación completa; pero ella estaba lejos de la edad e que la vida obligaría a elegir y a formular, si aun era capaz, su despedida de la razón, (Aniquilación, Anagrama, pag.441).

¿Qué existan artistas de choque es siempre bienvenido?

¿Es una muestra de soberbia la existencia de esta “realidad alterada” que no podemos descifrar?

Tengo mis respuestas, pero eso es lo de menos.

Gracias Lucía.