Un nuevo caso lamentable deja por los suelos la imagen de la PENEPÉ. Un perro policía fue detenido por sus colegas cuando recibía una coima en el aeropuerto Jorge Chávez. El canino, alias “Firuláis”, estaba destacado para enfrentar la lucha contra el narcotráfico, pero no solo no cumplía con su aparente noble trabajo, sino que además obtenía ganancias ilegales por hacerse de la vista gorda. O, mejor dicho, del olfato gordo.
“Siendo las 2 p. m., el can fue detenido con fecha 15 de mayo del año en curso, estando presentes el fiscal, el director de la Unidad Canina y un terna disfrazado de saco de Ricocán. El presunto infractor cobró una coima con Yape por no oler una maleta que evidentemente tenía sustancias tóxicas ya que el dueño tenía ese cabello de jamaiquino y escuchaba a Bob Marley en sus audífonos”, dijo el policía que nos pidió una gaseosa para que nos brinde una entrevista.
Según se supo, “Firuláis” también trabajó un tiempo en las carreteras del país, donde habría cometido actos de corrupción. Gracias a las primeras pesquisas se sabe que, a cambio de dejar pasar mercadería ilegal o no exigir los papeles en regla, aceptaba coima a través de Yape, Plin, Western Union, y a veces cobraba coima en pollo a la brasa.
“Lamentablemente estamos decepcionados. Sin embargo, hemos expuesto este caso para que todos sepan que estamos haciendo una limpieza necesaria a la PENEPÉ. No es posible que sigan manchando esta institución, no es posible que estemos por los suelos ente la opinión ciudadana y no es posible que nadie nos haya invitado el pollito hoy, siendo las 5 pm del 16 de mayo del año en curso”, dijo un policía que nos detuvo en la calle.
Ampliación, al salir de la comisaría El Polo.
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