Los secretos de un himno – Contarte Cultura
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Literatura

Los secretos de un himno

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Por Luis Carranza Torres (*) /
Especial para ConArte Cultura //

En sus inicios fue nombrado como “Marcha patriótica”, luego “Canción patriótica nacional”, para posteriormente denominarlo “Canción patriótica”. Fue en 1847 que una publicación lo llamó “Himno Nacional Argentino”, nombre que ha conservado hasta la actualidad.

Nace de una representación teatral. El 24 de mayo de 1813 tras asistir a la representación en la “Casa de Comedia” de Buenos Aires de la obra teatral de Luis Morante “El 25 de Mayo”, referida a la Revolución de Mayo de 1810, Alejandro Vicente López y Planes, se sintió inspirado y a la salida del teatro, esa misma noche, escribió la primera estrofa de un himno para reemplazar al que finalizaba la obra, escrito por Morante con música del español Blas Parera y Moret.

Vicente López y Planes

Nacido en Buenos Aires, había cursado estudios primarios en la Escuela San Francisco, los secundarios en el Real Colegio San Carlos y obtenido el doctorado en leyes en la Universidad de Chuquisaca. Pero a más de las leyes, se había desempeñado como capitán de Patricios durante la Segunda Invasión Inglesa al Río de la Plata. Luego de la victoria en tal contienda, había compuesto un poema titulado “El triunfo argentino”.

Fue también uno de los primeros auditores militares del ejército argentino en la Primera Expedición Auxiliadora al Alto Perú de 1810. Diputado tanto en la Asamblea del Año XIII como en el Congreso de Tucumán, se desempeñó también como secretario del Congreso Constituyente de 1824, ministro, presidente provisional de las Provincias Unidas del Río de la Plata, entre el 7 de julio y el 18 de agosto de 1827, Juez del Tribunal de Justicia durante la gobernación de Rosas y gobernador de Buenos Aires tras la caída de éste, entre el 3 de febrero y el 26 de julio de 1852.

En un oficio del 22 de julio de 1812 dirigido al Cabildo de Buenos Aires, el Triunvirato gobernante en las Provincias Unidas pedía componer una “marcha de la patria”, para ser ejecutada al principio delante de las clases.

Un año después, la Asamblea General Constituyente del Año XIII aprobó su letra como “Marcha Patriótica” el 11 de mayo. Y al día siguiente le encargó componer una nueva música a Blas Parera, quien terminó la partitura en una sola noche.

Blas Parera

El músico era un español nacido en Murcia de padres catalanes que había emigrado a América en 1793 y cuatro años más tarde, en 1797, se radicó en la Ciudad de Buenos Aires, desempeñándose como compositor, profesor en el Colegio de Niños Expósitos y también enseñando de forma particular violín, piano y laúd.

Fue organista de la Catedral Metropolitana de Buenos Aires y en las iglesias de San Nicolás, San Ignacio y La Merced. Daba además conciertos como violinista, clavicordista y componiendo tonadillas. Fue director de orquesta en el Coliseo Provisional de Comedias de Buenos Aires, llamado luego «Coliseo Argentino» y «Teatro Argentino».

Participó en la defensa de Buenos Aires durante las Invasiones Inglesas de forma voluntaria. En 1809, se casó con Facunda del Rey, previo permiso del Virrey, quien había sido una de sus alumnas en el Hogar de los Niños Expósitos, donde cantaba en el coro. 

Por realizar la música del himno, recibió la suma de doscientos pesos, conforme Álvaro Abós, en «La música de Blas Parera sigue sonando». Se trataba de una suma importante en esa época. 

En 1817, Parera abandonó la Argentina, viviendo varios años en Río de Janeiro y finalmente en España. No se conoce a ciencia cierta la causa de ese exilio voluntario. Carlos Vega, musicólogo, la explica en la exigencia de la época a todos los españoles residentes de jurar fidelidad al nuevo país que surgía y tomar carta de ciudadanía. 

