Gonzalo Pin, pediatra experto en sueño e insomnio infantil: "Ponemos los horarios escolares contra natura"

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Gonzalo Pin, pediatra experto en sueño e insomnio infantil: "Ponemos los horarios escolares contra natura"

El médico, muy seguido en redes sociales, que coordina el grupo de cronobiología de la Asociación Española de Pediatría, participó en Zaragoza en la última charla de Asapme del ciclo de salud mental infantojuvenil.

Gonzalo Pin, pediatra y experto en sueño.
Gonzalo Pin, pediatra y experto en sueño.
Clineva

Gonzalo Pin conoce el engranaje que nos hace conciliar el sueño como si fuera un reloj de precisión. Este pediatra especialista en trastornos del sueño se ha convertido en un referente en este campo como coordinador del Grupo de Sueño y Cronobiología de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Forma parte del equipo de la Unidad del Sueño de Clineva en Valencia y es miembro de la Alianza por el sueño. A través de la cronobiología, explica cómo durante millones de años los seres humanos han aprendido a sincronizarse con el ambiente para estar activos o dormidos atendiendo a los cambios de la luz o las horas de comer. El descubrimiento de la electricidad y el más reciente uso y abuso de las pantallas han alterado este ciclo y aumentado los problemas de sueño.

Recientemente participó en la última jornada del III Ciclo de Salud Mental Infantojuvenil de Asampe, la Asociación Aragonesa Pro Salud Mental, en la que explicó que entre el 25% y el 40% de los niños y niñas experimentan dificultades para conciliar o mantener un sueño adecuado en algún momento de su infancia.

Es, además, autor de tres libros, varios capítulos en diferentes libros y más de 200 artículos publicados en revistas nacionales e internacionales. Su última obra, titulada 'El sueño es vida', fue publicada el año pasado.

¿Qué estamos haciendo mal para que hablemos de insomnio y trastornos del sueño en niños y adolescentes?

Somos una sociedad, especialmente la española, que tenemos una enorme pobreza de tiempo, que se considera que se da cuando una persona no tiene dos horas al día para dedicar a su autocuidado. Hay dos grupos con más pobreza de tiempo: los niños, por las jornadas escolares intensas y las extraescolares, y las mujeres, porque se han incorporado al trabajo, pero el hombre no ha entrado en igualdad de condiciones en el hogar. Esta sociedad de trabajo 7/24, siete días a la semana y de estar conectado 24 horas, es pobre en tiempo y cuando una sociedad es pobre en tiempo de donde quita es del sueño. El déficit de sueño es un problema de salud pública.

"Tenemos una enorme pobreza de tiempo, que se considera que se da cuando una persona no tiene dos horas al día para dedicar a su autocuidado"

​"El sueño en la infancia cumple la función fundamental de crear redes neuronales, de construcción del cuerpo, de la hormona del crecimiento y defensa del sistema inmunitario, entre otras"

¿Cuánto sueño estamos perdiendo?

En 10 años hemos perdido 27 minutos de sueño al día. Jamás había pasado en la historia de la Humanidad una pérdida de tiempo tan rápida. Nuestro organismo no está acostumbrado a esto. Somos mamíferos diurnos y estamos cambiando nuestro ritmo de sueño en un organismo en crecimiento como es el de los niños.

¿Qué aporta el descanso a los niños?

El sueño en la infancia cumple la función fundamental de crear redes neuronales, de construcción del cuerpo, de la hormona del crecimiento y  el sistema inmunitario, entre otras. En los niños, durante los primeros años más del 33% de su energía va a la formación del cerebro. La falta de sueño puede provocar a  corto plazo problemas de hiperactividad, déficit de atención, impulsividad, mala conducta… Un déficit crónico de sueño aumenta la tendencia al sobrepeso junto con un mal horario de alimentación y aumenta la tendencia a ser hipertenso cuando es adulto. El mal sueño deja huella a nivel cognitivo, conductual y metabólico.

¿Es diferente el sueño en la adolescencia?

