Crítica: 'Immaculate', el nunsploitation que encumbra a Sydney Sweeney como nueva final girl eclesiástica
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Crítica: 'Immaculate', el nunsploitation que encumbra a Sydney Sweeney como nueva final girl eclesiástica

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Immaculate - Sydney Sweeney

Reconvertida en una final girl eclesiástica de armas tomar, Sydney Sweeney no desperdicia la oportunidad de probar su verdadero potencial, asumiendo el peso narrativo pleno de un film de género que destaca por encima de la media sin la necesidad de inventar la pólvora.

Al margen del actual y manido resurgir de la nunsploitation que, de forma episódica, continúa colmando las pantallas con títulos de más o menos fortuna, basta con tan solo recordar ciertos clásicos que suponen sin duda un antecedente seminal (nunca mejor dicho) para este descabellado y sanguinolento estreno. Y es que ya en el 68 Polanksi jugó como nadie con el fanatismo religioso y el terror invisible de la mano de la magistral La Semilla del Diablo, uniendo entre sí dos ideas que pusieron los pelos de punta a la audiencia del momento y que cinco décadas después continúan funcionando a las mil maravillas como bien nos demuestra aquí Michael Mohan.

No exenta de polémicas (a la irritación cristiana y anti-abortista nos remitimos), la llegada de Immaculate a nuestros cines se siente paradójicamente como un extenso y tortuoso parto, pues el proyecto llegó a estar dando tumbos durante diez años de productora en productora en busca de financiación. Finalmente sería la propia Sweeney quien se haría cargo de la misma, revelando así un destacado compromiso para con la cinta y que ahora, de la mano de un más que aceptable rol protagónico, se confirma en redondo.

Reducida hasta la fecha a papeles vagamente explotados o meramente sexualizados, la protagonista de la reciente Cualquiera menos tú (2023) demuestra ser consecuente con la ocasión y no duda en mostrarnos tablas y registros únicos en su vis interpretativa a través de Cecilia, una novicia estadounidense reclutada por el Padre Sal Tedeschi (Álvaro Morte), que tras tomar sus votos entrará a formar parte del séquito de hermanas de un espeluznante y rembrandtiano convento en Roma.

Con un pie en el cine de sustos más comercial y previsible y otro en el terror elevado más sórdido, Immaculate consigue atrapar y conducir al espectador con pericia, suministrando con ingenio sus respectivos giros de guion y logrando encajar todos los cabos sueltos con una resolución que no tarda en llegar ni se hace bola. Homenajea con desenfado y entretiene sin pudores.

A pesar de que su campaña de promoción hinchará el suflé más de la cuenta (¿el mal de nuestros tiempos?) y nos hiciera esperar algo más de determinados momentos de su metraje, Mohan logra cerrar con arrojo y puntería el final de la trama (que no es poco, considerando que es la asignatura pendiente de muchos títulos actuales) y de paso nos regala el escenario perfecto para ver a la que ya parece ser su actriz fetiche en su rol más digno hasta la fecha.

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