Yolanda Díaz suma en Cataluña su tercera caída, pero sus votos son imprescindibles para Illa

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Los comunes resisten razonablemente en Cataluña, pero Yolanda Díaz cuenta sus comparecencias electorales por derrotas desde el 23-J. O, al menos, caídas respecto al anterior ciclo electoral. La coalición que dirige la vicepresidenta segunda del Gobierno ha logrado con su marca catalana un resultado mejor que en Galicia y País Vasco, pero tampoco logra mejorar a Podemos. La formación que encabeza Jéssica Albiach se ha dejado dos escaños respecto a 2021, pero sus votos serían necesarios para una mayoría progresista, que al 95,7% escrutado está en los 68 escaños que marcan la mayoría absoluta en el Parlament.

Fueron los comunes los que forzaron el adelanto electoral de este 12 de mayo. Pere Aragonès, el gran perdedor de la jornada tras dejarse una docena de escaños, decidió colocar las urnas después de ver caer sus presupuestos por el rechazo del partido de Ada Colau. La marca catalana de Yolanda Díaz no quiso apoyar las cuentas pactadas por ERC y el PSC por su rechazo al proyecto Hard Rock, un macrocasino que no encaja con los principios de la formación izquierdista. La jugada ha tenido un resultado ambivalente para la enseña catalana de Sumar, ya que se han dejado un par de escaños, pero pueden facilitar un Govern que concuerde con el Ejecutivo de Pedro Sánchez en Moncloa.

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A pesar de que los números permiten a Díaz salvar los muebles, el resultado tendrá consecuencias en Madrid. Las tres derrotas encadenadas de Yolanda Díaz tienen efecto en el equilibrio de fuerzas del Gobierno. En el PSOE la preocupación por la atonía de Díaz no ha hecho más que acrecentarse. Los socialistas son conscientes de que su continuidad en el poder depende de tener un aliado fuerte a su izquierda. La tercera caída de la política gallega hace sonar las alarmas en la formación magenta, que tendrá que intentar marcar perfil ante los socialistas para intentar frenar la sangría. El movimiento de Ernest Urtasun con la eliminación del Premio Nacional de Tauromaquia, muy contestado por el PSOE, encaja en esta estrategia.

Las elecciones catalanas se presentaban como el tercer examen para Yolanda Díaz después del 23-J y se han convertido en un pequeño bálsamo antes de la prueba de fuego, que será en las europeas del próximo 9 de junio. Aunque con un sabor agridulce. Podemos decidió no presentarse para evitar una mayor fragmentación del espectro de la izquierda, como ocurrió en Galicia y Euskadi. En la tierra de Díaz, ambos se quedaron fuera del Parlamento de Santiago de Compostela tras el fracaso de Marta Lois y en el País Vasco, donde los morados fueron primera fuerza en las generales de 2015, Sumar salvó los muebles al lograr el escaño por Álava.

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El 9-J será distinto, ya que los comicios al Parlamento Europeo se juegan con España como circunscripción única, un sistema que abarata las posibiliades de lograr escaño. Y eso es, al mismo tiempo, una buena y una mala noticia para la coalición que encabeza Yolanda Díaz. Le será más fácil lograr resultados, pero también a sus antiguos socios de Podemos, que han puesto todas sus esperanzas en las europeas con Irene Montero como candidata. El divorcio con Podemos, a finales de 2023, fue la ruptura más sonora en el espacio a la izquierda del PSOE, pero las tensiones internas en la coalición son una constante.

La estrategia de Albiach para separarse del PSC de Salvador Illa le ha servido para resistir con cierta holgura, aunque los comunes se han convertido en un partido netamente barcelonés. Los seis escaños que han logrado este domingo corresponden a la provincia más poblada de Cataluña, que reparte 85 de los 135 escaños del Parlament. En 2021 lograron un diputado en Tarragona, mientras que en las provincias del interior no tienen representación desde 2015, en los mejores momentos del espacio morado. Entonces se presentaron bajo la marca Catalunya si que es pot y lograron un escaño por Gerona que luego nunca han recuperado.

Opinión

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El resultado de los comunes tiene consecuencias en las pugnas internas de Sumar, ya que ganan peso en medio de la batalla que mantienen los partidos que se aliaron el 23-J. La conformación de la lista de las elecciones europeas ha acrecentado los conflictos, igual que el desarrollo orgánico de la formación magenta. La política gallega renunció a la expansión territorial en Cataluña, donde los de Ada Colau están consolidados desde hace ya una década. Lo mismo le ocurrió en Valencia con Compromìs, en Madrid con Más Madrid y en Andalucía con IU, donde la federación de izquierdas tiene mayor presencia.

En esta lucha dentro de Sumar, los comunes ganan enteros después del dato de Albiach, un 5,8%, el cuarto mejor resultado del espacio a la izquierda del PSOE tras el logrado en Andalucía (7,68%), Navarra (6,08%) y Extremadura (5,98%). Solo en Madrid y en Valencia las marcas de Sumar tienen mejores datos, ya que Más Madrid y Compromìs lograron resultados de dos cifras.