Expulsado de ASU en 1968, Alfredo Gutiérrez regresa para graduarse
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Fue expulsado de ASU por su activismo. 60 años después, líder latino regresa para graduarse

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Alfredo Gutiérrez es uno de los líderes latinos más influyentes de Arizona.

La larga lista de logros de este hombre de 78 años se remonta a décadas atrás, comenzando con su servicio como soldado raso del ejército en Vietnam. Gutiérrez también se desempeñó como activista de derechos civiles, legislador estatal y líder de la mayoría y minoría del Senado en las décadas de 1970 y 1980.

Fue consultor político y defensor de los inmigrantes en las décadas de 1990 y 2000. En 2002, Gutiérrez se postuló para gobernador. Y más recientemente Gutiérrez se desempeñó como presidente del Distrito de Colegios Comunitarios del Condado Maricopa.

Su presión por salarios justos para los trabajadores latinos, atención médica para los pobres, accesibilidad a colegios comunitarios en el sur de Phoenix, estadios deportivos profesionales en el centro de Phoenix y protección de los derechos de los inmigrantes creó cambios institucionales que han beneficiado a millones de residentes de Arizona.

"Muchos de nosotros intentamos crear cambios, pero no es hasta que creamos instituciones u organizaciones" que el cambio a gran escala puede ocurrir. Ese es su legado, dijo Rafael Martínez, profesor de zonas fronterizas del suroeste en la Universidad Estatal de Arizona (ASU por sus siglas en inglés), quien está trabajando con Gutiérrez en una novela sobre la llegada a la mayoría de edad basada en su vida.

La vida de servicio público, activismo social y contribuciones de Gutiérrez a Arizona fueron reconocidas públicamente en 1999 cuando la ex presidenta de la Universidad Estatal de Arizona, Lattie Coor, le otorgó a Gutiérrez un doctorado honorario.

Pero a Gutiérrez se le había escapado un logro durante todos estos años: un título universitario.

Gutiérrez nunca obtuvo un diploma después de ser expulsado de ASU en 1968 por liderar protestas estudiantiles en el campus.

A lo largo de los años, Gutiérrez se guardó para sí mismo su falta de un título universitario, incluso cuando alentó a los jóvenes a ir a la universidad y luchó para aumentar las vías universitarias para los estudiantes desfavorecidos. Ahora Gutiérrez finalmente puede decir que él también es un graduado universitario.

Recibió una licenciatura en artes liberales de la Facultad de Ciencias y Artes Integrativas de ASU el 9 de mayo.

Por qué Gutiérrez se enfocó en terminar su carrera universitaria

Uno podría preguntarse por qué, cerca de los 80 años, Gutiérrez decidió terminar la universidad después de haber logrado tanto en su vida, incluido recibir un doctorado honoris causa. Ciertamente no necesitaba el diploma para su currículum ni para conseguir un trabajo.

"Hay un par de razones", dijo Gutiérrez por teléfono, después de que una caída reciente lo obligara a cancelar una entrevista en una cafetería local. Aunque todavía estaba cojeando, expuso que no dejó que la lesión le impidiera caminar por el escenario en la Convocatoria Hispana el sábado 4 de mayo y en la Convocatoria de la Facultad de Ciencias y Artes Integrativas del 9 de mayo que se llevó a cabo en el Desert Financial Arena de ASU.

A lo largo de los años, Gutiérrez pasó mucho tiempo hablando con los jóvenes, especialmente los latinos, sobre la importancia de permanecer en la escuela y alentarlos a ir a la universidad. Pero el hecho de que nunca se había graduado lo carcomía.

"A mis 78 años me parecía un poco hipócrita haber hecho eso la mayor parte de mi vida, y no tener la disciplina, o no tener el tiempo, en cualquier caso, para volver atrás y terminar", dijo Gutiérrez. "Simplemente sentí que tenía que hacerlo".

La idea de terminar la carrera también supuso un buen reto personal más.

"Debería haber obtenido un título, así que lo hice", afirmó Gutiérrez, con la voz resonando con una determinación forjada mientras crecía en un pueblo minero miserable donde los mexicano-estadounidenses luchaban contra la discriminación y la segregación.

Y, finalmente, graduarse también pareció una buena manera de vengarse de los funcionarios de la ASU que lo echaron hace casi seis décadas.

"Simplemente no quería dejar que esa …. se saliera con la suya", aseguró Gutiérrez. "Simplemente me echaron, así que al diablo con esto; iba a regresar y obtener el título que me negaron, en mi opinión".

