Hace apenas unas horas, la Casa Real nos sorprendía con unas bonitas imágenes de Felipe VI y doña Letizia junto a la princesa Leonor y la infanta Sofía por el 20 aniversario de su boda, que se celebra este miércoles 22 de mayo. Un aniversario que coincide en tiempo con el de Harry y Meghan, que celebran este domingo 19 sus seis años de casados.

A diferencia de Felipe VI y Letizia, a los duques de Sussex sí les acompañó el tiempo en su gran día. El hermano del príncipe Guillermo y la actriz estadounidense se dieron el "sí, quiero" en Windsor, en la Capilla de San Jorge.

Desde su llegada a la Familia Real británica, Meghan Markle demostró que estaba dispuesta a imponer sus propias normas y el día de su boda no fue una excepción. La duquesa no llegó al altar en compañía de su padre, con quien mantiene una nefasta relación, sino que prefirió caminar sola. En mitad del recorrido, Meghan se unió al brazo de su suegro Carlos III, el entonces heredero al trono.

Otro de los aspectos más comentados fue el asiento vacío que había en la primera fila de la capilla. Se comentó que fue un homenaje a la princesa Diana, la fallecida madre de Harry y Guillermo. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Ese sitio vacío fue una manera de facilitar la visión a Isabel II, que estaba sentada justo detrás de este hueco.

Para su gran día, Meghan lució un elegante y minimalista diseño de la británica Clare Waight Keller. El vestido nupcial de Markle tenía un espectacular cuello halter y un ligero vuelo en el bajo. Para complementar su look, lució un gran velo repleto de flores bordadas y una tiara que le prestó la reina Isabel II.

Harry y Meghan se conocieron en verano de 2016 en un club privado de Londres por amigos en común. Tras esa cita, los duques de Sussex se vieron dos veces más y, posteriormente, comenzaron una bonita relación. Cuando salió a la luz que estaban juntos, Meghan y Harry acumularon diversos titulares, ya que se trataba de una actriz americana, birracial, divorciada y con padres separados.

En enero de 2020, ambos renunciaron al cargo de miembros de la realeza y dejaron atrás Reino Unido para instalarse en Estados Unidos. Dieron este paso porque, según ellos, querían vivir lejos de la presión mediática, poder educar a sus hijos libremente y ser económicamente independientes.

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