A partir de los 8 años la secreción de melatonina y el inicio del sueño se va retrasando al mismo tiempo que aumentan las necesidades de sueño y la presión de sueño, que es la que aumenta la necesidad de sueño cuando estamos despiertos. En adolescentes ese aumento de la presión se produce de forma más lenta. Mientras los niños suelen ser 'alondras', con tendencia a madrugar, el adolescente es 'búho', con tendencia a echarse tarde y levantarse tarde. Necesita dormir nueve horas pero si cena tarde, se echa tarde y las clases del instituto empiezan a las 8.30, se va producienco un 'jet lag' escolar, un déficit crónico de sueño. En un estudio que hicimos en la Comunidad Valenciana, el 52% de los adolescentes iba a clase durmiendo menos de siete horas. Ponemos los horarios escolares contra natura, en contra de las necesidades del adolescente.

¿El uso de pantallas también por la noche puede estar entre las causas?

A un mamífero diurno como nosotros la luz por la noche le altera. Estamos viviendo un experimento sociológico. No sabemos a medio y largo qué consecuencias podrá tener el uso de pantallas. A corto plazo disminuye la calidad de sueño, por eso en una clase a primera hora los alumnos están en silencio pero, no porque estén atendiendo, sino porque están dormidos. Cuando el cuerpo duerme menos de lo que necesita  tiene un mecanismo de defensa para no dormirse que es cambiar de actividad de manera continua, se es más irritable, más primario, disminuye la capacidad de aprendizaje porque disminuye la de atención en un determinado objeto un tiempo. Cuando el ser humano está aprendiendo algo se produce un bloqueo que impide que otras cosas le distraigan, pero con déficit de sueño esa focalización es más difícil. Cualquier cosa que pasa alrededor le impide la concentación y afecta al rendimiento escolar.

"Que los horarios de la alimentación no sean tan tardíos ni especialmente irregulares. Con las jornadas escolares intensivas algunos adolescentes llegan a comer a casa a las 15.30 o 16.00"

"Cuando se habla de hábitos de vida saludable se suele hablar de cuidar la alimentación y hacer ejercicio, pero pocas veces ponemos los otros dos hábitos del ser humano importantes, el descanso y la afectividad. Estos son los cuatro hábitos que nos dan calidad de vida"

¿Qué hábitos de vida saludable debemos seguir para evitar esta falta de descanso?

En los niños, dormir más de 8 horas, menos de 2 horas de uso de la tecnología al día y más de 60 minutos de actividad física. Es muy importante que los alumnos estén al aire libre a determinadas horas del día para que su reloj biológico se vaya adaptando. Que los horarios de la alimentación no sean tan tardíos ni especialmente irregulares. Con las jornadas escolares intensivas algunos adolescentes llegan a comer a casa a las 15.30 o 16.00. 

Usted habla en sus conferencias también de la afectividad como un hábito que debemos cuidar para garantizar dulces sueños. ¿A qué se refiere?

Cuando se habla de hábitos de vida saludable se suele hablar de cuidar la alimentación y hacer ejercicio, pero pocas veces ponemos los otros dos hábitos del ser humano importantes, el descanso y la afectividad. Estos son los cuatro hábitos que nos dan calidad de vida. Si llego tarde a casa de trabajar, con complejo de culpabilidad por dejar a los hijos, no hay momentos de relajación. No hay momentos de afectividad y hay que reconstruir eso. Para cuidar a mis hijos tengo que cuidarme, pelear por mi pobreza de tiempo. Si no estoy bien es difícil que pueda cuidar. 

¿Y qué se puede hacer?

Apagar pantallas en la cena, hablar y comentar cosas, lo que ha hecho la Humanidad alrededor de la fogata durante millones de años. Todo eso ayuda a abrir la puerta del sueño. Usamos la tecnología para estar conectados, estamos juntos, pero no unidos y eso no es bueno, no para el sueño sino para el desarrollo de los niños. Se mejora con conocimiento y un poco de respeto al tiempo nuestro y de los demás. Si como bien, hago actividad física y duermo cuando tengo que dormir, mi calidad de vida será mejor. Solo nos acordamos del sueño cuando tenemos un problema, pero para evitarlo tenemos que cuidarlo desde la infancia. Los adultos somos los que deberíamos respetar esto.

Los adultos suelen recurrir más a las pastillas para dormir...

La pastilla puede ser parte del tratamiento, pero no la primera opción. Antes se puede probar con meditación, yoga, etc. El fármaco se puede tomar de manera temporal. Es triste que España seamos uno de los primeros consumidores benzodiacepinas o ansiolíticos.

 

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