“De lo local a lo universal” es una expresión que suelo utilizar para comentar cómo un gran número de películas empiezan describiendo un caso particular para desarrollar y terminar con reflexiones acerca de situaciones, problemas y conflictos que generalizados en un espacio más amplio. Me doy cuenta que hago los mismo al recorrer como cada año y con enorme suspenso la programación del Festival Internacional de Cine en Guadalajara. No porque no me llaman la atención las películas que se realizan en Iberoamérica o el resto del mundo sino porque las producciones y los realizadores de Guadalajara y Jalisco me son especialmente cercanos y cada filme que se realiza en nuestra región me llena de satisfacción y orgullo. Si conozco al realizador o la realizadora o si incluso en algún momento fue mi alumno o alumna, me siento realmente feliz ya que sé que es un esfuerzo gigantesco lograr concluir un proyecto fílmico. Si en cambio es la opera prima de un creador “en construcción” siento curiosidad por lo que tiene que decir y cómo ha puesto ladrillo sobre ladrillo para levantar su proyecto. (se lee quizás extraño utilizar el verbo construir pero en realidad una carrera de cineastas se construye durante años y paso a paso). Así que, empecemos con el recorrido por la sección Mezcal que distingue las películas mexicanas de ficción.
La primera película de una realizadora de nuestra región que descubro es La arriera de Isabel Fregoso. Conozco a Isabel desde que formó parte de una nueva generación de realizadores que, como egresados de Ciencias de la Comunicación y cursos en CdMx o el extranjero, destacaron en la producción de cortometrajes y documentales. Recuerdo el impacto que causaron sus documentales Chenalhó, el corazón de los Altos (2002) y El aliento de Dios (2007), películas que, al observar la violencia contra una comunidad indígena en Chiapas y un grupo de monjas de pensamiento y acciones liberales, denuncian problemas sociales, raciales y de género. Con la ficción de época Cristeros y Federales (2011) y La polveada (2018) además de su trabajo en gran número de guiones y producciones, Isabel Fregoso apoyó a través de su labor como directora de Cinefusión de la UdG un gran número de proyectos de cine y la formación de profesionales jaliscienses. La arriera muestra, al igual que muchos de sus anteriores filmes, su interés y preocupación por la historia mexicana y la manera cómo las mujeres han luchado contra la organización patriarcal de la sociedad y la familia.
También el filme Después de Sofía Gómez trata de conflictos femeninos. Después de varios destacados trabajos en guiones, la realizadora destacó con su opera prima Los años azules. El filme, ganador del FICG y los premios Ariel, se centró en la observación de un grupo de jóvenes y un gato que conviven en una vieja casona del centro de Guadalajara. En su segunda película Después, Sofía Gómez se enfoca en una madre que pasa por el proceso de pérdida y duelo por su hijo, al mismo tiempo que trata de entender qué le pasó. De manera potente el filme provoca en el espectador la reflexión acerca del dolor de tantas madres que no saben lo que les sucedió a sus hijos desaparecidos.
Después de sus cortometrajes Camila (2015), Quiero (2017) y Un hoyo en la cerca (2021), Urzula Barba Hopfner estrena en la sección Mezcal su opera prima Corina. Como uno de los proyectos ganadores de Guadalajara Construye del FICG 38, Corina está realizada enteramente en Guadalajara y sorprenderá al público por la frescura de su visión femenina, que la directora supo traducir a un tono y estilo visual propio y original. Isabel Fregoso, Sofía Gómez y Urzula Barba son tres realizadoras mexicanas que extienden su visión desde lo local a lo universal.