¿Qué llevó a su expulsión de la Universidad Estatal de Arizona?

Gutiérrez creció en una familia de clase trabajadora en Miami, un pueblo minero de Arizona al este de Phoenix. A los 17 años, Gutiérrez fue reclutado por el ejército y pasó tres años en la infantería del ejército, incluido un año luchando en Vietnam como francotirador y realizando operaciones como parte de una unidad especial.

Mientras estaba en el ejército, se dio cuenta de que los soldados que conocía y que tenían títulos universitarios no eran más inteligentes que él.

"Pensé que no tenían sentido común sobre cómo lidiar con las realidades que te imponían en el ejército en los años 60", afirmó Gutiérrez. "Así que la idea de ir a la universidad me resultó agradable. Ya no era una barrera imposible para mí".

Cuando regresó de Vietnam, Gutiérrez se inscribió en ASU bajo el GI Bill. Fue la primera persona de su familia en asistir a la universidad.

Era una época de grandes protestas estudiantiles en los campus universitarios. Estaban teniendo lugar el movimiento por los derechos civiles, el movimiento chicano y el movimiento contra la guerra de Vietnam.

Inspirado por César Chávez, el defensor de los trabajadores agrícolas y líder de los derechos civiles, Gutiérrez ayudó a formar la Organización de Estudiantes Mexicano-Americanos en ASU, que más tarde se convirtió en el Movimiento Estudiantil Chicano de Aztlán, también conocido como M.E.Ch.A.

Una de las principales causas de la Organización de Estudiantes Mexicano-Americanos se convirtió en la lucha por las mujeres mexicanas, muchas de ellas indocumentadas, que trabajaban en condiciones deplorables con bajos salarios en una lavandería que lavaba ropa de cama para hermandades y fraternidades en el campus bajo contrato con ASU.

Gutiérrez encabezó protestas exigiendo que ASU presionara a la lavandería para mejorar las condiciones laborales y los salarios. Cuando la universidad se negó, Gutiérrez ayudó a liderar un grupo de estudiantes que se apoderaron de la oficina del rector durante varios días.

En respuesta, la policía estatal rodeó el edificio, la Junta de Regentes de Arizona exigió que los estudiantes fueran expulsados y la Legislatura pidió al gobernador que convocara a la Guardia Nacional, recordó Gutiérrez.

"Fui un poco loco", justificó Gutiérrez, señalando similitudes con las recientes protestas contra la guerra entre Israel y Hamas en ASU y en otros campus.

Gutiérrez dijo que la universidad estaba decidida a echarlo. Afirmó que fue acusado de violar un código de conducta estudiantil que la universidad modificó específicamente para obligarlo a renunciar. Le dieron una opción, dijo: ser expulsado sin posibilidad de regresar o irse voluntariamente con la oportunidad de volver a solicitar la admisión en el futuro.

"Elegí irme para poder regresar", relató Gutiérrez.

Pero Gutiérrez nunca regresó.

Se casó, tuvo un bebé y necesitaba dinero para mantener a su familia.

"La vida pasó", mencionó Gutiérrez.

Alfredo Gutiérrez posa para una foto en el campus de Tempe de la Universidad Estatal de Arizona el 2 de mayo de 2024.

Décadas de liderazgo en el servicio público en Arizona

Gutiérrez fue a California para trabajar con César Chávez organizando a los trabajadores agrícolas. También trabajó para la campaña presidencial de 1968 de Robert F. Kennedy. Estaba en el Hotel Ambassador de Los Ángeles la noche en que le dispararon a Kennedy, el 5 de junio de 1968.

Después de la muerte de Kennedy, Gutiérrez fue uno de los primeros en recibir una beca Kennedy Memorial para pasar 18 meses entrenándose para seguir una carrera en política, servicio público y justicia social. El pago le permitió mantener a su familia y la experiencia le cambió la vida. Puso a Gutiérrez en contacto con algunos de los líderes de justicia social y derechos civiles más destacados e importantes del momento.

"Asistí a varios seminarios con gente extraordinaria, fui a Harvard para programas especiales y en D.C. me reuní con gente increíble", destacó Gutiérrez. Entre las personas que conoció se encontraban los senadores estadounidenses Ted Kennedy y J. William Fulbright y el activista político Ralph Nader.

En 1972, cuando Gutiérrez tenía 27 años, se postuló para el Senado estatal en el Distrito 23 y ganó. Dos años más tarde, fue elegido líder de la mayoría del Senado. Gutiérrez pasó 16 años en la Legislatura, la mayor parte de ese tiempo desempeñando funciones de liderazgo.

