Crítica de "Calladita": habla, mudita ★★★
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Estreno

Crítica de "Calladita": habla, mudita ★★★

Dirección y guion: Miguel Faus. Intérpretes: Paula Grimaldo, Ariadna Gil, Pol Hermoso, Luis Bermejo, Violeta Rodríguez. Música: Paula Olaz. España, 2023. Duración: 92 minutos. Drama.

Un fotograma de "Calladita"
Un fotograma de "Calladita"Imdb

Tal vez haya que culpar a Jean Genet, que convirtió la figura de la criada en símbolo de la alienación del subproletariado. La diferencia entre Claire y Solange en “Las criadas” y Ana en “Calladita” es el instinto de supervivencia: si en la obra de Genet la rebelión de las oprimidas,cristalizada en un enfermizo acto performático, acababa con el suicidio de una de ellas, en la ópera prima de Miguel Faus, apadrinada por Steven Soderbergh y Mike Judge, y financiada por NFTs, la rabia alimenta un proceso de liberación.

Ana trabaja para una familia de la burguesía catalana que se la lleva a su mansión de la Costa Brava durante un verano en el que no tendrá ni un solo día libre. Acepta porque en el horizonte está la promesa de legalizar su situación en España, mientras envía el dinero que gana a Colombia para que su hermana pueda estudiar medicina en la universidad. Parece que la cámara de Faus es la única que se percata de su existencia, perdida en un espacio tan diáfano como gélido, acorralada por las órdenes de sus señores, que derivan, en progresión geométrica, de una amabilidad paternalista a una mezquindad amenazante. Solo le quedan sus cigarrillos, que consume a escondidas, como un secreto que le procura el único remanso de paz al que parece tener derecho.

Faus, que parte de su corto homónimo, podría haberse quedado en el formalismo estático, fragmentado, de un Ulrich Seidl o de la Lucrecia Martel de “La ciénaga”, pero, al darle agencia al personaje de Ana, parece tener que sucumbir a una serie de trampas narrativas -lo que ocurre con un móvil ajeno o con el papel roto de una cuenta de criptomonedas- que banalizan la ira de clase de su protagonista. Es como si Faus no confiara del todo en la fuerza volcánica de Ana, que crece exponencialmente en la mirada rencorosa de una estupenda Paula Giraldo, al buscarle un argumento, un andamio de suspense al que encaramarse. Los burgueses (sobre todo el hijo, Jacobo, que podría llevar náuticos y polos Lacoste) son burgueses hasta la caricatura, y la reacción en cadena que provocan las transgresiones de Ana resultan en exceso previsibles.

Lo mejor:

Paula Giraldo aguanta sin esfuerzo el peso dramático de la película.

Lo peor:

Algunas decisiones de guion que subrayan sin sutilezas el camino de rebelión del personaje.