Julio César era de izquierdas y el Imperio Romano no cayó nunca
Julio César era de izquierdas y el Imperio Romano no cayó nunca
Entrevista

Julio César era de izquierdas y el Imperio Romano no cayó nunca

El periodista y divulgador italiano Aldo Cazzullo publica 'Roma. El imperio Infinito' (Harper Collins) en el que defiende la vigencia actual en Occidente de los valores que forjaron el Imperio

Foto: Julio César interpretado por Charlton Heston en 'Asesinato de Julio César'. (Getty/Hulton Archive/Daily Express/David Cairns)
Julio César interpretado por Charlton Heston en 'Asesinato de Julio César'. (Getty/Hulton Archive/Daily Express/David Cairns)

Mientras que en el continente americano se han derribado y decapitado cerca de medio centenar de estatuas de Cristóbal Colón, muchas de ellas en Estados Unidos, así como vandalizado y destruido otras tantas de los conquistadores y exploradores españoles como la Ponce de León en Puerto Rico, la furia no ha arreciado aún en Europa contra los "colonizadores" romanos y no porque en lo que fuera Hispania, por ejemplo, celtas e íberos no lucharan a brazo partido contra los conquistadores venidos de Roma: no existe realmente en España una reivindicación histórica de Numancia o de Corocotta, el caudillo local que habría liderado a los íberos en las Guerras Cántabras de Augusto en contra del legado romano más allá de lo festivo. Nadie se lo toma en serio ¿Pero podría ocurrir si no se evita a tiempo?

Parece absurdo pensar que se pudiera atacar una escultura de Julio César o de Octavio Augusto no ya por su valor artístico, sino por lo que pudiera representar, pero al fin y al cabo ¿no fueron los romanos los que nos colonizaron? O como diría el grupo cómico Monty Python ¿Sí, pero qué han hecho por nosotros los romanos? La historia de occidente es la del Imperio Romano y de hecho para el periodista y escritor Aldo Cazzullo, que publica ahora Roma. El imperio infinito (Harper Collins) y con quien ha hablado El Confidencial, es exactamente eso: lo que entendemos por occidente, con EEUU a la cabeza, que habría emulado muchos de los símbolos de Roma en su fundación.

Roma. El imperio infinito es una interesante y curiosa historia de lo que fue Roma en la tradición de divulgación de un clásico como el que fuera también periodista y escritor Indro Montanelli (1909-2001) y su Historia de Roma (1957), entreverada en cambio con varias referencias al mundo actual y al legado de ese imperio infinito. Mientras que EEUU es el nuevo heredero de Occidente, la división de Roma con Bizancio (392. D. C) tendría su reflejo en cuanto y tanto la misma Rusia de Vladimir Putin también defiende los valores culturales del imperio romano de oriente, los de la iglesia ortodoxa.

Roma nunca cayó, según Aldo Cazzullo, y todos los imperios posteriores han sido de alguna forma sus herederos, del Español al Británico, algunos de manera más obvia que otros, empezando por los mismos bárbaros que habrían logrado su caída y que, sin embargo, acabaron siendo sus sucesores, vendría después el Sacro Imperio Romano Germánico.

placeholder Aldo Cazzullo. (Giulia Natalia)
Aldo Cazzullo. (Giulia Natalia)

Lo explica en su nueva obra. "Lo que hoy llamamos Occidente es una construcción que se erige sobre los cimientos de la antigua Roma: el lenguaje de la política y del poder es el mismo que se hablaba en Roma hace dos milenios. Emperador y pueblo son palabras latinas. Como dominio y libertad. Dictador y ciudadano (…) República, además, significa ‘cosa pública’. En Roma nace la idea de que el Estado es de todos". Además, los grandes líderes del mundo moderno de la economía digital como Mark Zukerberg o Elon Musk se han mirado en ese reflejo: "Una de las características del Imperio Romano es el del gobierno global, que es también el sueño de los gurús digitales", explica Cazzullo. Conocer la Historia de Roma desde César a la revolución de Espartaco, —inspiración de todas las posteriores contra la desigualdad—, la forja del imperio global Augusto o la crucial transformación de Constantino al incorporar el cristianismo al imperio es acercarse a la realidad actual.

PREGUNTA. La política actual en Occidente ha seguido bebiendo probablemente de los mismos resortes de lo que era en Roma como explicas en el libro, pero incluso más ahora con líderes populistas que de hecho vuelven a esa idea del libro que apuntas sobre Julio César: "la orientación popular pero a través de una ambición autocrática".

RESPUESTA. Esto es sumamente interesante porque Julio César el verdadero fundador del Imperio Romano —aunque él mismo no llegara a ser nunca investido como tal— en términos políticos actuales era en realidad el jefe de la izquierda entonces porque lideraba al partido de los entonces llamados 'populares' —nada que ver con vuestro Partido Popular— que era más asimilable a 'socialista', estaba a favor de políticas como dar gratis el pan a la gente, que se vinculaba claramente entonces ya como el de dar dinero público a los pobres también como forma de extender el Estado y los defensores de la República, de la 'Res Pública' —cosa de todos—, eran los senadores, los 'optimates' que de hecho representaban a lo que hoy identificaríamos como la derecha, los aristócratas, es decir Pompeyo, Sila, Cicerón… detestaban a César. Desde el punto de vista personal incluso el triunvirato que forma con Craso y Pompeyo está también lastrado porque tiene aventuras con las mujeres de ambos, además de con la hermana de Catón, la madre de Bruto, que es quien lo acaba asesinando. César tiene esa ambigua relación con el deseo de presentarse como defensor del pueblo, con reformas agrarias por ejemplo, mientras que desde el Senado tratan de entorpecerlo con lo que hoy llamaríamos Filibusterismo. Hay una tentación desde César de casi todos los líderes populares de acabar repudiando ese Senado y elegir la vía autocrática.

placeholder 'Roma. El imperio infinito', de Aldo Cazzullo.
'Roma. El imperio infinito', de Aldo Cazzullo.