Mientras estuvo en la Legislatura, Gutiérrez presionó para que Arizona finalmente se uniera al programa Medicaid. Desde entonces, el Sistema de Contención de Costos de Atención Médica de Arizona, o AHCCCS, ha brindado atención médica a millones de familias e individuos de bajos ingresos.

Después de dejar el cargo, la firma de consultoría política que cofundó, Jamieson y Gutiérrez, ayudó a allanar el camino para la construcción de estadios deportivos en una zona oprimida del centro de Phoenix. Aunque la idea de utilizar dinero público para construir estadios deportivos era políticamente impopular en ese momento, Gutiérrez dijo que veía la construcción de las instalaciones como una forma de revitalizar el centro económicamente deprimido de la ciudad.

Gutiérrez también jugó un papel decisivo en la apertura de South Mountain Community College para atender a estudiantes en vecindarios predominantemente latinos y afroamericanos en el sur de Phoenix. Ayudó a fundar Chicanos Por La Causa y Valle del Sol, dos organizaciones latinas que brindan servicios sociales a familias de clase trabajadora.

En la década del 2000, Gutiérrez ayudó a liderar campañas de base contra la ley de control de inmigración del 2010 conocida como SB 1070 y las redadas de inmigración del ex alguacil del Condado Maricopa, Joe Arpaio.

En el 2014, Gutiérrez fue nombrado miembro de la junta directiva de Maricopa Community Colleges. Renunció como presidente de la junta en el 2018 después de que una caída le provocara una lesión cerebral que afectó temporalmente su capacidad para caminar y hablar.

Luego, en el 2023, Gutiérrez decidió regresar a ASU y completar su carrera.

Alfredo Gutiérrez en la Convocatoria Hispana de la Universidad Estatal de Arizona el sábado 4 de mayo de 2024. El influyente líder político y comunitario terminó su licenciatura casi seis décadas después de haber sido obligado a abandonar la escuela debido a su activismo.

Bienvenido nuevamente en ASU

Vanessa Fonseca-Chávez, decana asociada de inclusión y éxito estudiantil, estaba en su oficina en el campus de ASU Tempe el otoño pasado cuando un asesor académico la invitó a conocer a un posible estudiante.

El hombre quería hablar sobre terminar su carrera a través de la Facultad de Ciencias y Artes Integrativas, que está diseñada para brindar flexibilidad a los estudiantes no tradicionales que regresan a la universidad en diferentes etapas de la vida.

Era un caballero mayor que Fonseca-Chávez no reconoció. Ella dijo que no pensaba mucho en su edad porque la universidad recibe muchos estudiantes mayores, y su nombre no le sonó de inmediato.

Pero durante un breve descanso, Fonseca-Chávez regresó a su oficina y buscó en Google el nombre de Gutiérrez. Apareció una larga lista de artículos y entradas que destacaban sus muchos logros, que Gutiérrez no había compartido.

"Señor, usted no me dijo exactamente quién era", recuerda Fonseca-Chávez haberle dicho a Gutiérrez cuando regresó. "Le dije que sería un gran honor trabajar con él".

Gutiérrez le dijo a Fonseca-Chávez que estaba trabajando en una novela ambientada en un pueblo minero de Arizona en la década de 1960. La novela está basada en la vida de Gutiérrez mientras crecía en Miami.

Fonseca-Chávez y Martínez, el profesor de ASU, trabajaron con Gutiérrez en la creación de un programa de estudio independiente basado en la novela para obtener los créditos finales que necesitaba para terminar su carrera. Gutiérrez nunca había escrito una novela. Fonseca-Chávez lo ayudó a desarrollar personajes, flujo narrativo y otros recursos literarios.

Gutiérrez terminó la novela, que ha sido editada y pronto será enviada a los editores.

Fonseca-Chávez afirmó que se sintió honrada de trabajar con Gutiérrez en su novela y su título.

"Solo saber que en aquel momento defendió a las mexicanas que trabajaban en la lavandería de ASU en la década de 1960, es increíble que las defendiera, y luego la consecuencia de eso fue no poder terminar una carrera", lamentó Fonseca -Chávez.

Ahora, casi 60 años después, lo ha logrado.

Comuníquese con el reportero Daniel Gonzalez por correo electrónicodaniel.gonzalez@arizonarepublic.com o por teléfono al 602-444-8312.

Traducción Alfredo García