Qué floja y aburrida me parece la película ‘Caboblanco’ (1980), de J. Lee Thompson. Una desvaída y mala copia de ‘Casablanca’, de Michael Curtiz. Una serie de personajes varados en una zona costera de Perú enredados en recuperar un valioso botín de un barco naufragado en sus costas.

El eje de la película gira alrededor de la figura de Giff Hoyt (Charles Bronson), enclavado en esa ciudad portuaria debido a su necesidad de ocultarse de la justicia por un caso de asesinato. Aunque este personaje es una de las principales piezas de la trama, el guion incorpora una voz en off y narrador de la historia que corresponde al capitán de barco Clarkson (Gilbert Roland), que nos transmite los acontecimientos que se sucedieron en torno a unos aventureros que buscan 22 millones de oro robado por los nazis.

Este personaje omnisciente tiene que ver poco con los episodios centrales, su estrategia es poco menos que indiferente y, si acaso, figura como mero observador de unos hechos sin mucha trascendencia entre espías, avariciosos y un cierto tufillo romántico de pacotilla con mujer fatal.

La acción de la película empieza con una escena bajo el agua que pone en valor la pericia de el responsable de ‘Los cañones de Navarone’ (1961) para los momentos intensos que conllevan cierto peligro para los personajes que intervienen. Un científico en el interior de un batiscafo sondea las profundidades intentando localizar los restos del navío La Bretaña y hacerse con su tesoro. Unos buzos sabotean la operación y hacen estallar el sumergible.

Tras este prólogo halagüeño irrumpe el personaje femenino, María Alessandri (Dominique Sanda), una mujer muy bella y sensual que llega a la zona costera peruana en busca de su novio, del que hace tiempo carece de noticias. La chica se hospeda en el garito de Giff y entre ellos surge un soso flechazo. Cerca de la población reside un mandamás, Beckford (Jason Robands), que domina el área, cuenta con una banda de esbirros y también está interesado en conocer el paradero del barco naufragado porque desea el contenido de la bodega.

Todos estos personajes pululan por un paraje tercermundista como si fuese una especie de refugio en el que ocultarse para no ser encontrado. Al mando de la policía corrupta se encuentra el actor Fernando Rey que encaja a la perfección con la demanda de su rol.

El paraje exótico y playero, remanso de fugitivos, se convierte en un sitio en medio de la nada donde sus criaturas forcejearán por alcanzar ‘el material con que se forjan los sueños’ (el halcón Maltés).

En líneas generales ‘Caboblanco’ no me ha sugerido gran cosa, salvo el recuerdo de la incontestable ‘Casablanca’, con una intriga anodina, una fémina tan guapa y ventajista como insulsa, además de distante, fría y antipática, rodada con un aliento demodé, sin apenas garra y aburrida.

Pero toda película tiene algo. Aquí, algunos interiores, y me refiero al bar de copas de Giff, tiene una iluminación, sobre todos los fondos del decorado, pintados con una fotografía rojiza que aporta una estética diabólica a cargo del operador Alex Phillips. Mención aparte merece la partitura musical compuesta por un imaginativo Jerry Goldsmith, que convierte sus notas, como es habitual en él, en rico y variopinto folclore del lugar más los acordes propios de las películas de intriga y espionaje.

Reseña de Jose Manuel León Meliá

 

Cabo Blanco (1980)
Cabo Blanco poster Rating: 5.3/10 (1,319 votes)
Director: J. Lee Thompson
Writer: Morton S. Fine, Milton S. Gelman, James Granby Hunter
Stars: Charles Bronson, Jason Robards, Dominique Sanda
Runtime: 87 min
Rated: R
Genre: Action, Adventure, Crime
Released: 01 Feb 1981
Plot: In 1948, an assortment of shady characters are searching for Nazi loot, sunken off the coast of Peru.

 

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