MADRID
Cultura

Amenaza de desahucio para La Castafiore tras 30 a�os con la �pera a mesa puesta: "No sabemos c�mo, pero queremos seguir"

Restaurante-l�rico �nico, pelea desde hace un a�o contra la orden de desalojo, cuando acaba de ser reconocido como uno de los 50 locales m�s castizos de Madrid

Una actuaci�n en la cena homenaje a La Castafiore.
Una actuaci�n en la cena homenaje a La Castafiore.JAVIER BARBANCHO
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Esperan un milagro y los milagros a�n suceden: en cuanto sopranos, tenores y bar�tonos, camuflados entre camareros, hinchan sus pechos para cantar, todo comensal se detiene y los cubiertos se sueltan con el mimo de los devotos, para arrebatarse con La donna � mobile, un Libiamo ne'lieti calici, Madrid o un Nessum Dorma. A unos cent�metros de sus platos, con la compa��a del piano, en La Castafiore se llega al pasmo cuando se suma a la liturgia alguno entre el p�blico, muchos a la altura de los profesionales de la l�rica y la zarzuela que calentaban aqu� sus voces y luego han pisado la Royal Opera, La Scala o el Metropolitan.

La Castafiore, templo de peregrinaje para el turista que escarba m�s all� del tipismo y con una parroquia a�eja y sabia, presta a congregar nuevos fieles de toda estirpe, es un local �nico, un emblema, y pionero en Europa, desde su estreno en 1994, cuando incluso las televisiones de Estados Unidos, Alemania o Brasil acud�an al encanto. �Pensamos que �bamos a durar tres meses y...�. La Castafiore cumple 30 a�os de singularidad en Madrid. Pero su continuidad est� en riesgo. Se llama desahucio.

-Imag�nate lo que pasamos en el Covid, con los cantantes, estuvimos m�s tiempo cerrados que el resto. En plena crisis -deb�amos varios meses de alquiler-, el propietario nos dijo: '�Quer�is seguir? Porque me han hecho una oferta por el edificio, pero no la quiero coger. Si segu�s vosotros, yo no vendo'-, rememora Paca Fern�ndez, copropietaria con su marido, Francisco de Borja de Soto, del negocio en la calle Marqu�s de Monasterio.

-'Nos quedamos, queremos estar muchos a�os m�s', dijimos. Y �l acept�-, precisa Borja, sobre aquel acuerdo �verbal� en 2021, fruto de �la buena relaci�n que hubo siempre�. La finca es todav�a propiedad de una sociedad con sede en Pamplona, casera de este inmueble de cuatro plantas que, seg�n detalla la nota del registro de la propiedad, incluye �otro edificio destinado a caballerizas de s�lo planta baja�, con �entrada por Marqu�s de Monasterio, n�mero 5 moderno, midiendo 317 metros�. La Castafiore.

-Renovamos cr�ditos, pedimos los ICOS, hicimos alguna obra y... en mayo de 2023, un notario llega con una orden de desahucio. Ve�amos irse a vecinos y habl�bamos con ellos, porque son amigos. Pero a nosotros nadie nos dec�a nada. 'Suponemos que respetar�n este local con tanta historia', pensamos. Hasta que surgi� el bombazo. Que nos tenemos que ir.

-Al parecer, alguna multinacional extranjera les hizo cambiar de opini�n. Debi� de ser una oferta suculenta... Se dice en la zona que son unos mexicanos, que van a hacer un hotel, cogiendo tambi�n B�rbara de Braganza. Estamos en pleitos judiciales.

-Es un v�rtigo el que tenemos... Por d�nde salimos. Y con todos los que trabajan aqu�- lamenta Paca. Quince familias, y un problema vigente.

Paca Fern�ndez, copropietaria de La Castafiore.
Paca Fern�ndez, copropietaria de La Castafiore.JAVIER BARBANCHO

Son una v�ctima m�s de la deriva inmobiliaria que asola Madrid, sobre todo en el centro, y que esta vez apunta a un lugar de los que dotan a la capital de identidad, frente a la creciente homogeneizaci�n que tambi�n sufren otras ciudades europeas.

En su alineaci�n -no hay dos noches iguales en 30 a�os, pues el repertorio se adapta a los cantantes, cambiantes seg�n tengan citas en los teatros-, han tenido a Tatiana Melnichenko, Konstantin Andreiev o Israel Lozano, que el d�a que GRAN MADRID visita La Castafiore, no dejar� de llamar desde Washington para sumarse a una cena de homenaje y de resistencia. Merecen seguir.

