Kate Middleton está de vuelta, si es que en algún momento desapareció del foco mediático desde aquel día en el que anunció que padecía cáncer tras varias semanas de especulación sobre su estado de salud. Esta enfermedad provocó el aplazamiento de todos sus planes hasta nuevo aviso, pero su poder y relevancia es tan fuerte, que no parece que haya desaparecido de la vida pública.

La princesa de Gales protagoniza la nueva exposición de la King’s Gallery, en el Palacio de Buckingham, que se inaugurará el lunes 20 de mayo.

Esta muestra recopila numerosas imágenes que no se habían visto antes, son inéditas de la familia Windsor, algunas protocolarias, otras más familiares, pero todas con el interés que suscita la familia real más relevante de todo el mundo.

 

 En este contexto, todo el mundo se ha centrado en sus imágenes, muchas de ellas ya conocidas, pero expuestas en lugares donde no es tan fácil verlas, como la National Gallery, de la que es patrona. Es una foto en color sepia, vestida con un vaporoso vestido de Alexander McQueen, diseñador británico que se quitó la vida, y de perfil con un gesto pensativo.

Estas imágenes que pronto serán expuestas tienen anécdotas y detalles sutiles que hablan del trasfondo de historias vividas por ella y por otros miembros de la familia, como su propio marido. La exposición alberga una foto de su boda, que fue hace ya trece años, rodeados de pajes a los que dieron gominolas para que estuvieran quietas a la hora de hacer la foto.

A pesar de todo el protagonismo de la duquesa de Cambridge, hay imágenes de otros miembros de la familia como fotos realmente curiosas, nunca mejor dicho, como Isabel II, la princesa Margarita, la princesa Alexandra y la duquesa de Kent con sus respectivos bebés en brazos. La instantánea se tomó como regalo para el médico que atendió a los niños y es totalmente inédita, ya que nunca se había mostrado en público hasta esta exposición.

Otras imágenes que nadie esperaba son las del príncipe Carlos y sus hermanos celebrando el octavo cumpleaños del primogénito, o del rey Jorge VI, padre de la difunta reina Isabel para quien ande aún perdido, sentado en un escritorio en el Royal Lodge del Castillo de Windsor, rodeado de toda su familia.

Hay también varios posados que no se han visto de la última reina de Inglaterra, como por ejemplo fotos de su juventud y momentos de complicidad con su hermana Margarita. De esta, que falleció veinte años antes que la monarca, también se han expuesto numerosos retratos que nunca antes habían salido a la luz para disfrute de los amantes del arte y de los acérrimos seguidores de la casa real británica.

El retrato de Carlos III y la mariposa

El pasado martes 14 de mayo, el rey Carlos III desveló su primer retrato oficial desde que asumió el trono. Una enorme obra pictórica cuyo autor es el artista Jonathan Yeo, que no dejó indiferente ni al monarca ni a ninguno de los presentes en el momento de revelar la propia pintura.

Un retrato que muestra al monarca en una imagen vívida ataviado con el uniforme rojo brillante de la Guardia Galesa sobre un fondo de tonos rojos similares. El soberano aparece con las manos entrelazadas sobre la empuñadora de su espada, y una mariposa revoloteando sobre su hombro derecho. Se trata de la pintura más grande que el artista ha realizado hasta la fecha.

Ha sido precisamente esa pequeña mariposa uno de los elementos que más ha llamado la atención de todo el conjunto pictórico. El propio Yeo quiso explicar que había añadido al insecto en la obra, que parece casual, pero realmente está lleno de significado.

“Cuando comencé este proyecto, Su Majestad el Rey todavía era Su Alteza Real el Príncipe de Gales y, al igual que la mariposa que pinté flotando sobre su hombro, este retrato ha evolucionado a medida que se ha transformado el papel del sujeto en nuestra vida pública”.

El artista destaca con este elemento la evolución y transformación del rey y su papel dentro de la familia real. “En la historia del arte, la mariposa simboliza la metamorfosis y el renacimiento”, explicó Yeo en declaraciones a la BBC.

La inclusión de este insecto no fue solo idea del artista, pues el monarca participó muy activamente en el proyecto. Como fiel defensor del medio ambiente, Yeo revela que el soberano británico estaba decidido a que se contara una historia a través de este retrato.

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