Mentiras, apuestas y una amistad rota: cómo un traductor robó 17 millones de dólares de la mayor estrella del béisbol en EE UU | Deportes | EL PAÍS
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Mentiras, apuestas y una amistad rota: cómo un traductor robó 17 millones de dólares de la mayor estrella del béisbol en EE UU

Ippei Mizuhara, el intérprete del astro de los Dodgers Shohei Ohtani, comparece por primera vez ante los tribunales por fraude bancario y evasión fiscal

Ippei Mizuhara
Ippei Mizuhara, el traductor de Shohei Ohtani, llega a los juzgados de Los Ángeles este martes.Mike Blake (REUTERS)

Fue durante años el intérprete, mejor amigo y confidente de Shohei Ohtani, la estrella japonesa del béisbol estadounidense, quien no habla inglés y es averso a los escándalos. Durante todo este tiempo, de acuerdo a los fiscales, Ippei Mizuhara robó unos 17 millones de dólares del jugador de Los Ángeles Dodgers para salir a flote ante unas onerosas deudas millonarias acumuladas por apuestas deportivas ilegales en otros deportes. Mizhuhara, nacido en Konai, Japón y criado en California, ha comparecido este martes por primera vez ante los tribunales, donde es acusado de fraude bancario y evasión fiscal. Ha decidido colaborar con la justicia para suavizar su sentencia.

Mizuhara acordó la semana pasada cooperar con las autoridades federales y declararse culpable. La mañana de este martes, el intérprete de 39 años compareció ante el juez. Se declaró no culpable, un requisito para que su caso avance y permita a la Fiscalía redactar el acuerdo judicial. De no haber pactado con los fiscales, Mizuhara se enfrentaba a una condena máxima de 33 años en prisión.

Los fiscales han calificado de “masivo” el fraude cometido por Mizuhara, quien transfirió ilegalmente el dinero de las cuentas bancarias de Ohtani sin que este lo supiera o le diera permiso. “Se benefició de una relación de confianza para sacar provecho del señor Ohtani y alimentar una peligrosa adicción a las apuestas”, aseguró la semana pasada Martin Estrada, uno de los fiscales del caso. Ohtani firmó en diciembre un contrato de diez años y 700 millones de dólares con el equipo angelino.

Los fiscales han desechado toda sombra de sospecha sobre Ohtani asegurando que no formó parte de la trama y que es la víctima del caso. El jugador, en Estados Unidos desde 2017, ha causado furor porque juega dos posiciones. Además de ser lanzador, es una potente máquina ofensiva. En la temporada actual está empatado con otros tres jugadores de la liga con 12 home runs. En abril llegó a los 175 home runs en la MLB, empatando al japonés que ostentaba el récord, Hideki Matsui.

Mizuhara, en cambio, creció en Diamond Bar, una ciudad al este de Los Ángeles. Se graduó de la Universidad de California en Riverside en 2007. En 2012 comenzó a traducir para deportistas japoneses en las grandes ligas. Su primer cliente fue el lanzador Hideki Okajima de los Yankees. Después se mudó a Japón para servir de intérprete a los angloparlantes de los Nippon-ham Fighters.

La relación de Mizuhara con Ohtani era más que estrecha. Su trabajo iba más allá de traducir al japonés todo lo que ocurría alrededor del astro, un personaje críptico que apenas ofrece conferencias de prensa y de quien se sabe poco de su vida personal. Mizuhara era el vínculo del deportista con sus agentes deportivos y sus asesores financieros, quienes no hablaban la lengua nipona. También era su chofer. Lo llevaba a reuniones con patrocinadores y actividades no relacionadas con el béisbol.

