El ascenso como primer reto de Joan Garcia, al que N'Kono ve en la Selección: "A veces cuando paro, me digo 'esto lo hacía Diego López'" | Relevo
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El ascenso como primer reto de Joan Garcia, al que N'Kono ve en la Selección: "A veces cuando paro, me digo 'esto lo hacía Diego López'"

Desde que Joan García es titular, el Espanyol no conoce la derrota.

Joan García, en un partido en Cornellà. /RCDE
Joan García, en un partido en Cornellà. RCDE
Marc Mosull

Marc Mosull

Joan García (Sallent, 2001) es un tipo risueño y abierto, pero sobrio a la vez; como cuando ataja, seguro y sin estridencias. No es el prototipo de futbolista joven, con tatuajes y ropas llamativas; todo al contrario, rezuma naturalidad y sigue acordándose de donde viene y de quién le introdujo en la portería. Mientras sube por las escaleras en dirección a la tribuna del campo principal de la ciudad deportiva del Espanyol mira al edificio de la Túrbula, donde se ubica la Residencia Josep Manel Casanova, algo así como La Masia perica. Allí vivió y se formó durante cuatro años en su época de adolescencia. Y está agradecido por ello al club.

Se le ve seguro de sí mismo, solo así se entiende cómo se sobrepuso a un mal debut ante el Elche y a otra desafortunada actuación contra el Levante. Y a la falta de minutos también. Los que lo conocen lo definen como "un portero moderno"; dicen de él que "tiene los reflejos de Casillas y un juego aéreo de la Premier". Lo cierto es que apenas lleva diez jornadas establecido como el portero titular del Espanyol, pero la afición ya ve en él un ídolo al que aferrarse en la pelea por el ascenso. No es para menos, solo ha encajado seis goles, muy pocos para un equipo que se desangra en defensa de forma habitual, y los blanquiazules aún no han perdido con él bajo palos. Para el recuerdo, su parada en Burgos, que evitó la derrota en el último minuto, en un salto al más puro estilo Michael Phelps, como si fuera un nadador de mariposa.

Por su imponente y espigado físico, recuerda a Diego López, uno de sus mentores del que a menudo se acuerda: 'Hostia, esto lo hacía mucho Diego', se dice de vez en cuando mientras ataja. Ahora mismo, el principal reto de Joan García es "ser el portero titular del Espanyol en Primera División" y su sueño, "jugar los Juegos Olímpicos de París". Deja entrever que está en la prelista de la roja, algo lógico teniendo en cuenta el nivel que está mostrando. El ascenso y la convocatoria olímpica serían el colofón a la temporada de consagración de un portero que va para internacional absoluto.

¿Cuándo empieza tu relación con el fútbol?

Empiezo a jugarlo cuando tenía 4 años con mis amigos en el club de mi pueblo, en Sallent. Pero comencé haciendo de jugador.

Te hiciste portero gracias a tu hermano, ¿no?

Sí. Tengo un hermano mayor que siempre jugaba de portero. Entonces, un día decidí que yo quería ser como él y ponerme bajo palos. Tendría cinco o seis años, y desde entonces siempre he sido portero.

Hay muchos jugadores de tu pueblo en la élite para lo pequeño que es. ¿Qué os dan en Sallent?

(Ríe) No sé lo que nos dan, será que quizás se trabaja muy buen con los más pequeños. No te sabría decir. El caso es que es sorprendente que haya tantos futbolistas en Primera y Segunda surgidos de un pueblo de apenas 6.000 habitantes. Ahora mismo está Aitor Ruibal, del Betis; Edgar González, del Almería; y yo. Pero es que con anterioridad ha habido otros más como Lluís González, que es el padre de Edgar y que jugó aquí en el Espanyol; Gabri, que estuvo en el FC Barcelona; y Rubén Navarro, que pasó por Nàstic, Hércules, Alavés, etc...

Estábamos en el club de tu pueblo.

Desde los cuatro años y hasta benjamines, jugué en el Sallent. De allí pasé al Manresa, que es el club de la principal ciudad de la zona y capital de comarca. Jugué en el CE Manresa hasta alevines, cuando firmé por la Damm. Y en el segundo año de cadete, con 15 años, vino a buscarme el Espanyol. Y aquí sigo.

De Sallent a la ciudad deportiva del Espanyol hay casi 70 kilómetros. ¿Cómo ibas a entrenar?

Cuando fiché por el Espanyol me permitieron entrar a formar parte de la residencia que tiene el club, justo aquí al lado de la ciudad deportiva. Entre semana, hacía vida y dormía en la residencia, y también iba al colegio aquí. El fin de semana que podía, me iba a Sallent.

Y allí coincidiste con Jofre Carreras.

Sí. Hemos sido compañeros de habitación desde que llegué y hasta que me fui, los cuatro años que estuve en la residencia. De hecho, al marcharnos, nos fuimos a vivir juntos en un piso. Así que sí, nos conocemos bastante (ríe). También coincidí con Melamed en la residencia, pero no en la misma habitación. Además, Nico estuvo menos tiempo que Jofre y yo.