P. La idea de usurpación colonial se ha diluido en el caso de Roma: nadie derriba estatuas de Augusto pero sí de otros imperios. ¿No se ha explicado bien el legado imperial en esos casos?

R. Estoy muy en contra de este tipo de acciones contra las esculturas claro. Cristóbal Colón de hecho era italiano aunque la Conquista de América fuera un empresa del Imperio Español, claro una cuestión interesante sobre eso es que es cierto que como en el resto de Occidente tuviera la herencia romana y eso a pesar de que hubo grandes luchas en la Península por contener la invasión romana, que luego sin embargo se asimila tan bien hasta el punto de que grandes emperadores romanos como Adriano o Trajano que son hispanos. Hay un colonialismo español que como todos los imperios, como el romano, asesina y mata en su conquista pero también crea universidades y cambia la historia, de hecho en un aspecto similar porque es una civilización romana realmente. Una curiosidad sobre esto es que probablemente no haya mejor comunión entre naciones que la de los italianos y los españoles y eso que somos muy distintos, en realidad los españoles son mucho más serios que los italianos, las reglas son las reglas. En Italia no, en España sí y la Historia luego es caprichosa, los romanos dominaron Hispania y después el imperio Español dominó durante mucho tiempo gran parte de lo que hoy es Italia: Nápoles y Palermo son ciudades con un gran legado español y también incluso en el norte. Toda esta cuestión de haber sido dominados o no resulta ciertamente absurda a la luz de una civilización.

"Zuckerberg se cree el nuevo Augusto porque ha creado una comunidad digital, al igual que Elon Musk que ha declarado ser el nuevo emperador"

P. ¿Hay una interpretación histórica errónea ahora respecto al imperialismo?

R. En la ideología woke todos los imperios son malos. Es verdad que el imperio romano significa también sangre, muerte y esclavitud. No era el reino de la paz ni del bien. Pero por ejemplo en Gladiator, el protagonista Hispánico —porque provenía de Hispania como también grandes emperadores como Adriano o Trajano— dice antes de morir: "Había un sueño que era Roma, ese sueño tiene que devenir en realidad". ¿Como era ese sueño romano? Era un gobierno del mundo, una comunidad en paz, no por ello débil. Ese sueño que aunque parezca increíble ahora fue cercano al final de los 80 cuando cayó la URSS y se pensó que la historia de la confrontación había acabado en ese momento, que la democracia había ganado, el Apartheid en Sudáfrica se había erradicado e incluso hasta la paz entre israelíes y palestinos se podía empezar a vislumbrar [Acuerdos de Camp David]. Ahora en cambio la historia es totalmente diferente porque han vuelto las guerras y más aún la amenaza nuclear como en el peor momento de la polarización de los bloques. Este es el momento del sueño romano y es realmente el de los nuevos emperadores digitales: Mark Zuckerberg cree y quiere ser el nuevo Octavio Augusto. Cuando se casó con Priscilla y estaba de Luna de Miel en Roma, ella dijo que creían ser tres: ella misma, Mark y Augusto, porque se quería hacer una foto con todas las estatuas de Augusto que encontraba, que fue el primer emperador del que se conoció realmente la cara en el mundo romano porque se llegaron a esculpir unas 3000 estatuas. Zuckerberg se cree el nuevo Augusto porque ha creado una comunidad digital, al igual que Elon Musk que ha declarado ser el nuevo emperador o como Bil Gates que también se ha declarado un gran aficionado a la historia de Roma. Estos emperadores digitales se miran en ese reflejo porque tiene la idea de llegar a todo el mundo que era el verdadero pilar de lo que fue el imperio romano: gobernar en todo el planeta.

P. En tu libro no sólo identificas a Occidente con el legado de Roma sino incluso también a sus enemigos como es el caso de la Rusia de Putin.

R. En EEUU se habla de 'Destino Manifiesto' que es el de gobernar el mundo pero Putin también siente una misión de ese mismo tipo de mantener esa civilización cristiana que se debe a ese imperio de Oriente de Roma que ya habían reivindicado a su vez los zares, retomado con la iglesia ortodoxa, después de la URSS, lo que fue civilización de Bizancio. Hay tres 'Romas' de hecho, la original, Bizancio y más adelante Moscú, que de Belgrado a Vladivostok con los zares, defiende esos valores y que ahora se está desangrando en una guerra fraticida entre los rusos y los ucranianos.

Mientras que en el continente americano se han derribado y decapitado cerca de medio centenar de estatuas de Cristóbal Colón, muchas de ellas en Estados Unidos, así como vandalizado y destruido otras tantas de los conquistadores y exploradores españoles como la Ponce de León en Puerto Rico, la furia no ha arreciado aún en Europa contra los "colonizadores" romanos y no porque en lo que fuera Hispania, por ejemplo, celtas e íberos no lucharan a brazo partido contra los conquistadores venidos de Roma: no existe realmente en España una reivindicación histórica de Numancia o de Corocotta, el caudillo local que habría liderado a los íberos en las Guerras Cántabras de Augusto en contra del legado romano más allá de lo festivo. Nadie se lo toma en serio ¿Pero podría ocurrir si no se evita a tiempo?

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