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Inicia la ascención de Jesús  vida de la iglesia cristiana 

lunes, 13 de mayo de 2024 · 00:00

KARLA PADILLA/EL VIGÍA
kpadilla@elvigia.net | Ensenada, B. C.

Con la ascensión de Jesús termina su misión en la Tierra y comienza la de la comunidad que formó con sus discípulos, que en la actualidad es la de todos los bautizados, compartió Rafael Valdez Torres, obispo de la Diócesis de Ensenada.
Durante su mensaje dominical difundido a través de las redes sociales, el obispo compartió que la celebración de la ascensión de Jesús es un recuerdo del deber misionero de cada cristiano.
Explicó que la ascensión es el retorno al Padre y entrada a la gloria, condición para enviar al Espíritu Santo y el anuncio de la segunda venida, por ello, la misión de Jesús queda en manos de sus discípulos, es decir, todos los bautizados. 
“Podríamos decir que, así como en el principio Dios creó el cielo en la tierra y todas las cosas y le entregó el mundo al hombre creado su imagen y semejanza, también con la ascensión deja ahora el mundo en manos de sus discípulos que, con la asistencia del Espíritu Santo, realizarán su mandato y le rendirán cuentas cuando venga rodeado de gloria y majestad”, señaló.  
La responsabilidad que deja a sus discípulos es ir por el mundo y predicar el evangelio a todos, es decir, continuar con la tarea que inició de creer, bautizar, enseñar, hablar y sanar, comentó.
Con esta responsabilidad, expuso, comienza un tiempo de trabajo misionero responsable que invita a los cristianos a madurar su fe en Cristo y, convencidos de ello, comunicarla con palabras y obras a toda persona al estilo y ejemplo de Jesús. 
“Aunque nos experimentemos débiles y pecadores no podemos olvidar el mandato de Jesús; esta solemnidad nos recuerda el deber misionero, puesto que Jesús deja a sus discípulos una gran tarea que aparentemente es imposible para un grupo tan pequeño que se comportó cobarde”, compartió.
Valdez Torres indicó que la misión en la Iglesia actual mantiene humanamente su grado de dificultad, pero tanto en la Iglesia primitiva como ahora se cuenta con la asistencia del Espíritu Santo. 

El misterio pascual
Recordó que tanto la resurrección, como la ascensión y pentecostés son parte del misterio pascual, momentos distintos y celebrados litúrgicamente por separado para reconocer y aceptar su contenido salvífico. 
En ese sentido, mencionó que la muerte es el abandono del mundo terreno y el fin de los sentidos corporales; la resurrección es la entrada al mundo divino y el comienzo de la vida sobrenatural; y pentecostés es su asistencia permanente a la comunidad discipular. 
“Jesús subió al cielo, ahí nos espera, ir al cielo es entrar para siempre en el misterio del amor de Dios, no perdamos la esperanza”, concluyó.

 

 

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