El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, durante una rueda de prensa

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, durante una rueda de prensa Unión Europea

Europa

La UE, promotora de la Corte Penal Internacional, se divide por la acusación contra Netanyahu

Mientras países miembros como Bélgica o Eslovenia apoyan al fiscal Karim Kahn, otros como República Checa o Austria censuran que se ponga al primer ministro israelí al mismo nivel que Hamás.

21 mayo, 2024 02:22
Bruselas

La Unión Europea fue la principal promotora del establecimiento de la Corte Penal Internacional (CPI) frente a las reservas de Estados Unidos. Sin el firme apoyo de los europeos, la CPI podría haber naufragado cuando George W. Bush retiró su apoyo en 2002 al Estatuto de Roma, que sí había sido firmado por su antecesor Bill Clinton.

Desde entonces, los Estados miembros han defendido sin tregua a la Corte Penal Internacional como "piedra angular en la lucha contra la impunidad y para ayudar a las víctimas de atrocidades a lograr justicia". En la última declaración aprobada por unanimidad en junio de 2023, los Veintisiete confirmaron su "apoyo inquebrantable" a la CPI como "institución judicial independiente e imparcial".

Además, la UE se comprometía a la "plena cooperación" con la Corte, en particular con la "pronta ejecución de las órdenes de detención pendientes". Y a "defender" a este tribunal con sede en La Haya de "cualquier intento de socavar su labor y de cualquier amenaza contra ella y contra su personal".

[El fiscal de la Corte Penal Internacional pide órdenes de arresto contra la cúpula de Hamás y Netanyahu]

Esta confianza absoluta de la UE en el trabajo de la CPI se ha quebrado totalmente tras las órdenes de detención socilitadas este lunes por su fiscal, Karim Kahn, contra el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, su ministro de Defensa y los principales líderes de Hamás por crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Una decisión que ha hecho aflorar de nuevo las grandes diferencias internas sobre el conflicto en Oriente Próximo.

Mientras países miembros como Bélgica o Eslovenia apoyan al fiscal Kahn, otros como República Checa o Austria censuran que se ponga al primer ministro israelí al mismo nivel que Hamás. El jefe de la diplomacia comunitaria, Josep Borrell, que sí apoyó la orden de detención de la CPI contra Vladímir Putin, no ha hecho lo mismo con Netanyahu al no existir una posición común de la UE.

Borrell se ha limitado a tomar nota de las órdenes de detención, pero sí ha recordado el apoyo de la UE a la Corte. "El mandato de la CPI, como institución internacional independiente, es procesar los crímenes más graves según el derecho internacional. Todos los Estados que han ratificado los estatutos de la CPI están obligados a ejecutar las decisiones de la Corte", ha señalado.

"La propuesta del fiscal general de la CPI de emitir una orden de arresto contra los representantes de un gobierno elegido democráticamente junto con los líderes de una organización terrorista islamista es deplorable y completamente inaceptable", ha escrito el primer ministro checho, Peter Fiala, en su cuenta de la red social X.

"No debemos olvidar que fue Hamás quien atacó a Israel en octubre y mató, hirió y secuestró a miles de personas inocentes. Fue este ataque terrorista completamente no provocado el que condujo a la actual guerra en Gaza y al sufrimiento de los civiles en Gaza, Israel y el Líbano", argumenta Fiala.

"Respetamos plenamente la independencia de la CPI. Sin embargo, no es comprensible que se mencione al líder de la organización terrorista Hamás, cuyo objetivo declarado es la extinción del Estado de Israel, al mismo tiempo que a los representantes democráticamente elegidos de ese mismo Estado", ha denunciado el canciller austríaco, Karl Nehammer.

"La propuesta del fiscal jefe de la CPI contra el primer ministro Netanyahu es absurda y vergonzosa. Esas iniciativas no acercarán a Oriente Próximo a la paz, sino que sólo alimentarán más tensiones", sostiene el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

Por su parte, Alemania, uno de los principales aliados de Israel en la UE, ha intentado preservar un difícil equilibrio. Por un lado, admite que "la Corte Penal Internacional es un logro fundamental de la comunidad mundial, que Alemania siempre ha apoyado". "Alemania respeta su independencia y sus procedimientos como los de todos los demás tribunales internacionales", ha dicho un portavoz del ministerio de Exteriores.

Al mismo tiempo, Berlín denuncia que las órdenes de detención simultáneas crean la "falsa impresión" de que Israel y Hamás están al mismo nivel. Para el Gobierno de Olaf Scholz, el Gobierno de Netanyahu "tiene el derecho y el deber de proteger y defender a su pueblo", aunque debe hacerlo respetando el derecho internacional humanitario con todas sus obligaciones.

En contraste, la ministra de Exteriores de Bélgica, Hadja Lahbib, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la UE, ha sido la primera en expresar (a título individual) su pleno apoyo al fiscal de la CPI. "Los crímenes cometidos en Gaza deben ser perseguidos al más alto nivel, independientemente de sus autores", sostiene Lahbib.

"La solicitud de órdenes de detención presentada por el fiscal de la Corte, Karim Khan, contra dirigentes tanto de Hamás como de Israel constituye un paso importante en la investigación de la situación en Palestina", ha alegado la jefa de la diplomacia belga. 

"Los crímenes de guerra y los crímenes de lesa humanidad cometidos en los territorios de Israel y Palestina desde al menos el 7 de octubre de 2023 deben ser perseguidos de forma independiente e imparcial, independientemente de los autores. Eslovenia es firme partidaria de la CPI y acoge con satisfacción este progreso en la investigación de la situación en Palestina", ha dicho su ministerio de Exteriores.

Tras la precaria y trabajosa unidad construida en el caso de la guerra de agresión de Rusia contra Ucrania, el conflicto en Oriente Próximo ha reventado todas las costuras de la política exterior de la Unión Europea. Las enormes diferencias internas han impedido que Bruselas asuma un papel relevante ni siquiera para pedir un alto el fuego en Gaza.

En la última votación en la Asamblea General de la ONU sobre la adhesión de Palestina, dos países de la UE se pronunciaron en contra: Hungría y República Checa. En el extremo contrario, Bélgica, Chipre, Estonia, Dinamarca, Francia, Grecia, Irlanda, Malta, Luxemburgo, Polonia, Portugal, España, Eslovenia y Eslovaquia votaron a favor.

Un tercer grupo de Estados miembros se abstuvieron: Alemania, Italia, Austria, Bulgaria, Croacia, Finlandia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Rumanía y Suecia.

Josep Borrell y el comisario de gestión de crisis, Janez Lenarcic, han hecho público este lunes un comunicado en el que denuncian los ataques (por parte de Israel, aunque no lo nombran) contra la infraestructura sanitaria y civil en Gaza y Cisjordania.

"Una tragedia humanitaria se está desarrollando en tiempo real ante nuestros ojos. La Unión Europea está profundamente preocupada por el sufrimiento de la población civil en Gaza. Reiteramos nuestros llamamientos a un alto el fuego inmediato, la liberación incondicional de todos los rehenes y el pleno acceso humanitario", dice la declaración.