Desde su inicio el himno, llamado “Marcha Patriótica” por ese tiempo, gozó de una gran aceptación y difusión popular. No solo se cantaba de continuo en los actos oficiales, en el teatro y hasta en tertulias, sino que era entonado por la población en general, frente a las más diversas ocasiones de entidad.

Una prueba de eso es lo escrito en 1817 por el diplomático estadounidense Henry M. Brackenridge en su libro “Voyage to South America”, quien durante el transcurso de una travesía en barco desde Montevideo a Buenos Aires fue testigo de una de esas interpretaciones espontáneas:

Por la tarde, nuestros compañeros, después de beber un vaso de algo estimulante, rompieron con una de sus canciones nacionales, que cantaron con entusiasmo como nosotros entonaríamos nuestro ‘Hail Columbia!’. Me uní a ellos en el fondo de mi corazón, aunque incapaz de tomar parte en el concierto con mi voz. La música era algo lenta, aunque audaz y expresiva… Este himno, me dijeron, había sido compuesto por un abogado llamado López, ahora miembro del Congreso, y que era universalmente cantado en todas las provincias de El Plata, así en los campamentos de Artigas, como en las calles de Buenos Aires; y que se enseña en las escuelas como parte de la esencia de la educación de la juventud…

​No es un hecho históricamente acreditado que se cantara, como dice la tradición, el 14 de mayo de 1813 en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson por primera vez. Y si bien se entiende que fue entonado en los actos del 25 de mayo de 1813 como primera presentación pública, el primer registro de su interpretación es en la noche del 28 de ese mismo mes en el teatro durante una función patriótica. 

Juan Pedro Esnaola

En 1860 Juan Pedro Esnaola realizó algunos cambios a la música basándose en anotaciones manuscritas del compositor.

Amigo personal de Juan Manuel de Rosas y maestro de música de su hija Manuelita, a la caída de Rosas no resultó afectado. El ser buen músico protege de muchas cosas, como se ha verificado más de una vez en la historia.

La grabación más antigua que se conserva del himno es la del tenor italiano Arthur Adamini, realizada en disco de gramófono alrededor de abril de 1899.

Fueron suprimidas algunas estrofas por un decreto del presidente Julio Argentino Roca en 1900, y actualmente existe una versión más corta que se ejecuta en competencias deportivas, mundiales y juegos olímpicos. 

Diversos estudios consideran a la pieza como uno de los himnos más logrados del mundo. 

En 2023, tres estudiantes de la ciudad de Naperville, en Estados Unidos, llevaron a cabo una investigación que abarcó a todos los himnos del mundo e hicieron un ranking comparando los mejores. Tras dos meses de investigación y escucha, dieron el primer lugar al “Himno Nacional Argentino”.

El estudio fue publicado por el periódico estudiantil Central Times y, vía un tweet rápidamente se viralizó a todo el mundo.

Uno de los integrantes del grupo, Braden Hajer, manifestó: “No teníamos ningún tipo de expectativas cuando lo escuchamos, así que, al hacerlo, quedamos literalmente boquiabiertos. Es el único que está orgullosamente en el tope de la lista. Esta pieza es una total obra maestra y da mucha alegría escucharla. Es un himno de varios movimientos en los que se entretejen ambientes, emociones y tempos”. 

Historias de una canción que representa en lo profundo a un pueblo desde hace ya más de dos siglos.

(*) Abogado y escritor. Para leer más del autor visitar https://luiscarranzatorresescritor.blogspot.com/

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Literatura

Isabel Allende presenta su primera obra infantil

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La escritora chilena Isabel Allende presenta su debut literario infantil, “Perla, la súper perrita”, una encantadora y conmovedora historia entre un niño y su mascota, editada por Pengüin Random House.

La presentación es el lunes 27 de mayo a las 10, día y hora en que la autora llevará adelante una rueda de prensa virtual.

Perla es una súper perrita que tiene dos súper poderes: hacer que todos la quieran y rugir como un león.
Cuando descubre que su hermano humano, Nico Rico, está siendo acosado en la escuela, ¡sabe que tiene que intervenir! Pero ¿qué hará Perla?
“.