Garagarza dijo que la residencia es una de «las joyas de la corona».

Es esencial. Ya solo en el estado de ánimo del jugador se nota. No es lo mismo hacerte cada día una hora o más de coche -de ida y de vuelta- para entrenar, que vivir aquí al lado, a escasos metros del campo de entrenamiento. Y evidentemente, es vital para poder firmar futbolistas de fuera de Cataluña, sin la residencia no podrían venir.

En enero de 2022, con 20 años, debutas en Primera con el Espanyol. ¿Cómo fue?

No fue mi mejor partido, la verdad. Pero te tienes que quedar con lo bueno; siempre he pensado que si ese día hubiera hecho mejor partido, quizás no hubiera aprendido tanto como lo he hecho con los errores que cometí. Entonces, dentro de lo que cabe tengo un buen recuerdo porque al final es un debut en Primera División. Pero sí, fue un poco agridulce.

Había mucha expectativas puestas en ti, y un mal partido te puede marcar negativamente. Además, eras muy joven.

Puede ser. Ahora soy joven, pero entonces todavía lo era más. Te puede afectar negativamente porque la gente tenía muchas ganas de verme y había muchas expectativas puestas en mí. Y los primeros partidos no fueron como me hubiera gustado, pero el fútbol también implica saber reponerse de los momentos malos y levantarse cuando cometes un error. Creo que precisamente eso me ha hecho madurar y me ha ayudado para ser el portero que soy ahora.

"Mi debut en LaLiga no fue como me hubiera gustado, pero creo que eso me ha ayudado a ser el portero que soy ahora"

¿Cómo llevabas las críticas?

Ya han pasado unos años y, entonces, a lo mejor no las recibí como las recibiría ahora, pero tampoco creo que me afectaran en exceso. Igual me afectó un poco, pero intenté que fuera lo más mínimo. Y yo creo que en parte, gracias a ese proceso, he podido conseguir la tranquilidad y la calma que tengo ahora bajo los palos.

¿Cómo se mantiene la ilusión en el día a día cuando no tienes minutos?

La ilusión siempre está ahí. Tú entrenas cada día con un objetivo y eso mantiene viva la ilusión, si bien es verdad que pasas momentos malos. Unos días estás motivado y otros, más desmotivado. Pero de lo que se trata es de ser regular y seguir trabajando porque en cualquier momento te puede tocar jugar y hay que estar preparado.

Hace unas cuantas jornadas que eres titular y, desde entonces, el equipo ha mejorado mucho a nivel defensivo. No conocéis la derrota contigo bajo palos.

Además, tampoco nos están creando excesivas ocasiones de gol y eso es vital de cara a pelear por el objetivo. Primer hay que ser sólidos y, después, intentar meter goles. Y creo que en términos de solidez defensiva estamos mejorando.

¿En qué destacas como portero?

Me considero un portero valiente y que siempre intenta ayudar al equipo en situaciones que no son solo bajo palos, como balones aéreos o pelotas al espacio. Pero, por encima de todo, creo que soy un portero valiente, y, aunque seguro que eso me llevará a cometer algún error en mi carrera, si lo pones en la balanza es muy positivo. Para la altura que tengo, pienso que soy bastante rápido y ágil en portería, y me siento cómodo cuando tengo que salir en los balones aéreos. En el juego de pies, me siento con confianza, aunque creo que ahí quizás pueda mejorar.

Tu parada contra el Burgos demuestra que eres un portero valiente. ¿Cómo fue la acción?

Realicé un despeje a banda, y al ver que el delantero del Burgos estaba solo, salí a por él para intentar reducir el espacio y que me diera, y, afortunadamente, el balón me dio. Es una acción que es instintiva, no te da tiempo a pensarla. Por suerte, no fue gol.

Ya realizaste una parada muy parecida en tu debut con el primer equipo.

Sí, me lo dijeron el otro día, yo no me acordaba. Fue ante el Solares, en mi debut oficial con el Espanyol, en Copa del Rey. Fue similar: un balón que quedó ahí muerto y me tiré con los brazos abiertos para me diera. Y también la paré, sí. Es verdad que son parecidas las dos acciones.

Los que te conocen, te definen como un «portero moderno». Ahora, al guardameta se le pidan muchas más cosas que antes.

El fútbol va evolucionando en todas las posiciones y ahora al portero le piden un poco más, es normal. El nivel de los futbolistas y la exigencia sube, entonces nosotros tenemos que ayudar en balones aéreos, en la salida de balón, etc. Y con ese objetivo entrenamos, para tener los máximos recursos posibles.

¿El juego de pies se trabaja específicamente?

Sí, claro. En los entrenamientos imaginas situaciones que en un partido puedes encontrarte. Y, evidentemente, los porteros también trabajamos el juego con los pies porque es algo que tiene salir solo el domingo. Y, desde la llegada de Manolo González, al portero se le pide un poco más de participación en la salida de balón. Yo me siento cómodo cuando tengo que hacerlo.

