Comienza el auge de las plataformas para hacer intercambios temporales de viviendas

Ser dueño de una casa de descanso no significa que sus tiempos de ocio se limitarán a estar en este inmueble, existe un modelo de negocio inmobiliario y turístico con el que puede prestar su vivienda a otras personas y estas a su vez le pueden dar alojamiento en otro país.

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Funcionamiento, beneficios y desafíos que tiene el modelo de economía colaborativa

Se trata del intercambio temporal de bienes raíces, una modalidad en la que dos o más propietarios de viviendas intercambian sus inmuebles por un período determinado, estableciéndose así una forma de economía colaborativa en el sector inmobiliario.

Así como se han masificado aplicaciones que conectan a conductores con pasajeros o huéspedes con anfitriones en el caso de Airbnb, también hay plataformas que le han apostado a ser puente entre dos propietarios que no se conocen y están en lados opuestos del mundo pero tienen en común ofrecer alojamiento a cambio de recibir lo mismo en otro país.

Empresas tecnológicas como Home Exchange, Holiday swap, Circle Home y Behomm son algunos de los espacios virtuales de encuentro de las personas que buscan unas vacaciones económicas sin perder la comodidad, sentirse como en casa en una estancia prolongada en otro lugar del mundo.

“El intercambio adecuado y de común acuerdo de casas o residencias en lugar de hospedarse en hoteles o alquilar alojamientos tradicionales hace que los viajeros tengan la oportunidad de vivir una experiencia como locales, alojándose en la casa de un anfitrión y beneficiándose de sus consejos y recomendaciones”, dijo Daniel Useche, docente de turismo de la facultad de ciencias económicas y administrativas de Uninpahu.

Useche señaló que esta opción genera beneficios como propiciar una economía equitativa tanto la comunidad como el turista. Seguridad, pues indica que en la mayoría de los intercambios se ofrecen servicios de salud. Y además del intercambio del bien, se genera intercambio cultural.

La decana de la facultad administración turísticas y hoteleras de la Universidad Externado, Edna Rozo, señaló que entre los beneficios está "indudablemente la mayor flexibilidad, mayor oferta diversificada en alojamientos basados en casas, cabañas, apartamentos, en fin, se abre un abanico de posibilidades que los turistas valoran mucho".

También destaca que hay más posibilidades para destinos emergentes, o pequeños poblados en áreas rurales, ya que pues pueden ofrecer alojamiento con mayor facilidad.

¿Cómo puede empezar a intercambiar sus propiedades?

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El modelo es similar entre las plataformas, aunque cada una puede tener diferenciales. El primer paso es registrar su información y la de la casa, finca, apartamento, villa o el inmueble que desee intercambiar, a partir de este momento podrá elegir un país al cual quisiera viajar y dentro del lugar, revisar los inmuebles que estén disponibles para el intercambio.

Cuando seleccione la vivienda en la cual quisiera alojarse, podrá empezar a conversar con el propietario para definir las fechas y condiciones del intercambio. Este puede ser en simultáneo con el dueño de la casa en la que se va a quedar, o este propietario puede elegir a su vez otro destino y otros inmuebles, y la residencia que usted ofrezca puede ser solicitada por otros usuarios de otros lugares del mundo.

En cuánto a las diferencias, Home Exchange tiene una suscripción anual de 160 euros (US$173) con la cual puede acceder a intercambios ilimitados durante 12 meses. Mientras que la aplicación Holiday swap tiene una suscripción premium de US$10 por mes o US$100 al año con la que no tiene que pagar tarifa de reserva, la cual cuesta US$10 por noche; en esta app también se puede ganar puntos que se convierten en beneficios.

Circle Home ofrece el servicio sin suscripción pero solicita un pago de 50 euros (US$54) correspondientes a un seguro para las fechas en las que se vaya a hospedar. La última opción, y la más exclusiva, es Behomm, esta está dirigida a “creativos y amantes del diseño”, la suscripción anual cuesta 380 euros (US$413) y para registrarse debe contar con una invitación, aunque esta también la puede solicitar.