Sobre Isabel Allende

Nació en 1942, en Perú. Pasó la primera infancia en Chile y vivió en varios lugares en su adolescencia y juventud. Después del golpe militar de 1973 en el país trasandino se exilió en Venezuela y, desde 1987, vive como inmigrante en California. Se define como “eterna extranjera”.

Inició su carrera literaria en el periodismo, en Chile y en Venezuela. En 1982 su primera novela, “La casa de los espíritus”, se convirtió en uno de los títulos míticos de la literatura latinoamericana. A ella le siguieron otros muchos, todos los cuales han sido éxitos internacionales.

Su obra ha sido traducida a cuarenta idiomas y ha vendido más de setenta millones de ejemplares, siendo la escritora más leída en lengua española.

Ha recibido más de sesenta premios internacionales, entre ellos el Premio Nacional de Literatura de Chile en 2010, el Premio Hans Christian Andersen en Dinamarca, en 2012, por su trilogía “Memorias del Águila y del Jaguar”, y la Medalla de la Libertad en Estados Unidos, la más alta distinción civil, en 2014.

En 2018, Isabel Allende se convirtió en la primera escritora de lengua española premiada con la medalla de honor del National Book Award, en Estados Unidos, por su gran aporte al mundo de las letras.

(Fuente: Pengüin Random House – Prensa y Comunicación)

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Literatura

Llega el “13º Festival Literario Gustavo Roldán” al Espacio Cultural Nuestros Hijos

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El Espacio Cultural Nuestros Hijos, de Avenida del Libertador 8151 de CABA, vuelve a celebrar la fiesta de los libros y la lectura, con una nueva edición del gran homenaje colectivo a uno de los referentes imprescindibles de la literatura infantil latinoamericana, en el “13º Festival Literario Gustavo Roldán”.

El sábado 1 de junio, a las 15, “la palabra dicha, escrita y cantada será protagonista de una jornada intensa, llena de propuestas educativas, lúdicas y artísticas para todas las edades, con la conducción del narrador Claudio Ferraro, quien inaugurará el encuentro renovando un ritual ya tradicional, la ‘Bendición de dragón’ de Gustavo Roldán“, adelanta la gacetilla promocional del evento.

La grilla del escenario la inaugurará el espectáculo de narración oral “Lo que cuenta Gustavo”, de Ana Paduano, que tendrá continuidad con la novedosa puesta “Elegí”, del grupo musical Valor Vereda, basada en la colección de libros que proponían distintas aventuras con tan sólo dar vuelta la página.

Para el cierre, Magdalena Fleitas y Ana Iniesta, acompañadas por los Tamborcitos del ECuNHi como invitados, presentarán el cuento canción ilustrado “La luna de Candela”.

Por su parte, en el Microcine a las 16.10, la autora Paula Bombara y la ilustradora Penélope Chauvié presentarán el libro “¿Cómo se hace justicia?”, un texto basado en los diálogos entre Bombara y Graciela Montes para facilitar la compresión del funcionamiento del sistema judicial en lectores de todas las edades.

En el mismo espacio, pero a las 16.50, Laura Roldán y Claudio Ferraro presentarán “De Boca en boca – Coplas, cuentos y leyendas de nuestro país”, reciente libro de Laura y Gustavo Roldán con ilustraciones de Hernán López y Muriel Frega, editado por Estación Mandioca.

Y a las 17.30, también en el Microcine, ECuentos edición especial presentará a Gimena Blixen y Mahia Corradini, con la colaboración del grupo Lasvorjas, en “Para que sepan de ellos”, espectáculo de narración oral para adultos inspirado en poemas de Laura Devetach y Gustavo Roldán.

La apertura del Festival estará a cargo de Susurrantes Solidaries del ECuNHi y, como en todas las ediciones, les asistentes podrán participar de charlas, talleres y juegos, visitar espacios permanentes y recorrer la feria de libros de editoriales y curadores especializados en literatura infanto-juvenil.

La entrada es libre con bono solidario consciente (no excluyente), con actividades que no se suspenden por lluvia.

