La gloria de ser divorciada - Revista 88 grados

La gloria de ser divorciada

Luces de colores, música a todo volumen y la euforia de la pista de baile ambientan el texto de Karem Mendoza, que en esta oportunidad nos lleva a una fiesta de celebración de divorcio en la Virgen de los Deseos.
Editado por : Juan Pablo Gutiérrez

El ambiente de discoteca está a tope. Las luces de colores rebotan en las paredes, en las mesas y en los rostros de más de 20 mujeres que están en la pista de baile. A un costado, hay una torta con crema roja y al centro una muñeca Barbie que sostiene un cartel que dice: “Libre hasta de mí misma”. No será la primera vez en la noche que se mencione la palabra libertad. En el escenario también hay un inodoro de plastoformo pintado de rojo del que se sugiere tirar de la cadena para desechar los pesares. Las canciones que elige la DJ son diversas, pero todas movidas. Selena y Karol G son las favoritas. Pero en particular, las letras de Shakira emocionan. “Y una loba como yo no está pa’ tipos como tú”, cantan a voz en cuello. No es coincidencia, la barranquillera produjo esta canción como un desahogo de su separación con Piqué y esta noche del 21 de septiembre, otras divorciadas se apropiaron de la “Sessions #53”.

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Es difícil dejar una vida atrás; tomar esa decisión requiere coraje y amerita un festejo. / Foto: Karem Mendoza.

Gloria está en medio de esa algarabía. Mira al techo, al suelo, da zapateos libres, mira a sus hijas Any y Mary, siempre con una sonrisa. Tomó la decisión de divorciarse hace siete años.

—Tuve que aguantar muchas humillaciones por 30 años. Hace un año que estoy viviendo sola, aprendiendo a valorarme, siendo feliz y libre.

No deja de bailar, las canciones se apoderan de su cuerpo, de su mente, y parece una adolescente en su primera fiesta. De hecho, sí, es su primera fiesta de celebración de divorcio, que festeja en la Virgen de los Deseos en Sopocachi. La música sigue sonando y ella canta-baila-sonríe.

Qué calor oh eh oh, qué calor que siento yo… Encontré la solución al problema de la resaca, me mantengo en la joda borracha hasta las seis de la mañana.... No te creas tan importanteee… Penitencia a las que están sentadas. Yoooo te di todo mi amor y más, y tú no reconoces lo que es amar. Yo me puse dispuesta a tus pies y tan solo con desprecio me has pagado, pero ahora ves. Si una vez dije que te amaba, hoy me arrepiento… Como la flor con tanto amor me diste tú se marchitó, me marcho hoy, yo sé perder. Pero ay, ay, ay, cómo me duele… Aplauso a las chicas valientes que han decidido divorciarse. ¡Que viva el divorcio, compañeras! ¡Que viva! Pero que no duela ¿ya? ¡Yaaaaa! Como la flor con tanto amor me diste tú se marchitó, me marcho hoy, yo sé perder…

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Rompiendo los paradigmas antiguos con una celebración. / Foto: Karem Mendoza.

A diferencia de la canción de Selena, que relaciona la ruptura de una relación con la derrota, a los cuerpos voluptuosos-festivos-atrevidos de esta noche no les traspasa el fracaso sino la victoria de la separación, los mueve la celebración de una de las más importantes conquistas feministas: la libertad de decidir y elegir divorciarse. Por eso, los brazos femeninos se convierten en extensiones de júbilo y en cada movimiento sueltan penas-dolores-angustias de una mala relación. Sus rostros proyectan el inicio, el éxodo de un proyecto de vida no solo para ellas, sino para sus familias.

—Mis hijos están mejor porque con el padre todo era pelea, era inseguridad, quizás se sentían seguros dentro de una familia, pero estaban aprendiendo las malas cosas de un hombre que no nos comprendía y no nos valoraba. En cambio, ahora son tres varones que quieren a su madre, que respetan a las mujeres y que no quieren repetir la historia de su padre.