Renovaste hace unos meses y, hace poco, decías que los pericos pueden estar tranquilos sobre tu contuidad.

Sí, tengo contrato hasta 2028. Evidentemente, en el fútbol nunca se sabe lo que puede pasar, pero ahora mismo estoy muy bien aquí, siento que es mi casa. El objetivo es ser el portero titular del Espanyol en Primera División, y lucharé para conseguirlo.

N'Kono dijo en una entrevista que te veía siendo internacional absoluto.

(Ríe) N'Kono me ve con muy buenos ojos, me tiene mucho cariño. Ojalá que sea así porque es una de las mejores cosas que le pueden pasar a un futbolista. Podría ser un objetivo a más largo plazo, pero evidentemente no pienso en eso ahora.

"Poder vivir unos Juegos Olímpicos me imagino que debe ser una sensación único. Es un sueño para mí"

Ya has sido internacional.

Sí. He sido internacional sub 17 y hasta sub 21, que he ido convocado varias veces.

¿Con Luis de la Fuente?

Sí, con De la Fuente y Santi Denia.

¿Qué significaría ir convocado para los próximos Juegos Olímpicos de París?

Un sueño, siempre lo he dicho. El recuerdo que tengo desde pequeño, cuando son los Juegos Olímpicos, es encender la tele y ponerme a mirar lo que sea. Da igual lo que tocara ese día, me lo veía. Poder vivirlo imagino que debe ser una sensación única porque, además, por edad y porque se disputa cada cuatro años, no todos los futbolistas tienen la oportunidad de ir. Disputar los JJOO sería un sueño.

¿Te consta que esté en la prelista olímpica de la Selección?

Sí… Algo hay, creo. Pero son prelistas con muchos jugadores que pueden ir…

Hablábamos antes de N'Kono, una leyenda bajo palos en el Espanyol. ¿Qué supone que te entrenara?

Es una suerte que muy pocos porteros pueden disfrutar. Te aprieta mucho, pero eso es bueno. Siempre se lo digo, que muchas de las cosas que hago en el campo, las he aprendido de él.

Los porteros del Espanyol lleváis la banda escapulada de Zamora en la camiseta.

Sí. Es algo muy bonito y un orgullo que el club tenga memoria y se acuerde de futbolistas históricos y emblemáticos del Espanyol como es el caso de Ricardo Zamora.

¿En qué portero te fijabas cuando eras pequeño?

De niño no era de tener ídolos ni referentes. Sí que me fijaba mucho en Diego López cuando él estaba conmigo en el Espanyol y vivía el día a día a su lado. Además, en algunas cosas nos parecemos. Y, a veces, cuando paró alguna pelota pienso 'hostia, esto lo hacía mucho Diego' (ríe).

Con 40 años y seguía dando guerra.

Sí, sí, brutal. Aparte de la calidad que tenía, le metía mucho trabajo en el campo y fuera de él; en el gimnasio, por ejemplo. Y nos empujaba también a hacerlo a nosotros. En ese sentido, también me ha ayudado mucho.

¿Cómo ves al equipo?

Bien. Sí que es verdad que se nos ha puesto un poco complicado el ascenso directo, pero sigue habiendo opciones. En ese sentido, veo en el equipo una mentalidad de que hasta que haya una última opción de conseguirlo, lo vamos a luchar. Nos quedan cuatro partidos que son cuatro finales. Aunque no me guste hablar de finales, en este caso lo son. Lo primero es ganar en Valladolid.

El domingo, tras empatar en casa contra el Sporting, salisteis abatidos del campo.

Es momento de sumar de tres en tres, sobre todo en casa. Y al no conseguirlo te decepcionas, pero aún hay punto en juego y estamos en la lucha.

¿Llegáis a tiempo para ascender de forma directa?

Claro que sí. Todavía hay 12 puntos en juego, que son muchos. Y estamos ahí. Vamos a intentar hacer todo lo que esté en nuestra mano para lograrlo.

Y este fin de semana toca el líder, el Valladolid.

Espero un partido muy disputado. Es un equipo que viene en muy buena racha de resultados, y eso te da mucha confianza. Sabemos que tienen muy buenos jugadores, pero vamos a plantear un partido para plantarles cara, y, por complicado que sea, iremos a por los tres puntos.

¿Ves al equipo capacitado para subir en un play-off?

Sí, claro que sí. Intentaremos no llegar a ese punto y subir de forma directa, pero evidentemente se puede dar y estamos capacitados para ello. Y si llega, pues vamos a lucharlo y lo vamos a conseguir.

Con Manolo González el equipo compite mucho mejor, es una gran noticia de cara a una hipotética promoción.

Llevamos tiempo sin perder, tampoco ganamos muchos porque hemos tenido muchos empates. Pero, el equipo tiene una base en lo defensivo, en lo cual estamos mejorando, y a partir de ahí queremos seguir creciendo y esperamos que nos pueda dar para ascender.