Participan en esta edición: Calibroscipio, Pequeño Editor, Del Naranjo, Fondo de Cultura Económica, La Juglaresa libros, Ojoreja, Pupek, Amauta, Loqueleo, Filbita, Avión que va, Tinkuy, Suflaifla, Biblioteca Popular de Virrey del Pino, Ponsatti libros, Boliche Rodante, Luna lanar tejidos.

El evento cuenta con el acompañamiento de: Asociación Madres de Plaza de Mayo, Asociación Civil Amigos del ECuNHi y Espacio Memoria y Derechos Humanos (ex Esma).

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Entrevistas

Un paseo por “Inadmisible”, la novela de Mariano Rodríguez en donde ficción y realidad se fusionan

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Por Andrea Viveca Sanz (@andreaviveca) /
Edición: Walter Omar Buffarini //

Una misión busca abrir viejas puertas, indagar acerca del pasado, despertar preguntas. Es una misión que intenta espiar, sumergirse en los recovecos del tiempo para encontrar las respuestas.

En un largo camino de investigación, el periodista y escritor Mariano Rodríguez bucea en las huellas de la historia para dar vida a una trama donde la ficción y la realidad se funden, palabras adentro, para dar vida al amor.

En diálogo con ContArte Cultura, el autor cuenta acerca de su propio recorrido para llegar al corazón de “Inadmisible”, donde cada pista abre una puerta.

—Vamos a comenzar esta charla haciendo foco en el nombre de esta novela que busca bucear en una parte de la historia mundial y de nuestro país. ¿Cómo llega este título que es la puerta de entrada a tu obra?

—El título de la novela me gustó porque es fuerte, una sola palabra, fácil de memorizar, y es impactante también. Y al mismo tiempo responde a que durante el proceso de investigación, de escritura, me fui topando con información que para mi era inverosímil, increíble. Que los más altos rangos militares de los nazis hayan estado ocultos en Argentina, entre ellos los propios Adolf Hitler y Eva Braun, al amparo del gobierno de turno, codeándose con la sociedad de Bariloche de ese entonces como si fueran uno más, y habiendo sido quienes llevaron adelante crímenes de guerra, asesinatos masivos, ni hablar de todo lo que fue la persecución nazi a lo largo del mundo. Entonces me parecía que era inadmisible que estos asesinos y personajes nefastos de la historia mundial estuvieran al amparo del gobierno de Edelmiro Farrel, quien estaba de presidente en Argentina cuando llegaron en 1945, y Juan Perón como Ministro de Guerra, que al año siguiente asumiría la presidencia. Entonces el título se compone justamente de todos estos aditamentos. Primero me parecía que era impactante para una novela que busca serlo, no sólo por la investigación periodística, sino también por la trama que lleva a los personajes a vincularse, donde hay amor, donde hay misterio, donde hay también ribetes policiales. Todavía me sigue pareciendo inadmisible, pese a todo lo investigado y el conocimiento de la causa, la desclasificación de archivos y demás, que esto haya ocurrido en Argentina.

—Y porque todo tiene un principio, una semilla que le da vida, nos gustaría saber cuál fue el germen de esta novela. ¿Cómo y cuándo surge esta historia en vos?

—Todas mis novelas, todos mis libros, parten de una iniciativa propia y de una curiosidad por saber más del tema que me interesa, que intento desarrollar, y que sea atractivo también para el lector. Hace tiempo que giraba en mi cabeza mucha incertidumbre sobre la llegada de los nazis a Argentina. Había escuchado historias que eran increíbles y de las que no podía dar fe, así que me dije “tengo que investigar, tengo que conocer un poquito más”. Ahí me puse el traje de periodista y comencé a entrevistar a historiadores, a otros autores que ya habían ido sobre los rastros de los nazis en la Argentina, como el propio Abel Basti o Nicolás Gilardi, quien escribe para Infobae y había tenido bajo su responsabilidad la redacción de artículos sobre los nazis en nuestro país. Así fueron surgiendo informaciones que venían de distintos estamentos, y de ese modo me fui generando una idea de lo que fue pasando en esos tiempos y tratando de recrear las vivencias que había rescatado, que habían llegado a mí por personas que vivían y residían en la zona y que me contaban sus testimonios. Pero siempre parto de la base de que el tema tiene que interesarme a mí. No podría escribir sobre algo que no me resultara atractivo, porque tampoco lo podría hacer interesante para los lectores si yo no los encaro con la pasión, las ganas y el deseo de saber más y poder contarlo.