De estas mesas se elevaron alguna vez (o bastantes) ilustres como Teresa Berganza, Sergio de Salas, Pedro Lavirgen, Esteban Garc�a Leoz... para redondear la velada. Fueron habituales Alfredo Kraus, Pl�cido Domingo, el Rey -presidi� dos cenas ben�ficas, que tambi�n ese flanco trabajaron-, Esperanza Aguirre, Od�n Elorza, Paco Ortiz, Jos� Mar�a Cano... Han acompa�ado miles de celebraciones como cicerones privilegiados, como una reciente por los 100 a�os de la madre de los hermanos Fesser. Cenas de aniversario, de petici�n de mano... o de feliz divorcio. Todo. �Cada noche es especial. Todos los d�as hay alg�n momento de emoci�n, que se te saltan las l�grimas, cuando ves a un pareja que lleva 70 a�os juntos y ha venido a celebrarlo�.

Otra muestra, con voz de Carlos Vives. �Vino cuando era el cumplea�os de mi marido y yo estaba dici�ndole a los cantantes: 'Cantadle a Borja'. Y me escuch� Carlos Vives y me dice: '�Te importa que le cante yo?'. Y le cant�. Luego nos dijo que en una entrevista en Nueva York nos puso como ejemplo de cultura en Madrid�, cuenta Paca. Un halago que tambi�n acaba de llegar, en menuda hora, de las instituciones: declarado por la Comunidad de Madrid como uno de los 50 locales m�s castizos de la regi�n.

Justo cuando este diario regresa, d�as despu�s de aquella cena, para entrevistarles, llega el correo pidiendo datos concretos para la placa identificativa que colgar� de una fachada... En riesgo de desahucio.

Habr�a que grabar a fuego esos 30 a�os, que son tres sedes: primero, en la zona del Bernab�u, apenas un calentamiento; luego, en Barquillo siete a�os y, desde 2003, unas calles m�s all� hacia Recoletos, dentro de los l�mites del barrio de Justicia. �No ten�amos ni idea de cantar, pero nos apasiona la m�sica a los dos�. As� se lanzaron, ella con cierto criterio gastron�mico, viniendo de Jos� Luis. Y encontraron la estabilidad en un local donde Alberto Portillo tuvo el estudio de coreograf�a de TVE. Cuanto entraron, encontraron vestidos de Concha Piquer o de Celia G�mez, tambi�n recuerdos del ballet de V�ctor Ullate, otro inquilino de un espacio �con un sabor espectacular�, karma del arte. No sab�an cantar, pero: �Sabemos qui�n canta bien y qui�n no�.

El p�blico experto o cantantes retirados tambi�n se animan.
El p�blico experto o cantantes retirados tambi�n se animan.JAVIER BARBANCHO

Y sumaron a Quique Bustos El Jeringas, uno de los bar�tonos en esa cena reciente de jubiloso homenaje, que subi� al proyecto a �otros seis buen�simos y jovencitos�. No pasa nadie por aqu� sin estaci�n previa en la Escuela Superior de Canto y sin el examen de Carlos Guttenberger, director art�stico de La Castafiore y tercera pata sagrada del proyecto, que completar�a la cocinera, Chama.

�Hemos o�do que en Par�s o Londres, los sitios emblem�ticos de m�s de 20 a�os no dejan tocarlos�. Tray�ndolo a casa: �por qu� no gozar de un blindaje como el de los tablaos?

Hoy, la batalla es en la Audiencia Provincial, donde depositan puntualmente la mensualidad. �Estamos al d�a�. Si mal acabase, descartan el cierre. �Antes de morir, lo intentaremos en otro sitio. No queremos cerrar, eso est� clar�simo. No queremos que La Castafiore desaparezca�. Porque sobre todas las cosas, est� en juego una forma de felicidad, imborrable.

�Lo peor que nos ha pasado es un hombre que nos llam� una noche para decir que se estaba muriendo de Covid, con 50 a�os, y quer�a darnos las gracias por la calidad humana que hab�a sentido en La Castafiore�. Paca no durmi� entre l�grimas y devolvi� la llamada por la ma�ana. Hab�a muerto. Por eso y por tanto: �Queremos seguir, no sabemos c�mo, pero queremos seguir�, dicen. �Porque nos hemos convertido en una referencia tur�stica y cultural...�, resume Borja, en unos puntos suspensivos que remata Paca: �Y de alegr�a, y de alegr�a�.