Es una declaración de guerra contra el Papa actual, los posteriores a Pio XII y a la Iglesia Católica en su conjunto. El escrito que anuncia el cisma lo firma la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad en nombre de las 16 monjas que integran la Orden de Hermanas Pobres de Santa Clara, con presencia en Belorado (Burgos) y Orduña (Alava). “A partir de hoy, día de Nuestra Señora de Fátima del año 2024 nuestra comunidad (Belorado y Orduña) saliendo de la Iglesia Conciliar a la que pertenecía, pasa a formar parte de la Iglesia Católica bajo la tutela y jurisdicción de su Ilustrísima Reverendísima Dr. Don Pablo de Rojas Sánchez-Franco, Obispo legítimo de la Santa Iglesia Católica”, aseguran en un largo manifiesto de 70 páginas que ha movido los cimientos de la Iglesia vasca y burgalesa.  

De este modo, las monjas pasarían a abandonar la obediencia de la Iglesia Católica para ponerse bajo la tutela de Rojas Sánchez-Franco, quien fue excomulgado en julio de 2019 por el entonces obispo de Bilbao, Mario Iceta. Precisamente esta tarde un enviado de Rojas oficiará un acto religioso en el Monasterio de Belorado de las Monjas clarisas. El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ya le ha advertido de la gravedad canónica a la que se enfrenta y ha llamado a los fieles a abstenerse a participar en ningún acto litúrgico que se lleve a cabo en el Monasterio de Santa Clara de Belorado o en el Monasterio que se encuentra en Orduña.  

Las religiosas detallan a lo largo de su manifiesto su malestar con la Iglesia, con la “cátedra de Pedro” a la que acusan de haber llenado de “contradicciones, leguajes dobles y confusos, ambigüedades, lagunas de doctrina” estos tiempos de “tempestad”: “Este ocaso doctrinal y oral lejos de amainarse se ha embravecido hasta extremos inimaginables en los últimos meses”, aseguran. Afirman que todos los papas posteriores a Pío XII, el "último Sumo pontífice válido", son unos "herejes usurpadores". Añaden que el Concilio Vaticano II acabó "robando la fe a miles de millones de creyentes" y que los actuales catecismo y el derecho canónico son "heréticos, anticanónicos, ilícitos e inválidos". Por todo ello, se reafirman en su obediencia a Pablo Rojas Sánchez-Franco.

Rojas Sánchez es uno de los fundadores de la 'orden religiosa' autodenominada Pía Unión de Santiago Apóstol que se presenta como "una suerte de Milicia Guerrera predestinada a sobresalir sobre todo lo existente". Según asegura la propia institución, fue fundada el 22 de febrero de 2005 por Rojas con el fin de "rendir a Dios la gloria que le es debida por medio de la celebración del Santo Sacrificio de la Misa Católica de rito Romano Latino, y la fidelidad al infalible Magisterio de la Iglesia Católica, en este período de desorientación, como un medio para perseverar en la absoluta adhesión al depósito de la Fe revelada por Dios y propuesta por el Magisterio hasta el 9 de octubre de 1958, fecha en que perece el último Papa, S. S. Pío XII, hasta el momento".

Las religiosas anuncian que abandonan la Iglesias “conciliar” debido a lo que consideran una “persecución” que sufren y los “palos en las ruedas” que se les están poniendo a su comunidad para la venta de un convento en Derio y para lo que no se les habría concedido “licencia" y que también se les habría impedido por parte de la Iglesia “cumplir con los pagos” del monasterio de Orduña y se les habría obligado a rescindir el contrato de compra-venta “sin previo aviso” después de tres años. Ante esta situación, el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria han exhortado a todos los fieles a que se abstengan de participar en ningún acto litúrgico realizado en el Monasterio de Santa Clara de Belorado ni en el Monasterio de Santa Clara de Orduña.

"Contentas y agradecidas"

Desde el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria se detalla que las religiosas "han estado asistidas diariamente por sus capellanes y que las monjas manifestaban sentirse contentas y agradecidas". Según han explicado en rueda de prensa, todo comenzaba con la intención de las Clarisas de Belorado de comprar el monasterio de Orduña, de la diócesis de Vitoria, que se encontraba suprimido canónicamente y vacío y "es propiedad de las clarisas de Vitoria". La compra se firmó en octubre de 2020, por un importe de 1,2 millones de euros y una demora de dos años. En dicho acto de compra-venta se aportan 100.000 euros y se comprometen a realizar pagos semestrales de 75.000 euros.

El primer pago debía realizarse el 1 de noviembre de 2022, pero nunca se ha hecho ningún pago. A principios de marzo de 2024, la madre abadesa sor Isabel de la Trinidad, habría manifestado tener un benefactor que comprará y pondrá a nombre del propio benefactor el Monasterio, llegarán a un acuerdo de uso y lo revenderán a la comunidad de Belorado cuando obtengan el importe procedente de la venta del Monasterio de Derio. En el comunicado, se indica que el nombre de benefactor no se dio a conocer, se mantiene "un mutismo absoluto, y a fecha de hoy no se conoce, y hay temor que sea ajeno a la Iglesia Católica".

Asimismo, explican que el 7 de mayo, la comunidad de Belorado es convocada por la comunidad de clarisas de Vitoria ante un notario para rescindir el contrato de compra-venta a instancias de esta última comunidad. En la notaría, la citada madre abadesa, acompañada por otras dos religiosas, entrega un pliego reclamando 1.600.000 euros como pago por el importe de las obras realizadas por su comunidad en el Monasterio de Orduña y un 30% por daños y perjuicios. Al no aceptar Sor Isabel la rescisión del contrato lleva el asunto a instancias judiciales.

Críticas "injustas"

Desde el Arzobispado de Burgos y el Obispado de Vitoria se manifiesta que, a día de hoy, no se ha recibido documento alguno, ni en Burgos, ni en los obispados de Vitoria o Bilbao y rechazan las acusaciones "injusta e indiscriminada" de "silencio y aquiescencia de los pastores", como se reflejaba en el documento remitido por las clarisas así como las acusaciones, en términos similares, a la "Cátedra de Pedro" sobre "contradicciones, lenguajes dobles y confusos, ambigüedad y lagunas de doctrina".

Ante el anuncio de estas clarisas de abandonar desde hoy, 13 de mayo, la Iglesia Católica, "situándose bajo la tutela y jurisdicción del Sr. D. Pablo de Rojas Sánchez-Franco, excomulgado en julio de 2019", el arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha advertido de la "gravedad" del acto y de la pena canónica en que incurren, y pone en conocimiento de este asunto a la Santa Sede, al Nuncio Apostólico, al presidente de la Conferencia Episcopal, al presidente de la Comisión de Vida Consagrada de la Conferencia Episcopal y a los obispos de Vitoria y de Bilbao. Además, añade que se procederá según las indicaciones de la Santa Sede.