—¿Qué caminos de investigación tuviste que llevar adelante para construir la trama narrativa?

—Los caminos fueron varios. La consulta, como contaba anteriormente, con algunos historiadores que han indagado muchísimo sobre el nazismo en Argentina y han documentado también. Me nutrí de esos valiosos aportes. La verdad es que me fue muy sencillo, porque en cada lugar donde comentaba que estaba escribiendo un libro sobre el nazismo en Argentina, todos tenían alguna historia. Recuerdo una vez que salía de hacer el servicio informativo de radio Continental, a las 6 de la mañana y me tomé un taxi —en ese momento estaba en pleno proceso de escritura en donde uno se va nutriendo de todos los canales por donde puede buscar, indagar, conocer— y estaba viendo un documental en YouTube sobre el nazismo. El conductor escuchó y me preguntó, y al enterarse en que andaba me contó una anécdota que le habían relatado sobre que en el cementerio de la Recoleta en un momento se hizo una ceremonia muy íntima, para muy poquita gente en el más absoluto de los secretos, y se pasó una canción para despedir al féretro que era la preferida de Hitler, hecho que provocó un revuelo muy grande. Y así se dio con muchas otras historias que yo desconocía y situaciones que se fueron repitiendo a lo largo de la investigación. Como el caso en que siendo profesor de una materia en el ISET 18, en la carrera de Locución, una alumna me contó que procedía de Bariloche y que allí había una hostería que todos los meses de abril, en el día en que se cumple el nacimiento de Hitler la cerraban y lo conmemoraban. Así me fui nutriendo de cosas que volqué en el libro, además de lo que pude recabar a través de internet o de otros testimonios, como el de Carlos Perciavalle, quien dice que junto con China Zorrilla, en el hotel El Casco de Bariloche, fueron invitados por los dueños a acompañarlos en una velada y se toparon con Hitler y Eva Braun. Hay muchas cosas que se han dicho y que son muy difíciles de comprobar, pero todo está volcado en el libro. Siempre la premisa es no convencer a nadie. En este caso, que cada uno lea Inadmisible y que después saque sus propias conclusiones, más allá de mi convencimiento y que la historia parte de que descreo de lo que cuenta justamente la historia oficial acerca de que Hitler se suicidó junto a su mujer en su búnker de Berlín.

—A lo largo de las páginas tus personajes recorren espacios que tienen su propia historia, ¿realizaste esos recorridos mientras escribías?

—Algunos lugares pude visitarlos previamente, como el Hotel Edén de La Falda, donde indagando en su historia caigo en la cuenta que no sólo ese hotel fue importante para que Hitler existiera y el nazismo fuera lo que terminó siendo a lo largo de su historia, sino para la Argentina misma. Desde ese hotel, que era de capitales alemanes y cuyos dueños eran los matrimonios de los hermanos Walter y Bruno Eichhorn, se enviaban los fondos, o parte de estos, a Berlín para ayudar a la campaña política del führer. A veces no dimensionamos, pero en Argentina se gestó parte de lo que fue la operación nazi, tal vez sin saber en lo que podría llegar a convertirse con el paso del tiempo. Así también se presume que Hitler visitó en un par de oportunidades ese hotel y que allí estuvo alojado, más precisamente en el casco central en donde vivían los propietarios. Además también está el Hotel Gran Viena, en la localidad de Miramar de Ansenuza en Córdoba, sobre la vera de la laguna Mar Chiquita, que también pude conocer tiempo después. En Bariloche recorrí algunos lugares previo y post escritura del libro, entre ellos el hotel El Casco, el Club Andino, algunos sitios que yo menciono en el libro y por los que los nazis fueron dejando huella. También el colegio Primo Capraro y varios lugares donde se fue entretejiendo la historia y fui reconstruyendo el rompecabezas. Siempre me gusta, si puedo hacerlo, visitar los lugares previamente al proceso de escritura, conocer a las personas, tratar de indagar. Eso es lo que hace que las historias que escribo sean tan reales.

