Lo que ha tenido que sufrir la española Paula Badosa en el espacio del último año sólo lo sabe exactamente ella. La lesión por estrés en una vértebra lumbar derivó en problemas crónicos de espalda, según ella mismo reveló días atrás.
Prometió entrega, e inició una serie de cambios que no le están sentando nada mal en el WTA 1000 de Roma. Recuperó a su antiguo preparador físico, David Antona. Más tarde lanzó la 'bomba', la ruptura sentimental con el griego Stefanos Tsitsipas.
Ya estaba en el Foro Itálico, donde la catalana, 26 años y nº 126 mundial, ha hecho lo que no había hecho, ni podía hacer. Ha ganado tres partidos consecutivos, metiéndose en octavos de final.
La española Paula Badosa en acción durante su partido de 3ª ronda contra Diana Shnaider.
Su mejor resultado desde que en el mismo torneo de Roma llegó a cuartos, doce meses atrás. Después de batir a la rusa Mirra Andreeva y la estadounidense Emma Navarro, Badosa remontó para eliminar a la rusa Diana Schnaider, 20 años y nº 62, por 5-7, 6-4 y 6-4 en 2h.35'.
La ex nº 2 mundial, en modo heroica. Intentando abrir una nueva puerta para tomar el camino de la recuperación. Se enfrentará en la cuarta ronda de Roma a la estadounidense Coco Gauff, vencedora de la rumana Jaqueline Christian 6-1, 0-6 y 6-3.
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Sufrió Badosa, ya que entregó un muy luchado set inicial y su ventaja de 5-1 en la tercera manga se fue esfumando paulatinamente. No remató el triunfo con la bola de 'match' en el 5-2, sino que perdió uno de los dos 'breaks' de ventaja (5-3). Con 5-4 volvió a sacar para partido, y remató sin pestañear, con 'game' en blanco.
Paula Badosa celebra un punto.
Buen síntoma que haya navegado en momentos tan complicados como diferentes, que haya aguantado en un exigente duelo maratoniano. Si el físico responde, brotes verdes en la capital italiana, el evento que avisa de la cercanía de Roland Garros.
La relevancia de esta semana la tradujo Badosa en su intenso y prolongado grito festejando el éxito. Satisfacción. También liberación. Dibujó un corazón con sus manos dirigido a los aficionados romanos, que volvieron a disfrutar de Paula.