Shohei Ohtani
Mizuhara era el hombre más cercano a Ohtani. En la imagen, el traductor está sentado junto al pícher en el dugout de los Dodgers en una gira de pretempora por Seúl. JIJI PRESS (EFE)

Las tareas no se limitaban a la vida fuera del diamante. El intérprete fue empleado de los Angels, el primer equipo de Ohtani, entre 2017 y 2023, y después de los Dodgers de Los Ángeles. Era común verlo al lado del pícher en todo momento dentro del dugout, la banca. Su sueldo con los Angels era de 85.000 dólares, aproximadamente. En entrevistas, el traductor solía decir que veía a Shohei más que a su propia esposa, con quien se casó en 2018 y con quien vive en Tokio cuando no hay liga en Estados Unidos.

En marzo de 2018, Mizuhara acompañó a Ohtani a abrir la cuenta bancaria en la que recibiría su salario como deportista. Los fiscales afirman que en aquel banco de Phoenix (Arizona), Mizuhara escuchó del empleado bancario los códigos de acceso a la cuenta de la que sacaría el dinero.

Tres años más tarde, en 2021, Mizuhara comenzó a hacer apuestas en varios deportes, ninguno de ellos el béisbol (la liga lo prohíbe). Las realizó a través de Mathew Bowyer, un hombre que conoció ese mismo año en juego de póker en San Diego. El traductor ha admitido a las autoridades y a ESPN, el medio que dio a conocer el escándalo junto a Los Angeles Times, que no sabía que la red de Bowyer era ilegal, pues California no ha legalizado el juego deportivo a pesar de que 40 entidades lo han hecho. Para finales de 2022, las deudas de Mizuhara ascendían al millón de dólares. Unos meses después, la cuenta se disparó a los cuatro millones de dólares.

Las autoridades afirman que Mizuhara ganó en total y en varios años unos 142 millones de dólares con apuestas deportivas. Pero las pérdidas fueron muy superiores: alrededor de 183 millones de dólares, un quebranto neto de 41 millones de dólares. Cuando ganaba, el traductor depositaba el dinero en su cuenta personal, nunca en la de Ohtani.

El traductor aseguró a ESPN que, presionado por las deudas y temeroso por su seguridad, acudió a Ohtani para pedirle ayuda. Mizuhara afirma que el jugador, a quien considera “su hermano”, aceptó auxiliarlo, aunque se molestó mucho con él. De acuerdo con él, juntos hicieron varias transferencias bancarias de 500.000 dólares hasta cubrir 4,5 millones de dólares en octubre pasado. Cada una de estas fue etiquetada como un “préstamo” ante el banco.

Las autoridades tienen otra versión. De acuerdo a los fiscales, entre 2021 y marzo de este año, Mizuhara utilizó la contraseña de Ohtani para entrar a su cuenta bancaria, donde cambió la configuración de seguridad para hacer que las llamadas y correos electrónicos del banco fueran a él y no al jugador cada vez que se tuviera que reconocer una transferencia. De acuerdo a la Fiscalía, el intérprete se hizo pasar como el atleta al menos 24 veces ante el banco.

En septiembre pasado, Mizuhara pidió ayuda a Ohtani para pagar una deuda de 60.000 dólares de trabajo dental. El jugador acordó prestárselos y le hizo a su amigo un cheque por la cantidad desde otra cuenta bancaria. Cuando el traductor fue con su dentista, no obstante, le proporcionó el número de la tarjeta de débito que había abierto con el pícher en Arizona en 2018. Después depositó el cheque recibido por 60.000 dólares en su cuenta personal.

El acuerdo judicial requiere que Mizuhara pague el dinero que robó a su amigo, una cifra que asciende a los 17 millones de dólares. Además, el acusado deberá pagar al fisco un adeudo de un millón de dólares. En 2022 mintió a las autoridades tributarias afirmando que había ingresado 136.000 dólares, una cantidad que dejaba afuera cuatro millones que ese año recibió de forma ilícita robando a quien había sido su mejor amigo.

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Sobre la firma

Luis Pablo Beauregard
Es uno de los corresponsales de EL PAÍS en EE UU, donde cubre migración, cambio climático, cultura y política. Antes se desempeñó como redactor jefe del diario en la redacción de Ciudad de México, de donde es originario. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y el Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Los Ángeles, California.
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