—¿Cómo fue el proceso de construir a Elkin y Agnes?

—Elkin fue el primero que apareció en mi cabeza. Necesitaba encontrar un personaje fuerte, osco, infranqueable, como para que fuera quien llevara adelante esta investigación y que en su persona yo pudiera ir contando todos los detalles de la misma. Pero no me alcanzaba con eso, también necesitaba encontrarle una persona que lo pudiera movilizar, que pudiera vulnerar justamente su personalidad y hacerlo bajar la guardia, y así generé a Agnes, una mujer hermosa que si bien es argentina es de ascendencia alemana, lo que generaba un montón de controversias en cuanto a la investigación que el ruso desarrollaba en nuestro país: ni más ni menos que desmitificar y recorrer los últimos pasos de Hitler y de los nazis en Argentina. Entre ellos se entreteje una delgada línea entre confianza, amor y también traición, y creo que es lo que hace que el personaje de Elkin se vuelva tan fuerte, apuntalado por Agnes, que no solo se enamora de él, sino que lo acompaña en un gran tramo de la investigación, haciéndolo un poco más humano.

—Como contabas, a medida que se avanza en los misterios de la realidad también crece una historia de amor en la ficción. ¿Pensaste en algún final diferente para la pareja protagonista?

—A medida que se fue construyendo la historia, tuve al personaje principal, Elkin, al que se le anexó Agnes, y con el correr de los capítulos surgió el nombre de la novela, Inadmisible. Pero cuando fui llegando al final, este cambió tres veces. Entiendo que eso enriqueció el texto, porque le fue dando giros inesperados a la trama que a mí mismo me fueron sorprendiendo. Iba a terminar de una manera, pero se me ocurrió que la elegida era la más simple que se podía dar y entonces busqué complejizarla un poco más. Así lo hice en dos ocasiones hasta alcanzar el final definitivo, que entiendo que es el que mejor cierra la historia, porque lleva al lector a elucubrar distintas hipótesis de qué es lo que pueda haber pasado en esos momentos. Fue muy atractivo para mí cómo se fue generando la historia y cómo esos cambios en los finales enriquecieron la obra.

—Decíamos que la realidad y la ficción se rozan todo el tiempo en tu novela, al punto de ensamblarse una con la otra, ¿De qué manera trabajaste para lograr esa fusión?

—Para mi siempre hay una línea muy delgada entre realidad y ficción. Trato de respetar con la mayor seriedad y veracidad posible el transcurso de los hechos en tiempo y forma, cronológicamente, y también prestando atención a los sucesos tal cual se dieron, sean estos buenos o malos, trágicos en la gran mayoría de los que abordo en mis libros. Para lograr esa fusión, primero tengo que conocer al detalle el tema para después saber cómo lo vinculo con la ficción y no apartarme de lo que realmente ocurrió. Esa es una constante y un común denominador en mis novelas, porque así me lo propongo. El que lea mis historias se va a encontrar con una trama de ficción pero que va a ir amparándose al detalle de lo que fue la realidad, o por lo menos la realidad a la que tuve acceso y pude indagar a través de las herramientas que me ha dado el periodismo en todo este tiempo. Por eso creo que hay una línea muy delgada entre ambas que al lector le cuesta descubrir al ir siguiendo la trama, saber si eso ocurrió realmente o si es parte de la ficción, y es lo que lo hace ir a indagar. Y no es una suposición, sino que me lo han contado varios lectores y lectoras a lo largo de este camino recorrido en la literatura y es algo que me genera mucho placer, porque quiere decir que el objetivo se cumplió. Yo no hago un libro de historias, no hago un manual Santillana de mis novelas, pero sí van a enterarse de un montón de cosas aunque les cueste darse cuenta, porque los datos estarán realmente vinculados y entretejidos con la trama de ficción que, en este caso, diseñé para Inadmisible.

