"Son cosas fraudulentas": Kiko Matamoros destapa en el nuevo 'Sálvame' las prácticas de 'Supervivientes' fuera de cámaras

"No me voy a callar nada. Estoy loco por contar todo lo que se ha cocido dentro y fuera de los platós de Supervivientes y el comportamiento de colaboradores y presentadores de los programas de Telecinco", con estas palabras amenazaba Kiko Matamoros hace 10 días a la productora del reality show estrella de Telecinco. Y lo ha cumplido, vaya si lo ha hecho, pese a que solo lleva dos días sentado en el nuevo Sálvame, reformulado como Ni que fuéramos en las principales redes sociales.

En el estreno del nuevo programa del equipo del extinto magacín de Telecinco comenzó criticando que se utilizara a su hija, Laura Matamoros, para aupar a Makoke tanto en los debates de Supervivientes como en Así es la vida, ambos espacios de Cuarzo Producciones, nueva productora del reality show. Pero en su segundo día en Quickie, el polemista ha ido un paso más allá, destapando la supuesta guionización de las intervenciones de algunos concursantes o conversaciones con familiares fuera de cámaras en las que se reciben consejos para desenvolverse de cara a la audiencia.

El gran ejemplo de ello lo puso en la experiencia de Laura, poniendo en la diana su tan comentado salto del helicóptero en su primera conexión con España, que no primer día, ya que él mismo aseguró que Kiko Jiménez y ella aterrizaron el mismo jueves en la isla que el resto de sus compañeros, aunque el público no los vio en acción hasta el domingo posterior: "Cuando mi hija salta del helicóptero y dice que hay una señora en plató a la que le gustaría estar allí, que se muere de envidia, y grita '¡Makoke a la calle!' es porque es un discurso que le ha preparado el director del programa, que se llama Ángel, y le dice textualmente lo que tiene que decir. Desde arriba hasta abajo, le dice todo lo que tiene que decir en ese salto", revelaba enfadado, asegurando que es por eso que conoce que Makoke está en plató, ya que no tendría otra forma de saber esa información, puesto que nunca había sido colaboradora habitual de este formato.

"Eso es muy fuerte, eh", se escuchaba decir a Belén Esteban, asombrada con que se llevasen a cabo este tipo de prácticas. "Antes de saltar repasa con ella lo que quiere que diga desde el helicóptero", le aseguraba entonces Kiko, con la de Paracuellos apostillando que, aun siendo así, Laura lo habría aceptado porque había querido.

En eso coincidía Matamoros, pero su crítica iba más allá de ese aspecto, mucho más allá: "Desde el punto de vista del espectáculo me parece estupendo, que hagan lo que quieran si mi hija se presta, allá ella, el problema viene cuando esa misma productora en sus programas se dedica a enterrar la imagen de mi hija por jugar a eso, que es lo que ellos le están proponiendo desde el principio".

María Patiño optaba por romper una lanza en favor de la productora de Supervivientes: "Al final, ese tipo de tramas, también las hemos creado nosotros. Hay veces que cuando estoy en un programa me viene bien que haya cierto conflicto entre personas que estamos en un mismo plató".

"Sí, pero lo que no verías tan bien es que en el mismo programa en el que se te sugiere que tengas cierto comportamiento tengas consecuencias negativas de cierta consideración. Y no solo eso, sino que se incide en que ella siga haciendo eso. Cuando tú ves las consecuencias de tus actos puedes medir o decidir si sigues en ese camino o no, pero ella ignora cuáles son las consecuencias de lo que está diciendo. Juega en desventaja, y la productora sigue incidiendo en ello. ¡Hasta el mismo día que regresa siguen poniéndole la muleta con ese tema para que pique porque a la productora le da unos réditos importantes! ¡Esa es la manipulación y la utilización de una persona de forma indecente!", se revolvía Matamoros, completamente indignado con lo sucedido con su hija durante sus dos meses de concurso, ya que, como él trataba de hacer ver, se le preguntaba reiteradamente por Makoke desde Madrid, mientras que en los platós se la criticaba por hablar de ella.

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B. Molina

"Lo que me da mucha rabia es que, aparte de lo que han manipulado públicamente, que la gente creo que ya es bastante consciente del juego que se han traído en ese formato, que desgraciadamente ha cambiado para mal con el cambio de productora. En esta primera edición de Cuarzo se ha cambiado para mal, es bastante menos creíble lo que sucede, y bastante sorprendente determinada información que allí se maneja y que se silencien momentos en los que los familiares están en la intimidad con concursantes y la gente no sepa que eso ha sucedido"; añadía, abriendo así un nuevo melón sobre la información del exterior que supuestamente han pasado los familiares durante su visita a los participantes.

Kiko Matamoros ponía el que considera un claro ejemplo de esto último: "Pero luego hay cosas que cantan, como Miri, que cuando se ha ido su padre se ha puesto a hablar con un coco y a hacerse la víctima, cuando no estaba en esa posición dentro de la isla antes de que viniera papá a visitarla. Todas esas cosas que son tan evidentes, creo, para el espectador medio son un poco fraudulentas y un poco sorprendentes", aseveró con la vehemencia que le caracteriza antes de que la presentadora cambiase de asunto para poner el foco en cuestiones más personales y menos peliagudas al hablar del trabajo de otras productoras.