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Perú, un país de fe y diversidad espiritual

Según estudios recientes, Perú se destaca como uno de los países más religiosos de América Latina, con un 82% de la población afirmando profesar alguna fe. Desde el catolicismo hasta el budismo y el islam, la diversidad espiritual refleja la riqueza cultural del país, donde las comunidades musulmanas y budistas emergen como pilares de esta pluralidad religiosa.

Según la macroencuesta Statista Global Consumer Survey, que abarcó desde enero hasta diciembre del 2021, Perú emerge como el país más religioso de América Latina. Los datos revelan que alrededor del 82% de peruanos afirman seguir una religión, un equivalente a ocho de cada diez ciudadanos.  

Según el último censo nacional del INEI en 2017, la distribución religiosa en Perú entre personas de 12 años en adelante muestra una predominancia del catolicismo, con un 76%. Le sigue el evangelismo con un 14.1%, mientras que un 4.8% de la población practica otras religiones, incluyendo el cristianismo no específicamente católico o evangélico, el adventismo, el testigo de Jehová, el mormonismo, el judaísmo, el islamismo, el budismo, entre otros. No obstante, la categoría de “Otras religiones” no precisa un desglose detallado. Además, un 5.1% declaró no tener afiliación religiosa.

A nivel global, las principales religiones se dividen en dos categorías: las abrahámicas, como el cristianismo, el judaísmo y el islam, y las indias, que abarcan el hinduismo, el budismo, el sijismo y otras. Encabezando la lista, el cristianismo cuenta con el mayor número de seguidores, seguido por el islam, el hinduismo y el budismo, según datos de Britannica.

En el Perú están presentes el islam y el budismo, dos de las relgiones más importantes en el mundo. Si bien no existe un desglose detallado por parte del INEI sobre el número de personas creyentes de estas religiones, World Population Review sugiere que en el país existen aproximadamente 5000 musulmanes y 50 mil budistas. 

 

La Fe islámica en el Perú

El Islam traduce como ‘Sumisión a Dios’ y es una religión monoteísta porque siguen a Alá. Aquellas personas que profesan esta religión, son denominados como musulmanes. En este punto, la distinción entre «árabe» y «musulmán» es fundamental. Aunque muchos árabes son musulmanes, también hay árabes cristianos y seguidores de otras religiones.

De acuerdo Orrego, quien escribió Los Hijos de Alá en el Perú, la comunidad musulmana del país se concentra en Tacna y Lima Metropolitana. La década de 1990 marcó un aumento en la población musulmana en Tacna, principalmente debido a los pakistaníes involucrados en el comercio de vehículos usados. En Lima, la comunidad musulmana es diversa, incluyendo palestinos, libaneses, marroquíes y aquellos peruanos convertidos en la religión. 

En Tacna se construyó una mezquita en el 2008 llamada Bab UI Islam al éstilo arábe. Sin embargo, la más antigua se hizo en Lima en 1896 ubicada en Magdalena y adicionalmente a ella hay tres más en San Borja, Pueblo Libre y Cercado de Lima. 

Mezquita de Tacna

“El Islam es una religión que enfatiza la misericordia y el respeto entre las personas, considerando a Mahoma como el último mensajero de Dios. Se sustenta en cinco pilares fundamentales” Sawsan, integrante de la mezquita Masjid Nurul Islam. 

El primer pilar, el testimonio de fe, es la base de la creencia en Al-lah y Mahoma. Las cinco oraciones diarias constituyen el segundo pilar, conectando al creyente con su Creador. El tercer pilar, el Zakat, promueve la solidaridad y la justicia social. El cuarto, el ayuno de Ramadán, fortalece la consciencia espiritual y la disciplina. Finalmente, la peregrinación a La Meca, como quinto pilar, fomenta la unidad y la igualdad entre los creyentes, combatiendo la discriminación y el racismo. 

Estos pilares son fundamentales para que el Islam sea válido y aceptado en nuestra vida, ya que representan los cimientos sólidos sobre los que construimos nuestra fe aquí en el Perú”, destaca. Y agrega que la relación entre los musulmanes se fundamenta en la cooperación y el mutuo reconocimiento, sin importar diferencias de color, idioma o nacionalidad. 

Creyentes consideran a Muhammad como el último profeta enviado por Dios para guiar al monoteísmo, similar a Moisés con la Tora, Jesús con el Evangelio y David con los Salmos. El Corán, revelado al Profeta Muhammad, es considerado la palabra de Dios en el Islam.

 

Sendero del budismo

El Budismo, basado en las enseñanzas de Siddharta Gautama, conocido como Buda, ofrece un camino hacia la liberación del sufrimiento y el ciclo de nacimiento y muerte. Originaria de la India, esta doctrina filosófica y religiosa se caracteriza por su naturaleza «no teísta», donde los practicantes no siguen a un dios. Su enfoque radica en la búsqueda de la paz, armonía, tranquilidad y equilibrio espiritual.

De acuerdo con McKenzie, autor de distintos artículos académicos sobre el budismo en Perú, las comunidades Soto Zen y Sokka Gakkai son las más organizadas y mejor establecidas en el país. Ambas son de orígen Japonés, pues si bien el budismo es originalmente de la India, se extendió a distintos países de Asia Oriental; por esa razón, el país cuenta con la presencia de esta religión por la ola migratoria japonesa.  

En esta ocasión, Contra Por Ciento pudo profundizar en la Soka Gakkai, la cual significa ‘Sociedad para la creación de valores’. En ella se practica el budismo Nichiren, debido a las enseñanzas que transmitió el Buda Nichiren Daishonin. En Lima se encuentra en San Isidro y está registrada como Asociación Peruana de la Soka Gakkai Internacional PSGI. 

Los budistas de la Soka Gakkai tienen como centro de su práctica la devoción al Gohonzon, un objeto reverenciado y máximo de culto en su tradición. Este Gohonzon, representado por el Nam-myoho-renge-kyo, establecido por Nichiren Daishonin, encarna significados profundos. 

Gohonzon

Entonar el Nam-myoho-renge-kyo permite sacar la fuerza que hay en nuestro interior para afrontar las adversidades. Esta práctica nos conecta con la esencia misma de la vida, guiándonos hacia la superación”, expresa Fresi Águila, miembro de la Soka Gakkai del Perú. 

«Nam» denota la dedicación de la vida, «Myo» lo místico o maravilloso, «ho» la ley, «Renge» la flor de loto que florece en aguas fangosas, simbolizando la belleza y dignidad en medio del sufrimiento, y «Kyo» el sutra, representando la esencia misma de la vida.

El buda Nichiren comprendió que cualquier persona puede alcanzar la budeidad o la iluminación. Por eso, desde la Soka Gakkai, prima la diversidad y autenticidad de cada miembro. Las enseñanzas son para todos por igual, sin distinción de género o etnia”, concluye. 

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