—¿Recordás cuál fue el capítulo que más te costó escribir? Y en caso de ser así, ¿por qué creés que fue?

—Creo que todos los capítulos se fueron construyendo con el paso de las horas y con mis ganas y sensaciones. No soy de los escritores que se dice “la novela va a tener 20 capítulos y cada capítulo va a tener diez hojas, cinco, cuatro, tres…”. Voy escribiendo y cuando tengo la necesidad de generar un capítulo nuevo lo hago, y cuando tengo la necesidad de cerrarlo lo cierro. No entiendo de porcentajes o de cantidades, sí de que cuando la trama pide algo especial, un apartado, hay que aceptarlo, porque eso es lo que hace que las novelas sean bastante versátiles y diferentes unas a otras. Entonces no sigo un cronograma, no sigo una fórmula, voy detrás de mis sensaciones, de mi percepción, voy escribiendo lo que a mi me gustaría leer si fuera el que está del otro lado leyendo la historia. Creo que de esa manera se hace más genuina, distinta, y que también puede vincular al lector con la trama. Que no sea algo tan rígido en cuanto a lo gramático, a lo estructural, sino que vaya generando las mismas sensaciones que a mí me generó.

El periodista y escritor Mariano Rodríguez en la 48º Feria Internacional del Libro de Buenos Aires

—¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?

—Me encuentro trabajando en la secuela de Inadmisible, que por supuesto no va a llevar el mismo nombre. Es la continuidad de la historia de Elkin Petrov y Agnes Gallinger con otra misión. En lo que se llamará El misterio de los cielos, el teléfono de Elkin suena nuevamente y hay un pedido imperioso y urgente para que se ocupe de una misión que solamente él puede resolver. Ahí el investigador, ya retirado, se debate entre volver o no y en su decisión el lector va a sentir que forma parte. El tema que le toca investigar es muy interesante, de hecho es uno de los misterios que todavía permanece sin resolver a pesar del paso del tiempo. Es la desaparición de un avión militar en el año 1965. Una nave de la Fuerza Aérea Argentina que desaparece en su vuelo de bautismo en Costa Rica y Elkin tendrá que utilizar todas sus herramientas para poder descifrar que pasó con el avión y con su tripulación, de la que nada se sabe. Este es un tema real que aún hoy en día el gobierno argentino y la Fuerza Aérea tiene una deuda pendiente con la sociedad, y principalmente con los familiares de quienes iban en ese vuelo, tanto los cadetes que egresaban de la Escuela Militar de Córdoba como el resto de los tripulantes. Creo que va a ser una historia muy conmovedora, basándose en otro hecho trágico y misterioso, en donde Elkin y Agnes tendrán que volver a ponerse el traje de investigadores y salir al ruedo. La idea es que el próximo año ya esté al alcance de los lectores.

—Para culminar, si pudieras elegir un objeto que represente el espíritu de tu novela, ¿cuál sería?

—No sé si hay un objeto que represente la novela, sí hay varios elementos que aparecen y que a lo largo de la trama son familiares por el lugar donde ocurren y por los personajes, como por ejemplo la infusión del té que Elkin tomaba muchísimo en Rusia y que, acostumbrado a eso, lo hace en tierras patagónicas. También el chocolate de Bariloche, que es uno de los más ricos y codiciados de todo el mundo amparado en recetas que llegan desde la vieja Europa. Y después los hoteles que formaron parte del esplendor de la belle époque argentina y que hoy en su mayoría están en ruinas. Mencionaba al principio el hotel de La Falda, que una parte se ha recuperado para turismo pero luego de varios saqueos que ha tenido que soportar a lo largo de la historia ha quedado desbastado en muchos sectores. El Hotel Gran Viena de Córdoba, el hotel Club Sierra de la Ventana, que ha sido uno de los más fastuosos no sólo de Argentina sino de América. Y así muchas cuestiones que van atravesando la historia y que creo que son elementos que sin ellos no sería lo mismo la trama de Inadmisible.

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