¿Cómo recibe el mercado este nuevo modelo?

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Diego Toro, estructurador financiero de proyecto Eyd en Colliers Colombia y experto en inversión inmobiliaria, señala que los inmuebles para rentas de corta estancia, son una tendencia que se está viendo en el mercado colombiano, sobre todo con plataformas más famosas como Airbnb y Booking, aunque aquí la diferencia es que el servicio es de alquiler con transacción económica pero con el crecimiento del modelo es probable que el intercambio llegue a ser más conocido.

Además, señaló que este modelo ha tenido gran éxito en Colombia en las ciudades más turísticas como Cartagena, Medellín y Santa Marta, no obstante, no se limita a estas zonas, y hay oportunidad en áreas rurales enfocadas en el descanso.

“Si bien es cierto que los inmuebles han sido un éxito mundial, se han venido enfrentando a grandes desafíos que pueden ser determinantes para su futuro. En algunos países, la prohibición de este esquema, la regulación por parte de los gobiernos y la sobre oferta en algunas ciudades genera complicaciones”, señaló Toro sobre los retos del modelo de rentas cortas, los cuales también podrían impactar al esquema de intercambios en un escenario de masificación.

En una perspectiva internacional, Melina Martínez- Echeverria, directora de Comunicaciones para América Latina y del Caribe de Greater Miami Convention & Visitors Bureau, Gmcvb, señala que ven el intercambio de residencias temporales mediante aplicaciones como “una alternativa emocionante” para los viajeros que visitan esta ciudad de Estados Unidos.

“Esto permite a los turistas ahorrar significativamente en alojamiento. De igual forma, en Miami, tenemos una variedad de hoteles que ofrecen experiencias diferentes que también pueden ser atractivas para los turistas”, añadió, resaltando que los dos modelos coexisten para suplir los gustos y necesidades de los viajeros.

De la misma forma, desde el sector de las agencias de viajes se está recibiendo de buena forma este esquema, Jaime Sanabria, gerente de mercadeo de Viajes Circular, señaló que aunque reconocen el crecimiento del modelo como competencia para el modelo hotelero tradicional, no lo consideran como una amenaza directa.

“Aunque no ofrecemos este tipo de servicio en nuestro portafolio, entendemos que estas plataformas brindan a los viajeros una opción adicional que puede ser atractiva por su flexibilidad y la posibilidad de vivir experiencias más locales y personalizadas. Sin embargo, seguimos apostando por la calidad y seguridad que ofrecen nuestros servicios turísticos, donde cada detalle es cuidadosamente planificado para garantizar una experiencia de viaje excepcional, dijo Sanabria.

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Sobre el impacto en el sector hotelero, Edna Rozo señaló que aunque aplicaciones como Airbnb si han significado competencia desleal para los hoteles por los mayores impuestos que asumen, destaca que este enfoque basado en el intercambio puede ser un movilizador de innovación para el segmento tradicional. "Esto los ha llevado a que se impongan retos en términos de flexibilidad de generar valores agregados en tematización y servicios de apoyo, por ejemplo con restaurantes temáticos de alta calidad, etc".

Y también destaca las problemáticas sociales que también se han presentado en ciudades como Cartagena, Medellín, Nueva York o Barcelona. "Desafortunadamente el no tener ningún control directo en términos de reglamentación, a veces en este tipo de de viviendas se pueden generar prácticas no deseables de ruido o también de explotación sexual comercial de niños niñas y adolescentes".

Las tendencias que impulsan el modelo

El docente de la Escuela de Negocios y Desarrollo Internacional del Politécnico Grancolombiano, Alexander Balzán, señaló que esta tendencia del intercambio de residencias surgió para aprovechar capacidades económicas, tecnológicas, sociales y climáticas.

“Se unió a otros temas que fueron tendencia como el “Bleisure”, que une los viajes de trabajo con el ocio, y el “Slow Travel”, que prioriza los viajes donde lo primordial es la inmersión cultural local y la conexión con el entorno, más que el afán de recorrer varios destinos en un único viaje”.