Las cosas con sentido - Grupo Milenio
Cultura

Las cosas con sentido

Cuenta la historia que andaba Sócrates de window shopping, así nomás viendo lugares con diversas mercancías a la venta, cuando alguien le preguntó: “¿Qué haces Sócrates?”. Y aquél respondió algo así como: “Pues acá nomás, viendo todo lo que no necesito para ser feliz”. Imagínense a Sócrates en un centro comercial de los de hoy en día… todo lo que no necesitamos para ser felices y sin embargo, se vende y se compra.

¿Qué pasaría si algún día decidiéramos dejar de comprar todo lo que no necesitamos? Claro, antes tendríamos que hacer una pausa para pensar qué es en verdad lo que necesitamos y si en verdad lo necesitamos.

Traigo esto a colación porque estoy viviendo por unos meses en una aldea pequeña y llevo ya más de un mes viviendo con un par de pantalones y un par de blusas. Y ahora que lo pienso, me doy cuenta de que ese par de pantalones y ese par de blusas son iguales al otro par que dejé en México. Hay quienes me dicen que pongo poco empeño en mi arreglo personal, y me imagino que es verdad. Otras personas me dicen que es el colmo que no desee pasar ni un minuto frente al espejo haciendo algo para verme mejor y también es verdad.

Hay quienes son felices, o al menos creen serlo, usando ropa que vaya con la moda o arreglándose para verse mejor. Y eso está bien: yo no lo critico, porque lo que es bueno para mí, es bueno para mí y así lo quiero: relativo, no absoluto. Lo relativo es aquello que es lo que es, con base en una relación: para mí es bueno tener pantalones iguales y camisas más o menos iguales y no tener que elegir zapatos: usar diario los mismos tenis. Para mí, no para todas. Para mí es bueno arreglarme un par de veces al año para eventos especiales. Para mí es bueno jugar y bailar, leer y escribir, observar bichos, dormir a deshoras, ayudar en lo que puedo a los animales: para mí eso es bueno.

El bien y el mal lo son con relación a cada persona y mientras no se cause daño a nadie, cada quien es libre de hacer lo que quiera. Mientras no cause daño a nadie, no hace falta imponer un bien y un mal absoluto.

Lo que sí creo es que en la sociedad en que vivimos la dificultad estriba en saber qué es lo que queremos, qué es lo que en verdad necesitamos, qué es lo que deseamos hacer. Por eso, antes que nada, es preciso hacer un alto y pensar: ¿qué quiero hacer con lo que me queda de vida? Vale la pena atravesar el dolor de la vida, si es por algo que tiene sentido para mí. Porque la vida duele, de eso sí nadie se salva: vivir no es cosa fácil. Pero vale la pena ese dolor, si es que logramos momentos significativos que den sentido al hecho de existir.

Esos momentos lo son para cada persona, no son iguales para todas. Colgar la ropa al sol es un pesar para muchos: para mí es un placer, quizá porque en mi ciudad (CdMx), nunca puedo hacerlo porque el aire es tan sucio que no tiene sentido. Para mí no es bueno vivir en CdMx pero ahí sí me jodo: las relaciones materiales reales imponen su peso y ahí está mi trabajo, no me queda de otra. Pero aún con esa limitante, puedo determinar en el día a día, muchos síes y muchos noes que dan o quitan calidad a mi vida. Todo está en saber qué vida se quiere vivir: de ahí se deriva lo que necesitamos y lo que no necesitamos para ser felices.

Dichoso Sócrates.


Google news logo
Síguenos en
Paulina Rivero Weber
  • Paulina Rivero Weber
  • paulinagrw@yahoo.com
  • Es licenciada, maestra y doctora en Filosofía por la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM. Sus líneas de investigación se centran en temas de Ética y Bioética, en particular en los pensamientos de los griegos antiguos, así como de Spinoza, Nietzsche, Heidegger.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.
Queda prohibida la reproducción total o parcial del contenido de esta página, mismo que es propiedad de MILENIO DIARIO, S.A. DE C.V.; su reproducción no autorizada constituye una infracción y un delito de conformidad con las leyes aplicables.