Desde Medjugorje a Garabandal, las supuestas apariciones que la Iglesia revisará con las nuevas normas del Vaticano

Desde Medjugorje a Garabandal, las supuestas apariciones que la Iglesia revisará con las nuevas normas del Vaticano

Solo se han reconocido quince apariciones de la Virgen María

El Vaticano toma el control sobre la veracidad de las apariciones de la Virgen y otros fenómenos sobrenaturales

Las monjas cismáticas, por Juan Manuel de Prada

Peregrinos en Medjugorje ABC
Javier Martínez-Brocal

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Hasta que el Vaticano publicó sus nuevas normas sobre cómo proceder ante una supuesta aparición de la Virgen, los obispos debían optar entre una respuesta positiva, «Constat de supernaturalitate», o una negativa, «Non constat de supernaturalitate». En la práctica, para evitar confusiones, se añadió más adelante una tercera más contundente, «Consta la no sobrenaturalidad» del fenómeno.

Este modo de proceder ha llevado a que técnicamente la Iglesia reconozca sólo quince apariciones de la Virgen María. Entre ellas las más famosas son las de Lourdes en Francia, en 1858; y las de Fátima, en Portugal, en 1917. Las más recientes sería las de Kibeho, en Ruanda, supuestamente entre 1981 y 1986. En cualquier caso, se las considera como «revelaciones privadas», que no añaden nada a la doctrina católica, y por eso, no obliga a los católicos a creer en ellas. Aún no se han reconocido, sin embargo, las apariciones de Medjugorje (Bosnia Herzegovina) que atraen a millones de peregrinos. El fenómeno empezó en 1981 y teóricamente siguen produciéndose.

Aparte de esas apariciones oficiales, el experto en apariciones marianas Renè Laurentin cuantificó unas dos mil supuestas apariciones de la Virgen a lo largo de la historia. La más antigua se sitúa en España y se remonta al año 40. Se trata de la aparición al apóstol Santiago en Zaragoza, de la que surge la devoción a la Virgen del Pilar. Como ésta, la mayoría de las apariciones no han precisado un reconocimiento oficial pues se ligan a una larga tradición y ni sus videntes ni sus seguidores no han planteado especiales dificultades a la Iglesia. Es el caso también, por ejemplo, de las apariciones de la Virgen de Guadalupe, en México, en diciembre de 1531.

A lo largo del siglo XX, en España ha habido noticias de varias apariciones. Se dice que en 1906 se apareció a una anciana mujer gravemente enferma en Chauchina (Granada), y un convento de religiosas de clausura conserva memoria de esa historia.

También, en los años 1925, 1926 y 1929, la Virgen de Fátima se habría aparecido en Pontevedra y en Tuy a la única superviviente de los tres pastorcillos, Sor Lucía, quien se había trasladado a España para gozar del anonimato que no tenía en Portugal.

En 1931, la revista Blanco y Negro da cuenta de los rumores de una posible aparición de la Virgen en Guipúzcoa, en la localidad de Ezquioga. El 29 de junio, los hermanos Antonia y Andrés Bereciartu aseguran haber recibido la visita de la Virgen. La historia impresionó incluso a Pío Baroja y Gregorio Marañón, quienes le dieron credibilidad. Sin embargo, el obispo concluyó que se trataba de sugestiones, y primero interrumpió la construcción de un santuario y luego las declaró falsas.

En 1945 se habría aparecido la Virgen a dos niñas, Marcelina y Afra, en La Codosera (Badajoz). La Iglesia no se pronunció sobre su autenticidad, pero sí autorizó la construcción de un santuario, que sigue en pie y que en 2020 celebró un Año Santo por el 75 aniversario de las apariciones.

Entre el 6 y el 12 de junio de 1958, siete niños aseguraron ver a la Virgen en una cueva de Jorcas, localidad de 320 habitantes en Teruel. Entonces la autoridad eclesiástica no encontró una explicación religiosa, y optó por no reconocerlas. Algunos las atribuyeron a reflejos en las paredes, pero el suceso dio pie a bellísimas crónicas en ABC escritas por el periodista y escritor Luis de Castresana.

Tampoco están reconocidas las supuestas apariciones de la Virgen María en Umbe, a pocos kilómetros de Bilbao. La vidente, una mujer muy sencilla, Felisa Sistiaga la vio por primera vez en 1941. Falleció en 1988. El obispo de Bilbao, Joseba Segura, ha celebrado misa en el santuario que recuerda lo ocurrido. Es uno de los casos que podrían replantearse a la luz de las nuevas normas del Vaticano.

Garabandal en Cantabria y El Escorial

Una de las más controvertidas son las supuestas apariciones en Medjugorje Bosnia. Ayer el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe, dijo que las nuevas normas ayudarán a llegar a una conclusión prudencial. Aunque antes se deberán aclarar cosas que no pueden tomarse en serio. «Si no recuerdo mal , creo que la Virgen allí también dio unas supuestas órdenes poniendo la hora, el lugar, lo que tenía que hacer el obispo...Hay que estudiarlo bien para poder llegar a una conclusión».

En España las más controvertidas, sin duda, son las supuestas apariciones en San Sebastián de Garabandal (Santander) a las niñas Mari Loli, Jacinta, Mari Cruz y Conchita, entre 1961 y 1965. Las videntes aseguraron recibir unas dos mil visitas de la Virgen María y algunas del arcángel San Miguel. Una de ellas ha fallecido, dos viven en EE.UU. y otra sigue en España.

En 1992, el entonces cardenal Joseph Ratzinger rechazó reconocerlas como «evento sobrenatural». Es la misma opinión de la Iglesia de Santander, de cuyo obispo dependen. Desde 1961, todos los obispos han asegurado que «no consta la sobrenaturalidad» del fenómeno. Sin embargo, como siguen acudiendo muchos peregrinos a la zona, en 1987, el entonces obispo José Antonio del Val permitió que los sacerdotes pudieran celebrar misa en la iglesia de esta localidad. La afluencia de peregrinos, a la luz de las nuevas normas, podría llevar a estudiar de nuevo estas apariciones.

También siguen dando que hablar las apariciones en Prado Nuevo, El Escorial, a Amparo Cuevas. La mujer, una analfabeta de 50 años, aseguró haber visto el 14 de junio de 1981 a la Virgen de los Dolores en este lugar, y que ésta le habría solicitado la construcción de una capilla. La aparición se repitió dos años más tarde, y llega a sumar 376 encuentros. También la Virgen le habría solicitado también la construcción de una casa de acogida para los pobres.

La investigación de Ángel Suquía

El arzobispo Ángel Suquía abrió una investigación en 1985 y concluyó que no se trataba de un fenómeno sobrenatural. La devoción que suscitaba su historia llevó en 2002 a su sucesor, el cardenal Antonio María Rouco Varela, a autorizar la construcción de una capilla. Sin embargo, no modificó el juicio negativo sobre las apariciones. La vidente falleció en 2012 y fue enterrada en aquella capilla. La capilla fue derribada en 2020 tras un largo contencioso, pues fue construida en una zona con vínculos medioambientales. Los detractores de estas apariciones también han constituido una organización.

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