Doña Matilde (V) - La Crónica de Badajoz

Opinión | La Atalaya

Doña Matilde (V)

Las plazas de la Residencia de Señoritas eran insuficientes para cubrir la demanda. Matilde López tuvo suerte encontrando una, gracias a la gestión hecha en su favor por Gloria Giner de los Ríos, sobrina de Francisco Giner de los Ríos, fundador de la Institución Libre de Enseñanza. La relación debía venir por su tía, que era maestra como doña Gloria. El precio de la estancia no debía ser bajo e ignoro si se benefició de algún tipo de beca, pero los servicios que se prestaban a las estudiantes eran sobresalientes. Leyendo los programas de actividades sabemos que pasaron por allí los mejores especialistas de aquel momento en lo que hoy llamamos Ciencias Sociales. Nuestra biografiada se aplicó a sus estudios con todo su esfuerzo, pero nada hacía pensar en ella como una futura dirigente. Más bien, siendo una alumna brillante, en una futura competente profesional, destinada a ganar unas oposiciones y a ocupar una plaza en algún escalafón administrativo. Y, hoy por hoy, no he encontrado documento que la retrate ideológicamente y la sitúe entre las activistas de cualquier color en el agitado panorama político español de los últimos años previos a la proclamación de la Segunda República. Y eso resulta sorprendente, habida cuenta del ambiente progresista -sin dejar de ser católico- en que se movía y de su amistad con Matilde Landa, algo menor que ella y nacida también en Badajoz, futura y destacada militante del Partido Comunista.

Digamos, como nota adicional a su biografía, que su contacto con María de Maeztu la llevó a gestionar ante la dirección del “Correo de la Mañana”, el diario donde había escrito antes de su partida, la publicación de algunos escritos de aquélla, convertida en una gran pedagoga, a lo que contribuyó su conocimiento de otras lenguas y su larga y comprometida dedicación a la enseñanza, aplicando siempre un método progresista, social y moderno. Falleció en el exilio, huyendo del Madrid republicano, y evolucionó hacia una posición ideológica tradicionalista, católica e hispanista, semejante a la de su hermano, el intelectual noventayochista Ramiro de Maeztu, asesinado en los confusos momentos anteriores al asedio de la capital por las tropas sublevadas.