David Betancourt: "Renuncio a reemplazar a García Márquez"

David Betancourt: «Renuncio a reemplazar a García Márquez»

Lee el discurso de David Betancourt al recibir el Premio Latinoamericano de Novela Sergio Galindo por "Los hijuetantas", en la inauguración de la Feria Internacional del Libro Universitario.

Escribe David Betancourt

El 17 de abril de 2014 murió Gabriel García Márquez. Cinco meses después estaba yo en México listo para reemplazarlo. Un compromiso muy grande. Ganas de reemplazarlo tenía. Ganas de reconocimiento tenía. Ego tenía. El problema era que no tenía ni idea de cómo se reemplaza a alguien. Es que una cosa es decir listo, hágale, yo voy a reemplazar a García Márquez, bien, normal, bacano, y otra muy distinta reemplazarlo, porque yo voy y lo reemplazo de una con todo gusto, pero ¿cómo? ¿Qué hay que hacer para reemplazarlo? ¿A dónde va uno? ¿Con quién hay que hablar? ¿Se necesita algún permiso especial? En fin.

Lo más cerca que estuve de reemplazar a García Márquez durante los diez años que viví en México se resume en estos dos eventos: Primer evento: no creo en los premios literarios, desconfío de todos, menos de los que gano. Las veces que he ganado el jurado no ha fallado. O, mejor, ha fallado bien. Y, como es el caso de este premio que acabo de ganar, le reconozco sin problemas su buen gusto y criterio literarios. El premio que me abrió el camino al reemplazo fue uno organizado por el IMACP, en Puebla, donde solo participé yo. Entregué el cuento el último día, faltando como una hora para el cierre. ¿Solo yo, en serio? Sí, joven, solo usted, me dijo la muchacha que me recibió el sobre. Si supieran ustedes lo que padecí al frente del IMACP, escondido detrás de un carro, haciendo fuerza para que no llegara alguien con un sobre. No llegó. Qué premio tan sufrido me gané.

David Betancourt recibiendo el Premio Latinoamericano de Novela Sergio Galindo.

El segundo evento fue la gira literaria por México en el 2019 para lanzar un libro de cuentos mío publicado por la Editorial Universidad Veracruzana. En un salón de un coliseo acá en Xalapa (donde llegaron como quince personas), y en un salón en otro coliseo de la Universidad Autónoma de Hidalgo en Pachuca (donde no llegó nadie, ni el presentador, pero ahí estaba mi esposa para llevar arreado a un grupo de estudiantes con profesora incluida y presentar mi libro, tratándome como una eminencia desconocida). Esa gira fue, aparte de la publicación del libro en la Editorial UV y de uno de mis cuentos en la revista La palabra y el hombre, sin duda, mi más grande logro literario en México. Sin contar la vez que acá mismo, en Xalapa, ese 2019, un muchacho me pidió, muy emocionado, que le firmara un libro de Pablo Montoya, confundiéndome, no sé cómo, con el autor.

Mientras iba reemplazando a García Márquez me casé por lo civil para que me dieran residencia y salud en México y no se fuera a truncar el reemplazo, estudié una maestría en la Ibero Puebla, un doctorado en la BUAP, aprendí a usar el verbo chingar, a enchilar hasta la leche, y escribí Los hijuetantas, la novela que hoy premian, que cuenta la historia de unos colombianos que llegan a México a corromper mexicanos (Juan Villoro decía que los mexicanos son colombianos en cámara lenta), pero terminan los colombianos, en algún momento, corrompidos por los mexicanos.

En los diez años que estuve en mi misión de reemplazar a García Márquez aprendí a querer a México como si fuera mi país. En Colombia de pronto me llega el síndrome de abstinencia de tacos, mole, pozole, birria, horchata y sobre todo de mezcal. México me dio y me sigue dando. Amigos. Gente querida. Una chihuahua (Frida) y dos gatos (Caritablanca y Caritanegra) que hoy viven con nosotros en Colombia. Becas. Viajes. Maestría. Doctorado. A mi esposa posdoctorados. Seis libros de cuentos escritos acá. Mil pesos del cuento del concurrido premio del IMACP. Esta novela, Los hijuetantas. Mi primer libro publicado en México, en la Editorial Universidad Veracruzana, como ya dije, editorial que ha tenido una relación fuerte y cercana con los escritores colombianos: fue la primera en publicar un libro de García Márquez en México (en 1962, Los funerales de la mamá grande, con el apoyo de Sergio Galindo), publicó a Mutis, a otros colombianos ganadores de este premio. La UV, además, le dio Doctorado Honoris Causa al escritor Pablo Montoya. Hay que agradecerle a la universidad y a la editorial eso, y sobre todo, sobre todo, aparte de los libros que le ha publicado, la paciencia de soportar durante cuarenta y cinco años al escritor, youtuber, influencer, nadador, modelo de ropa interior, socio fundador del club de ególatras, frenáptero rey del universo, Marco Tulio Aguilera Garramuño. Ese aguante es invaluable. Los felicito y los compadezco.

En cuanto al reemplazo de García Márquez, a ver, qué dijera. Lamento informarles que justo cuando estaba a punto de lograrlo, aunque ya desde Colombia, gracias a la importancia del Premio Latinoamericano de Primera Novela Sergio Galindo que acabo de ganar, más la gira Xalapa-Pachuca, más el premio del IMACP, más haber sido por un ratico Pablo Montoya, diez años después de muerto García Márquez sigue escribiendo, y muy bien, y vuelve a ser el centro de la atención literaria en Colombia, en México, en el mundo, y así, definitivamente, es muy difícil competir. Que lo reemplace otro. Yo renuncio.

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