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MICRÓFONOS DESDE LA CÁRCEL

Tamborín y Tony Pecas, 2 payasos presos tras ser acusados de intentar secuestrar a una niña

Por acusaciones sin sustento, llevan 5 años en la cárcel y Saskia Niño de Rivera expone el caso

Tamborín y Tony Pecas, 2 payasos presos tras ser acusados de intentar secuestrar a una niña

(Foto: Especial)

Historias 13/05/2024 08:00 Redacción Actualizada 08:00
 

Han pasado seis años desde que “Tamborín” y “Tony Pecas” se convirtieron ante la justicia del Estado de México en delincuentes.

Gerardo y Ulises, payasitos de tiempo completo, fueron contratados para hacer un show de adultos cerca de Pantitlán, en Neza, el miércoles 19 de mayo de 2019. 

Pero al llegar a las calles de la colonia Las Palmas se encontraron ante una persecución inimaginable en la que ellos eran los delincuentes, señalados por los vecinos como responsables de intentar robar a una niña de 7 años. 

Por esas acusaciones sin sustento llevan cinco años presos. 

Según el reporte de las autoridades, madres de la colonia indicaron que los payasitos estaban regalando dulces a los niños para que se les acercaran. Una supuesta víctima cayó en la trampa, por lo que estuvo a punto de ser secuestrada, pero “gracias a la intervención de elementos policiacos logró ser salvada”.

Sin otras pruebas más que los dichos de los “afectados”, y sin dinero para pagar una buena defensa, ambos payasitos son parte de la población privada de su libertad en el Penal Neza-Bordo.

Están a punto de cumplir cinco años de los 13 a los que fueron sentenciaron, su versión se mantiene firme: ellos deberían estar trabajando, disfrutando de su familia porque son inocentes, víctimas de una de esas circunstancias que existen por las injusticias de un sistema judicial corrompido de principio a fin.

“A mí me costó 15 años ser payaso, hacerme de un nombre, emprender, 15 años en los que me hice payaso de fiesta, pero tenía que salir a la calle, porque en la calle aprendes mucho, aprendes a improvisar, a tratar a la gente”, cuenta con resignación Gerardo a Saskia Niño de Rivera en el nuevo episodio de Penitencia. 

“En la calle, la gente va de malas, va estresada, y tú te subes al micro y los haces reír, entonces es donde vas aprendiendo a ser un buen payaso… cuando nos meten en este problema, me dolió mucho, porque alguien decidió acusarnos por algo que nunca hicimos, porque mi vida era trabajar bien, derecho”, cuenta.

La acusación de privación ilegal de la libertad por la que están tras las rejas cercenó el desarrollo de la empresa de Gerardo, encargada de armar fiestas infantiles de principio a fin. Es lo que duele más: como empleado fue liquidado por enfermedad cuando tenía 19 años, pero él debía llevar dinero a su casa, a su nueva casa, porque recién se había “juntado” con su mujer.

“No podía tirarme en la cama enfermo. Tenía que ganar dinero y empecé a convertirme en payasito que se subía a los micros a hacer reír a la gente y ganar unas monedas”, cuenta Gerardo. 

“Me compré mi primer traje y me di cuenta que sí daba para comer, entonces pensé ‘tengo que invertir más, la gente me va a pagar bien si me visto bien”.

Y en efecto. Las contrataciones no pararon. Tanto que tuvo que contratar a otros payasos, con o sin experiencia, para cubrir los contratos que seguían cayendo.

El paso natural del negocio era ofrecer otros productos: inflables, botargas, siempre trabajando con responsabilidad, sin deber nada a nadie, como le enseñó su padre.

—¿Cómo de venir de familias en las que les inculcaron valores, el trabajo, la lucha, el bienestar familiar, cómo acaban aquí?

—Es algo muy difícil de explicar. Cuando pasó esta situación me quejaba mucho con Dios, le preguntaba por qué nos pasaba esto, si nosotros sólo tratamos de hacer las cosas bien, de esforzarme, de trabajar, de ser honesto, y de hacer feliz a otras personas. Le decía a Dios: “tú sabes que yo no lo hice, que no lo hicimos”.

Como dice Ulises, tal vez estuvieron en el lugar equivocado, en el momento menos indicado, pero ¿por qué hay personas que mienten para que otros estén en la cárcel y sufran, sin ver a sus familias, sin estar con sus hijos en los momentos en los que más los necesitan? 

Ante las autoridades judiciales del Estado de México no hubo prueba presentada por Gerardo y Ulises que les valiera para demostrar su inocencia. 

Ni grabaciones de cámaras ni el contrato firmado con el que trabajarían esa noche.

Como miles de personas más, este par de payasos están presos por el capricho de quien ostenta la ley.

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