Maura, con voz gruesa y clara, cuenta que se separó hace 10 años y que esta no es su primera fiesta de divorciadas. También confiesa que le gusta celebrar en colectivo, desea ver a sus compañeras felices pese a que la sociedad continúa condenando el divorcio. “Cuando te quedas sola para ellos es como si estuvieras buscando un hombre que esté a tu lado. Por ejemplo, para los demás, a cada lugar al que voy creen que les voy a quitar el marido o hay hombres que piensan que soy fácil porque estoy soltera”, reniega por un momento, pero en su cuerpo el festejo continúa.

Tú te fuiste y yo me puse triple M, más buena, más dura, más level. Volver contigo never, tú eres la mala suerte porque ahora la’ bendicione’ me llueven… Baby, no me llame, que yo estoy ocupá olvidando tus males, yo decidí que esta noche se sale con toa mi motomami, con toa mis yales. Ando despechááá alocá…

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“En el escenario también hay un inodoro de plastoformo pintado de rojo del que se sugiere tirar de la cadena para desechar los pesares”. / Foto: Karem Mendoza.

Luego de escuchar cantar a Shakira, Karol G y Rosalía sobre cómo se transformó su vida tras culminar sus relaciones a causa de la infidelidad; Maritza toma el micrófono y dice: “Valió la pena separarme. Como estaba tan enamorada, él era todo para mí y le hacía caso en todo. El proceso de separación no ha sido fácil, pero poco a poco he ido pensando en mí y decidí estudiar”. Empezar una carrera no estaba en sus planes, pero menciona que tiene nuevos objetivos al lado de su hija.

Paola Gutiérrez, trabajadora social de Mujeres en Busca de Justicia, toma la palabra. Habla de lo bello del amor, de la felicidad que provoca convivir en pareja y de los sueños que se intentan construir en el matrimonio. No solo eso, sino que reflexiona sobre cuándo dar un paso al costado, cuándo decir basta a la violencia machista y cuándo elegir vivir en plenitud.

—La celebración de los divorcios tiene connotaciones profundas, no solo es celebrar el decir adiós a los maltratos e infidelidades. Sino que desde el feminismo es reivindicar el derecho legítimo que tenemos de poder separarnos o divorciarnos, porque en la historia no siempre fue así; hay lugares en los que se sigue prohibiendo el divorcio —justifica con vehemencia.

Las palabras de Paola se aproximan a lo que ocurre en Filipinas y el Vaticano, donde divorciarse no es una opción porque se considera ilegal y porque hay un alto grado de religiosidad que impera en ambos países. En la India, por ejemplo, —como relata Martín Caparrós en su crónica “La ciudad de las viudas”— quedar viuda es una condena en vida ya que las mujeres no pueden volver a casarse ni buscar trabajo. No tener un hombre al lado es mal visto y, como consecuencia, estas viudas se convierten en mendigas por las calles de Vrindavan.

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La pista de baile se convierte en un santuario de autoexpresión y liberación. / Foto: Karem Mendoza.

En Bolivia, el divorcio está instaurado desde 1932, pero recién en 2014 con la Ley 603 se flexibilizaron las causales. Actualmente, la ruptura del proyecto de vida de los cónyuges es un motivo válido para que, por mutuo acuerdo o por voluntad de uno de los esposos, se inicie la demanda de separación. En Mujeres en Busca de Justicia, donde se da asistencia legal gratuita, solo en el primer semestre de 2023 se atendieron 60 casos de divorcios de los cuales 40 tienen sentencia.

Hoy en mi ventana brilla el sol… Compañeras quiero proponer un brindis por nuestra libertad, nuestra felicidad, porque nuestra venganza es ser felices. De repente, una mañana, cuando desperté me dije: Todo es una mentira. Fue mi culpa enamorarme de tu inmadurez creyendo que, por mí, tú cambiarías. No me queda ya más tiempo para mendigar migajas de tu estúpido cariño. Yo me planto y digo: basta, basta para mí porque estoy desenamorada de ti. Fuiste mi vida, fuiste mi pasión, fuiste mi sueño, mi mejor canción. Todo eso, fuiste, pero perdiste…

Gloria, la mujer-adolescente en su primera fiesta, continúa bailoteando y sacando los pasos que su cuerpo le ordena. Ella al igual que las otras divorciadas-separadas decidió jalar de la cadena de una larga relación tormentosa, de violencia psicológica y física, de esa condena que era su vida, la que ahora le pertenece, y que no quiere que nadie vuelva a gobernar más que ella.

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